Con el grito de “Vacina no Braço e Comida no Prato” y “Fora Bolsonaro” cientos de miles de brasileños salieron a las calles este sábado para protestar contra el gobierno de Bolsonaro en 427 ciudades y pueblos. Se trata de la segunda protesta más grande contra el gobierno de extrema derecha.
Entre las demandas se exige un auxilio de emergencia por el Covid-19 de R$ 600 hasta el final de la crisis sanitaria, apoyo a los pequeños y medianos productores y comerciantes, además de respeto a la soberanía nacional ante la política de privatizaciones emprendida por el gobierno.
El gobierno de Bolsonaro desde las primeras alarmas respecto del coronavirus asumió una política negacionista frente a los que llamó una ‘gripecinha’. Una comisión investigadora en la cámara de diputados (CPI) está abocada a investigar el rechazo a comprar vacunas, la promoción del gobierno y del sistema sanitario de la cloroquina, una medicación sin eficacia.
Esta semana Brasil superó la cifra de medio millón de muertos por la epidemia, ocurriendo en los últimos siete días la muerte de 14.500 personas. Al mismo tiempo se detectaron 508.903 casos en la misma reciente semana.
Las protestas se iniciaron por la mañana en los municipios más distantes. Por la tarde hubo grandes concentraciones con distancia social y uso de mascarilla en Brasilia, Recife, Rio de Janeiro, Belo Horizonte y São Paulo.
En la ciudad carioca la Av. Presidente Vargas concentró una multitud, en tanto que en la capital a Paulista cerraron el acto con Chico Buarque.
En Brasilia la movilización albergó una variopinta concurrencia. Representantes de pueblos indígenas, estudiantes, servidores públicos, militantes de la disidencia sexual y voceros de partidos de izquierda, colectivos de se concentraron en la explanada de los ministerios.
El colectivo indígena Levante pela Terra que está hace 11 días en la capital brasileña en protesta contra las nuevas demarcaciones promovidas por Bolsonaro que despojan a los pueblos originarios de sus territorios, también participaron de la manifestación.
El vocero del Movimento dos Trabalhadores Sem Teto, Guilherme Boulos (PSOL), entrevistado por Carta Capital, justificó la convocatoria diciendo que “nadie quería estar realizando movilizaciones y manifestaciones en medio de una pandemia, pero hoy hemos llegado a 500 mil muertos en el país por la postura criminal y genocida del presidente de la República”.
La movilización es la segunda tras la realizada el pasado 30 de mayo en 213 ciudades y pueblos de Brasil, la que congregó en la oportunidad también a medio millón de personas en las calles.
El Ciudadano
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