Los políticos en Latinoamérica se apropian de causas LGBTTTIQ+ para buscar simpatías, compartan o no la lucha; sin embargo, en muchas ocasiones sus iniciativas y leyes no resuelven los problemas de fondo, señalaron los activistas Juan Pablo Sutherland y Amaranta Gómez Regalado.
Añadieron que si bien hay avances en materia legislativa para los integrantes de la comunidad, la política en México es contradictoria y utiliza los contextos culturales para frenar regulaciones en materia de derechos humanos, salud, sexualidad, igualdad o revertir hechos discriminatorios.
Lo anterior, durante el conversatorio “Derecho a la identidad de género y orientación sexual. Apuesta contracultural: Cuerpos y deseos LGBTTTIQ+”, organizado por el Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) del Programa de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Juan Pablo Sutherland, académico, escritor y activista chileno, señaló que los estados y autoridades “administran simbólicamente” las situaciones de inclusión y diversidad sexual; no obstante, dejan de lado los contenidos políticos y culturales que las propias comunidades quieren evidenciar.
“Aquí en Chile, el Día del Orgullo, ponen banderas de la diversidad en las municipalidades, se hacen marchas. Al hacer un examen en la política chilena, son en los gobiernos de derecha, increíblemente, donde se lograron los hitos más relevantes de la lucha jurídica de las comunidades, como el matrimonio igualitario. Es muy complejo”
Juan Pablo Sutherland
Pidió poner especial atención a los gobiernos y perfiles políticos mediáticos, ya que pueden provocar “un secuestro epistemológico o cultural” y evitar que las practicas reales que logran cambios al exterior e interior del movimiento queden opacadas por una falsa sensación de inclusión o erradicación de la violencia.
En tanto, Amaranta Gómez Regalado, antropóloga y activista muxe, afirmó que existen vacíos en la búsqueda de no discriminación y derechos humanos de la comunidad LGBTTTIQ+, así como discursos contradictorios en la política local.
Añadió que al no existir una identidad o entendimiento real de las luchas, aun cuando algunos personajes públicos se asuman como tal, deriva en retrasos legislativos o errores en el impulso de iniciativas, pues limitan sus discursos en pensamientos propios y no en problemáticas reales, como la falta de cupo laboral para personas trans.
“Uno pensaría que por ser parte del movimiento LGBTTTIQ+ no encontrarías a un panista mexicano, por ejemplo; o a un transfóbico en la política y los tenemos. Por ejemplo mi amiga Beatriz Paredes, senadora priista, que se alió con la Iglesia y ya teníamos avanzados 15 estados para legalizar la interrupción del embarazo cuando este fuera de peligro, y eso echó para atrás. En una semana, alguien feminista y demás tiró todo ese trabajo”
Amaranta Gómez Regalado
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Foto: Agencia Enfoque