Estudiantes, prensa, y actores sociales fueron parte de la marcha estudiantil que se convocó para este domingo. Pero hubo un cambio. Las familias estaban presentes junto a las organizaciones sociales: niños, coches y padres junto con los estudiantes marcharon por la Alameda.
Y es que esta marcha estudiantil quería cambiar la forma en que se estaba produciendo las manifestaciones. Luego que los medios de comunicación masivo volcaran su atención a los destrozos y a los grupos minoritarios de encapuchados presentes en las marchas, los estudiantes decidieron demostrar que lo que estaban pidiendo no era parte de un sector pequeño de la sociedad sino que de todos los que son parte de Chile.
El vocero de la ACES; Diego Arraño, dijo que «no sé si estamos radicalizando el movimiento estudiantil, lo que si sabemos es que necesitamos cambios reales y que por lo mismo no nos vamos a dejar gobernar por aquellos que escuchan a los empresarios y no a las familias de Chile».
Arraño sostuvo que «no puede ser que no nos hayan escuchado en 10 años de movilización, estamos cansados de que se den vuelta la chaqueta nuevamente. No queremos que cambien la educación en 10 años más».
Para Eloisa Gonzalez, ex vocera de la ACES, el movimiento estudiantil seguirá vigente el resto del año «queremos un proyecto que de verdad cambie las cosas, que la educación se transforme porque es un problema que no tiene que ver con unos pocos sino que con toda la sociedad. Es un tema primordial para lo que vivimos ahora como sociedad».
La marcha fue convocada por la CONFECH y diferentes universidades estaban presentes, entre ellos la USACH. El presidente de la FEUSACH y vocero de la CONFECH, Patricio Medina dejó en claro que cuando hablamos de gratuidad no sólo se debe hablar de financiamiento, sino que del modelo completo,por ejemplo del sistema de ingreso.
Medina manifestó que «la idea es marcar un hito. Un segundo semestre movilizado pero con la familia. Adimark lo dijo el apoyo a las demandas estudiantiles siguen vigente, lo que la ciudadanía está un poco en contra, son las formas de movilizarse. Por lo mismo debe haber una autocrítica de parte de nosotros, y nos vamos a reinventar».
Agregó que «tenemos una demanda histórica y eso es lo que importa. Otro tema es importa es el acceso: el gobierno quiere que caigamos en el juego de la gratuidad, tenemos 3.500 millones de dólares ¿quieren invertir en educación superior o en primaria? finalmente la pregunta es tramposa, porque lo deberíamos preguntarnos es dónde están los recursos, y la respuesta es que hay recursos pero están mal administrados».
Dijo que «la psu garantiza el acceso a los más ricos, pero si cambiamos el sistema por uno prepedéutico o de ranking vamos a financiar a esos estudiantes que de verdad quieren la posibilidad de estudiar gratis. Creemos que no puede existir la PSU, la discusión no sólo debe abrirse a la gratuidad sino que a otros espacios: y uno de esos espacios es el acceso».