Un avión de Aeroméxico que transportaba 103 personas se estrelló poco después del despegue del Aeropuerto Guadalupe Victoria en la ciudad de Durango, pero todos sobrevivieron al accidente.
En la información preliminar suministrada por los funcionarios de rescate mexicanos, contabilizaron ochenta y cinco personas heridas, dos de ellas de gravedad.
Sin embargo, los 97 adultos, dos niños y cuatro tripulantes, sobrevivieron al accidente, por lo que puede catalogarse como un verdadero milagro.
El gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, aseguró que no se encontraron cuerpos durante la primera inspección “Y esperamos que Dios quiera que no haya nadie allí, ningún cuerpo”.
El mandatario regional explicó que las posibles causas que provocaron el accidente pudo ser una ráfaga de viento que golpeó el avión al despegar. Esto hizo que la aeronave bajara rápidamente otra vez a la pista, que una de sus alas tocara el suelo y los motores se despegaran.
Para fortuna de todos los ocupantes, el avión cayó a solo 300 metros fuera de la pista, lo que permitió a los equipos de rescate llegar rápido y así poder extinguir las llamas y sacar a los supervivientes.
Milagroso escape
Jackeline Flores, mexicana pero residente en Bogotá, Colombia, relató que el avión se estrelló poco después de despegar bajo una intensa lluvia.
Cuando el avión cayó a tierra, ella y su hija lograron escapar gracias a un agujero que había en el fuselaje de la aeronave, mientras la cabina se llenaba de humo y llamas.
“Me siento bendecida y agradecida con Dios por salir viva de esta situación”.
Otro de los supervivientes indicó que escapó por la parte delantera del avión y cree que el accidente pudo ser ocasionado por la intensa tormenta que se registró cuando el avión despegó.
Rómulo Campuzano, secretario general del partido Acción Nacional, y sobreviviente relató que el despegue le pareció normal, “Sentí dos golpes muy fuertes y luego el avión comenzó a temblar de manera muy violenta y cayó. Gracias a Dios no se han perdido vidas”.
La aeronave siniestrada es un Embraer 190 con matrícula mexicana y propiedad de Aeroméxico.
Aunque varias personas consideran que la posible caída del avión pudiese ser producto de la fuerte tormenta, las autoridades informaron que es necesario estudiar el accidente para determinar las causas.