En el marco de la celebración por los 200 años del chile en nogada, la Secretaría de Turismo municipal (Sectur) celebró el 9 y 10 de julio el Festival del Dulce Típico poblano.
El objetivo de este festival es promover entre propios y extraños el conocimiento y el gusto por estos dulces, que forman la parte más dulce del corazón poblano. Para ello, se impartieron pláticas y se ofreció un recorrido donde se difundió la historia e importancia cultural de estas deliciosas reliquias de la gastronomía monástica.
Una probadita de su historia
El 9 de julio se transmitió por Facebook el Conversatorio Magistral “Las Historia e Importancia de los dulces poblanos en Puebla”, impartido por Sor María de Cristo Santos Morales desde el monasterio de Santa Catalina de Siena, fundado en 1568.
Según refirió Sor María de Cristo, los conventos de monjas fueron los grandes laboratorios de la cocina poblana.
De acuerdo a la religiosa y académica, las condiciones climatológicas y la variedad de plantas en la región han permitido el desarrollo de la gastronomía poblana. Como ejemplo, citó el caso de la calabaza tlamayota o “grandota”, que es el resultado de un largo proceso de domesticación que se remonta a la agricultura prehispánica.
De la calabaza, subrayó la religiosa, se aprovecha todo: la cáscara, que se usa como recipiente; la pepita; e incluso la flor. La calabaza es además el ingrediente principal de las tortitas, que les da la consistencia y el sabor distintivo.
Las tortitas de Santa Catalina, por ejemplo, en un principio eran de almendra pero para disminuir el costo se optó por la calabaza, y además por el beneficio añadido de que proveerles una superficie brillosa.
Sor María de Cristo también hizo referencia a los pastillajes que trabajaban las monjas clarisas , con figuras de animales o de personas, tradición culinaria que desafortunadamente se ha ido perdiendo.
Un paseo sabatino por la Antigua Calle de Santa Clara
El sábado se ofreció un recorrido a cargo de dos guías. El recorrido estuvo supervisado por la Licenciada Gabriela Zamora Cordero, jefa del departamento de Promoción Gastronómica de Sectur Municipal.
El recorrido partió desde la oficina de atención de la Secretaría de Turismo municipal, en el Portal Hidalgo, y quebró por la calle 5 de Mayo, donde se explicó la importancia comercial de esta vialidad peatonal, además de ofrecerse un comentario sobre la traza y orientación del centro histórico de la ciudad de Puebla.
Además, fue en este punto en que el Licenciado Misael Neri Jiménez, uno de los guías, explicó que la ciudad había sido fundada el 16 de abril de 1531, como una ciudad de paso entre Veracruz y la Ciudad de México.
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Respecto al escudo de la ciudad, se hizo hincapié en el predominio en el conjunto icónico de dos ángeles y cinco torres, que eran en su tiempo el máximo distintivo al que podía aspirar una ciudad. Con esto, se reflejaría la ambición de los fundadores de la Angelópolis por hacer de ella una ciudad de potencia y resonancia.
Frente al antiguo Mercado de la Victoria, donde la 6 Oriente se encuentra con la 5 de Mayo, Neri Jiménez hizo referencia al banquete en 17 tiempos, que se ofreció en honor de Porfirio Díaz cuando vino a inaugurar el Ayuntamiento de la ciudad. Se reflexionó entonces sobre la importancia para la riqueza gastronómica de Puebla de este centro de distribución de alimentos, construido hace más de siglo y medio en honor a Guadalupe Victoria.
A partir de ahí, los guías subieron sobre la 6 Oriente (antes calle de Santa Clara) y ofrecieron una breve explicación sobre la Casa de los Hermanos Serdán, hoy llamada Museo de la Revolución, y las importantes acciones de resistencia de las que este inmueble fue escenario el 18 de noviembre de 1910, sacrificio que se convirtió en uno de los principales detonantes de la Revolución Mexicana.
Minutos después, se visitó una dulcería típica familiar, cuya propietaria explicó algunas particularidades sobre la consistencia que debe guardar el camote y la importancia de cuidar la materia prima con que se elaboran estos delicados dulces.
La comerciante convidó a los presentes de un suculento dulce típico de la temporada de Santa Clara, y coincidente con los días de los chiles en nogada. El postre que la experta dulcera ofreció era un pan tipo concha relleno de crema pastelera, coco rallado y crema envinada.
De ahí, la ruta continuó hacia el Parián, donde los guías proveyeron una explicación sobre la historia de la talavera poblana y su importancia dentro del comercio artesanal local. También se habló de la ubicación original del centro de la Ciudad de Puebla, que se localizaba en lo que ahora es el barrio de Analco.
También se hizo una parada en el Barrio del Artista, donde es posible ver a los pintores locales trabajando en sus estudios, así como impartiendo clases a estudiantes de todas las edades. Por estas fechas, este espacio para los artistas poblanos se encuentra cumpliendo ocho décadas de existencia.
Finalmente, el recorrido terminó en el Jardín de Analco, donde la secretaria de turismo municipal Mónica Prida, el secretario de cultura estatal Sergio Vergara Berdejo y la secretaria de Turismo Estatal Tania Guerrero hicieron un corte de listón y pronunciaron algunas palabras sobre la importancia de los dulces tradicionales poblanos.