Reducción de la jornada laboral: Más tiempo para vivir

  Imagine el siguiente titular: “Los chilenos trabajan seis horas diarias”

Reducción de la jornada laboral: Más tiempo para vivir

Autor: Cesarius

 

Imagine el siguiente titular: “Los chilenos trabajan seis horas diarias”. Esto parece una utopía, considerando las actuales condiciones de trabajo y calidad de vida. Pero hace 80 años ocurrió. Un sindicato obrero logró instaurar la jornada laboral de seis horas como medida para reducir la cesantía “pavorosa” de aquella época, así como para propiciar condiciones para el desarrollo integral de los trabajadores, junto a su compromiso revolucionario.

“El trabajo es un secuestro de nuestro tiempo / Nuestra energía / Nuestro tiempo a la venta en el mercado laboral / ¿A quién beneficia?”. Así se concibe el trabajo en la canción “Tiempos de Atraco”, del grupo catalán Elektroduendes. Y es que las 45 horas semanales de trabajo que norma la actual legislación laboral, son ampliamente superadas por un tercio de la población que llega a trabajar 56 horas, divididas en seis o siete días.

De seguro nos gustaría leer ese libro pendiente sobre el velador, ese que alcanzamos a avanzar de entre dos a cinco páginas antes de caer rendidos, o ver esa película que está en cartelera, o tener más tiempo para criar y disfrutar a los hijos. Quizás, simplemente, para estar con la familia o con amigos de manera relajada. Aquella canción también plantea que el trabajo “condiciona tu ritmo, marcando la pauta de tu reloj vital”. A partir de esta organización del día en torno a las horas dedicadas al trabajo, surge el cuestionamiento de qué hacer con el escaso tiempo que no estamos trabajando –y cómo ampliarlo-.

Este escenario parece imposible de hacerse carne hoy, en nuestro país, con la estructura laboral existente. Según datos de la Fundación Sol, entidad abocada a estudiar los fenómenos laborales, existe un 11% de chilenos que trabaja más de 11 horas diarias, y el 30% de los asalariados full time, trabaja 56 horas semanales. No obstante, y como indica la investigadora Karina Narbona, según la nueva encuesta de trabajo, hay alrededor de 591 mil personas sub-empleadas, lo que quiere decir que a un 56% de trabajadores le gustaría laborar más tiempo, pero no encuentra un segundo empleo.

CONTRA LA PAVOROSA CESANTÍA

La discusión sobre el tiempo de trabajo no es nueva, ni en el mundo ni en Chile. Ya en 1931, un sindicato obrero de tendencia anarquista, la Unión en Resistencia de Estucadores, URE, planteó y consiguió la reducción de la jornada laboral a seis horas diarias, principalmente como una forma de hacer frente a la “pavorosa cesantía”, como ellos la describían en la época. Tras ocho días de huelga general, lograron establecer el 21 de noviembre de ese año la jornada de seis horas para todas las construcciones fiscales, entre las que se cuentan la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile y la Biblioteca Nacional.

En la edición del 2 de diciembre de su publicación oficial “El Andamio”, señalan que “la productividad de la industria va en aumento; en cambio, no aumenta en la misma proporción el número de trabajadores empleados en la producción. ¿Cómo si no por la reducción de la jornada ha de poder nivelarse esa anomalía?”.

En esa misma edición, dan a conocer la aspiración de trabajar menos, no sólo como una reivindicación laboral, sino también en la búsqueda del desarrollo integral del trabajador y, como plantea Narbona, desde la aspiración de “emanciparse del capital”. Los obreros de la construcción señalan que propician la jornada de las seis horas, “no sólo para aliviar las penosas condiciones de los trabajadores, sino con el propósito de estar en mejores posiciones para la propaganda y la acción”.

Y completan la idea en “El Andamio” del 5 de noviembre de 1932, agregando que este tiempo libre alentará a “que estudie el obrero, a que viva una vida más humana y finalmente, a que la remuneración que actualmente se recibe, guarde más armonía con el esfuerzo que en el trabajo se despliega”. Sin embargo, esta experiencia duró poco tiempo y, ya en diciembre de 1932, se llama a conformar el “Comité Pro Defensa y Ampliación de la Jornada de seis horas” e invita a todas las “organizaciones revolucionarias a que envíen delegados autorizados a él”.

MÁS TIEMPO PARA VIVIR

Karina Narbona valora las propuestas de diversos sindicatos del mundo que han posibilitado, mediante la reducción del tiempo laboral, mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, como en gran parte de los países europeos. Hoy también en Latinoamérica existen ejemplos de esta práctica. En enero de este año, por ejemplo, se aprobó en Venezuela la reducción laboral a siete horas diarias -35 semanales-, señalando que el proyecto “dispondrá lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre en beneficio del desarrollo físico, espiritual y cultural de los trabajadores y trabajadoras”.

Una eventual reducción del tiempo de trabajo no actúa linealmente ni produce efectos automáticos en los trabajadores, debido a que, bajo las actuales condiciones de vida, mayor tiempo libre redunda en más tiempo para consumir. “Esta emancipación del capitalismo, a partir del tiempo libe, tampoco es tal, porque el capital también pautea nuestra formas de ocio”, precisa Narbona. Y esta idea queda complementada con lo dicho por Alex Godoy, miembro del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, para quien el tiempo libre no sería empleado en labores domésticas o de formación integral, sino en visitar familiares o paseos a la playa. Para Godoy, “el chileno visita a su gente, se come un asado y usa el auto”, según los últimos resultados del informe Casen y la “Encuesta de consumo cultural y uso del tiempo libre”, de la consultora Lapetus.

En ese sentido, la investigadora de Fundación Sol, enfatiza que “se requieren organizaciones de trabajadores que sean fuertes y que puedan incidir en el control mismo de la producción, no solamente a través de reivindicaciones salariales, sino que puedan plantear políticas de empleo, que puedan incidir en la gestión del trabajo dentro de las empresas, controlar en la contratación y no solamente ver condiciones de trabajo”, labor que debe ser asumida por el sindicalismo del siglo XXI, incorporando una visión integral más allá de las válidas y necesarias reivindicaciones laborales.

Y usted, ¿qué haría con más tiempo libre?

Por Leonel Retamal Muñoz

Imagen tomada de: Abajo El Trabajo (donde puede encontrar otra serie de imágenes y procedimientos para «relajarse»)

Tema publicado en la segunda semana de mayo de 2012.


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