El documento, que recoge cifras mínimas que «pueden inferirse con certeza de las investigaciones», denuncia que el número de muertes por sentencia ha crecido, al menos, un 15% de 2012 a 2013, pasando de 682 ejecuciones a 778, a la vez que afirma que hay una clara tendencia a la abolición de la pena capital en todo el mundo. La explicación es que aunque disminuyen los países que la aplican, los que sí la llevan a cabo lo hacen cada vez más y elevan los datos.
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«Cada vez son menos los países que aplican la pena de muerte, pero cada vez son más las ejecuciones», asegura Carlos De las Heras, portavoz de la Amnistía«La cuestión es muy simple: la lucha contra la pena de muerte es una carrera de fondo», explica De las Heras, y expone que «años atrás», el número de países que ejecutaba este tipo de sentencias era mucho más elevado, en 2004 alcanzaba los 25 y el año pasado disminuyó hasta 22.
La cifra de naciones, según el portavoz de la ONG, «viene descendiendo» gradualmente y de forma «muy lenta», con un «baile de país arriba, país abajo» que no influye en la tendencia hacia el descenso (en 2012 eran 21 naciones, una menos que el año pasado).
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A pesar de esta inclinación, Amnistía Internacional manifiesta su preocupación por el mantenimiento de esta práctica, en especial en China -país del que no se tienen cifras porque se consideran «secreto de Estado»- así como en Irán, Irak, Arabia Saudí y EEUU.
CHINA, MÁS EJECUCIONES QUE EL RESTO DEL MUNDO JUNTO
El territorio que más inquieta a la ONG de los cinco anteriores, según el informe, es China. Pese a la ausencia de cifras mínimas fiables, la información de la que dispone la ONG a través de sus «contactos» indica que se llevan a cabo más ejecuciones que en el total del resto del mundo.
«Cualquier cálculo sería una mera aproximación, pero los millares que estimamos son alarmantes», asegura el portavoz de AI. Y añade que, pese a todo y, «aparentemente», en el país hay unas tímidas «señales de avance» en las medidas de protección de los condenados.
«El esposo de Li Yan, Tan Yong, comenzó a maltratarla física y emocionalmente tras su matrimonio, en 2009. Solía golpearla, apagarle cigarrillos en la cara y, durante el gélido invierno de Sichuan, encerrarla en el balcón de su apartamento durante horas y sin apenas ropa. En una ocasión, le amputó un dedo de la mano. Li Yan precisó tratamiento hospitalario por sus heridas después de una de las agresiones, y se puso en contacto varias veces con las autoridades, incluida la policía. Sin embargo, no se atendieron sus denuncias, no se inició ninguna investigación ni se le ofreció protección alguna. A finales de 2010, Li Yan mató a su esposo a golpes con una pistola.
El 24 de agosto de 2011, el Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Ziyang la condenó a muerte por homicidio intencional en aplicación del artículo 232 del Código Penal chino. A pesar de los testimonios de Li Yan sobre los abusos que sufría y de los datos aportados por testigos el Tribunal Superior Popular Provincial de Sichuan confirmó la sentencia el 20 de agosto de 2012. En la actualidad, el Tribunal Supremo Popular tiene todavía que dictar sentencia definitiva sobre el caso.»
CASI EL 80% RESTANTE, EN ARABIA SAUDÍ, IRAK E IRÁN
Del resto de ejecuciones, si se excluye a China, casi el 80% del total se concentra en sólo tres países: Irak e Irán y Arabia Saudí. Entre las tres naciones alcanzan, concretamente, el 95% de las ejecuciones que se han producido en el Oriente Medio y el Norte de África. Además, en Irán, las muertes por pena capital han aumentado un 30% respecto al año pasado y en Irak un 18%.
En Arabia Saudí se produjo la ejecución de al menos tres personas que cometieron los delitos cuando eran menores de edad. En Irán hay indicios de la misma práctica, aunque no cifras exactas.
EL ÚNICO PAÍS AMERICANO: ESTADOS UNIDOS
El informe agrega la existencia de preocupación por Japón y Estados Unidos, los únicos miembros del G-8 que llevan a cabo ejecuciones.
Estados Unidos es, además, el único país americano que en 2013 ha realizado ejecuciones a personas, aunque eso no significa que en otras naciones del continente no se haya condenado con estas penas, sólo que no se han llevado a cabo.
En el país americano hay muchos estados que no han llevado a cabo ninguna sentencia de muerte, y otros como Texas, que ha aumentado un 34% sus ejecuciones respecto a 2013. El estado del sur, además, representa el 41% del total del país. «EEUU es un poco reflejo del resto del mundo», opina De las Heras.
BIELORRUSIA ES LA PREOCUPACIÓN EN EUROPA Y ASIA CENTRAL
Los datos de esta zona no son comparables con Europa y Asia Central, donde en 2013 no hubo muertes por pena capital. El único país que mantiene en alerta a la ONG es Bielorrusia, donde no ha habido ejecuciones pero «sí que las hubo en 2012», indica De las Heras.
«Alyaksandr Haryunou, de 25 años, fue condenado a muerte por el Tribunal Regional de Homel el 14 de junio por el asesinato de una estudiante en 2012. Su abogado recurrió, argumentando, según un observador de una ONG, que se habían cometido una serie de violaciones del derecho a un juicio justo, tales como que Alyaksandr Haryunou había firmado una confesión sin la presencia de su abogado y que los informes sobre su salud mental eran contradictorios.
El 22 de octubre, el Tribunal Supremo anuló la condena a muerte y ordenó un nuevo juicio. El observador de la ONG lo calificó como un hecho “sin precedentes”. Pero el 24 de diciembre, el Tribunal Regional de Homel volvió a condenar a muerte a Alyaksandr Haryunou.»
Por Alicia de la Puente