Después de meses de infructuosos intentos, la canciller alemana Ángela Merkel trata de asegurar su cuarto mandato con una gran coalición frente a un país que, de acuerdo a los datos deducidos de la encuesta realizada por Insa y encargada por la revista alemana Focus, preferiría que se convocaran nuevamente elecciones.
Este domingo, Merkel se mostró «optimista» en la primera ronda oficial de conversaciones para la formación de un nuevo gobierno con la Unión Socialcristiana bávara (CSU) y con el Partido Socialdemócrata (SPD).
La canciller se mostró con confianza y aseguró ante las cámaras que el acuerdo era «posible», un convencimiento que contrasta con el poco ánimo de la calle, según los datos de las encuestas realizadas. A día de hoy, los alemanes están sin Gobierno desde hace más de tres meses tras haber acudido a las urnas en septiembre de 2017, lo que pone a Alemania en una situación política sin precedentes.
La encuesta de Insa, una de las últimas publicadas, reveló que solo el 30 % de la ciudadanía apoyaría la continuación de las conversaciones para la formación de una Gran Coalición, tal y como se conoce en el país a la unión de los dos grandes partidos, CDU y SDP, para formar gobierno. En tanto, la formación de un gobierno minoritario solo sería apoyado por el 15 %, mientras que un 52% aseguraron que Merkel no debería encabezar la lista del Partido Demócrata Cristiano (CDU) si se celebraran elecciones nuevamente.
Callejón sin salida
Tras su fallido intento de gobierno con los liberales y los verdes, la canciller alemana se encuentra atrapada entre la disyuntiva de la formación de la gran coalición o tener que formar gobierno en minoría. De lo contrario, la única salida sería la convocatoria de unas nuevas elecciones.
Este domingo han dado comienzo las conversaciones entre la alianza CDU/CSU de Merkel y el SDP, presidido por Martin Schulz, para lograr dar salida a la primer opción de la canciller, después de que los resultados de las pasadas elecciones no le permitieran formar un gobierno mayoritario. Asimismo, el SPD obtuvo también su peor resultado de los últimos años, mientras que la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en el tercer partido de la cámara.
Las conversaciones durarán cinco días y, tal y como señaló el líder del SDP, Martin Schulz, «el resultado de las negociaciones no está nada claro».
En declaraciones a los medios, Schulz garantizó que trabajará con actitud abierta para lograr un acuerdo. «No trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas», sostuvo en referencia al color con el que se identifica su partido.
Ambas partes pueden no encontrar un territorio común en materia de inmigración, políticas sanitarias y relaciones dentro de Europa. Tal y como consigna RT, las conversaciones actuales son exploratorias y podrían no dar lugar a una decisión final, caso en el que Alemania tendría que enfrentarse a un escenario de nuevas elecciones o a un gobierno minoritario presidido por Merkel.
Efecto de parálisis en Europa
La situación sin precedentes que enfrenta Alemania habría dañado irreparablemente su imagen en el área internacional, tal y como sostiene Andrea Vosskuhle, presidente del Tribunal Constitucional Federal de Alemania.
«La gran confianza de nuestros socios internacionales en la capacidad de acción política de Alemania ha sufrido después de las elecciones federales. Alemania no está acostumbrada a que la formación de un Gobierno se convierta en algo tan extremadamente difícil», sostuvo.