Joschka Fischer, exministro de Exteriores de Alemania (1998-2005), cree que los acontecimientos en Oriente Medio están cambiando no sólo las alianzas y potencias implicadas en la región, sino también las fronteras.
«Las victorias del Estado Islámico en Irak y en Siria no sólo causan una catástrofe humanitaria, sino que ponen en duda las actuales alianzas y fronteras en la región», sostiene Fischer en un artículo publicado en el sitio de opiniones Project Syndicate. «Surge un nuevo Oriente Medio con una creciente influencia de los kurdos y de Irán, y un rol menos importante de los poderes suníes», señala el excanciller.
Fischer opina que la debilidad de poderes globales como EE.UU. y de poderes regionales como Turquía, Irán y Arabia Saudita ha cambiado los roles en la zona. Mientras EE.UU. y la UE aún califican el organismo independentista Partido de Trabajadores Kurdos como una organización terrorista, los miembros de esta unión han demostrado su voluntad de combatir al Estado Islámico, subraya el político alemán. «En consecuencia, los kurdos representan un problema actual», subraya Fischer.
Turquía es miembro de la OTAN, razón por la que, según opina Fischer, cualquiera amenaza para la integridad territorial del país podría activar la cláusula de defensa mutua. «El problema kurdo podría desatar un conflicto aún más amplio, dado que la posible formación de un nuevo estado afectaría también la integridad de Siria, de Irak y, probablemente, de Irán», sostiene el político. Cuando termine la guerra los kurdos no olvidarán simplemente sus ambiciones nacionales.
Fischer opina que durante el enfrentamiento con el Estado Islámico los kurdos se han ganado «su legitimidad». «Cuando termine la guerra los kurdos no olvidarán simplemente sus ambiciones nacionales o la amenaza mortal a la que hicieron frente», subraya el político alemán. De hecho, sostiene el excanciller, los kurdos se han convertido en el «ancla de estabilidad» en la región y en un aliado fiable de Occidente.
Dado que Occidente demuestra «poca voluntad» a la hora de enviar tropas de combate a luchar contra el Estado Islámico, deberá, según Fischer, suministrar armas avanzadas a las fuerzas kurdas y no sólo a las milicias peshmerga, sino también a otros grupos, lo que «no sentará bien a Turquía e Irán». La solución a este problema exigirá la activación de capacidades diplomáticas por parte de Occidente, de los países afectados y de toda la comunidad internacional.
Fischer opina que Irán podría beneficiarse más que otros países, dado que su influencia en la región podrá crecer. El excanciller sostiene que la cooperación con Irán es «esencial» para solucionar la crisis en Irak y Siria. «Es imposible evitar a Irán en la búsqueda de soluciones para la multitud de problemas en la región», subraya.
Según él, las viejas alianzas y conflictos no serán evidentes en el futuro incluso si no cambian. «Oriente Medio seguirá siendo el barril de pólvora de la política global del siglo XXI», concluye el alemán.