Vestida formalmente, de taco alto, pelo largo cuidadosamente cuidado y con un delicado maquillaje se presentó Tatiana Piñeros Laverde hace unos años a una entrevista de trabajo. Contadora pública, especializada en recursos humanos y ejecución presupuestaria por la Universidad Central de Bogotá, Tatiana había resultado preseleccionada entre varios postulantes. Era la última entrevista para firmar el contrato. La secretaria que la atendía chequeaba prolijamente cada dato impreso en sus hojas de vida hasta que reparó que en la cédula de identidad, específicamente en la M de masculino que como un timbre perpetuo asigna los géneros.
Ante la pregunta por si se trataba de un error, Tatiana respondió que no, que era transexual. La funcionaria se quedó fija por algunos segundos en la M, levantó la vista hacia Tatiana y lentamente devolvió los papeles a la carpeta. La llamaremos en los próximos días- le dijo.
“Sabía que nunca más me llamarían, me dio rabia, pero en ese momento decidí ser activista para luchar por los derechos de la población transexual”- nos contó a fines de 2013, sentada tras un escritorio de la Alcaldía mayor de Bogotá, donde ocupa el cargo de directora de Gestión Corporativa de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDID). Nombrada por el destituido alcalde Gustavo Petro en 2009, Tatiana se convirtió en la primera mujer transgénero en asumir un cargo público en Colombia.
Las funciones de Tatiana son fiscalizar la ejecución presupuestaria del SDID, a cargo de la ayuda a las comunidades más pobres de Bogotá. Un presupuesto de $ 570 mil millones de pesos colombianos anuales (unos 150 millones de dólares), pasan ante sus ojos, cifra que constituye el más alto monto de las diversas áreas del municipio.
¿Cómo llegaste al cargo?
– Cuando fue elegido Petro, me pide su asistencia en un tema de presupuesto de Bogotá, específicamente la Secretaría Distrital de Integración Social, que tiene uno de los presupuestos más altos de la ciudad, donde estuve un año y 4 meses, un período muy complejo, ya que el primer año de gestión edilicia se tienen que combinar el presupuesto de la gestión anterior con los nuevos planes de desarrollo.
Su gestión fue todo un logro, consiguiendo ejecutar el 98,47% del presupuesto de su repartición. La experiencia la tenía desde que a los 29 años ingresó a trabajar en la Contraloría General de la República colombiana. También dirigió una agencia de publicidad, donde entró como ‘el gerente’ y salí siendo ‘la gerenta’- según cuenta.
MUDANDO A MUJER
Una noche de noviembre de 2006, a los 29 años Tatiana se pintó los labios por primera y usó vestido y tacos. Desfiló en un bar de Chapinero, barrio bohemio de Bogotá, junto a otras candidatas para la corona de transformistas Miss Simpatía.
Dos años tardaría en tomar la decisión de dejar de su condición masculina y se operó. Luego recibió la cédula de identidad que confirma la persona que siempre quiso ser: Tatiana Piñeros Laverde.
En Colombia sólo estaba el precedente de la alcaldesa de Chapinero, Blanca Inés Durán, reconocida públicamente como lesbiana. Nadie más de todo el espectro político se reconoce públicamente como gay o lesbiana. Tatiana recalca que “no estoy acá por ser mujer transgénero ni por ser una persona que pertenece a los sectores LGBT. Es por la experiencia profesional que tengo. La capacidad profesional, la honestidad, el compromiso ha sido por lo que he sido valorada. En verdad, sí he sufrido de discriminación, pero nada si lo comparamos con otras mujeres transgénero que no tuvieron el apoyo familiar y jamás alcanzaron a llegar a la universidad”
¿Pero crees que en un gobierno más conservador tu capacidad sería valorada?
– En un partido conservador o en un gobierno de derecha creo que no. De hecho, ni siquiera importaría si soy contadora, si tengo experiencia. Como soy transgénero creo que recibiría un ‘no’.
Tatiana prefiere concentrar la entrevista en los objetivos colocados durante la gestión de Gustavo Petro. Comentó que tenía un buen equipo de asesores porque para el ex alcalde “la prioridad eran las poblaciones más vulnerables de la sociedad. Aplicando el tema de la redistribución, que no es distribuir de manera igualitaria, sino que de distribuir a las personas que tienen menos capacidad, la pregunta es cómo se le generan más capacidades para llegar a un nivel de igualdad con el resto de personas que tienen otro tipo de oportunidades”.
¿Existe alguna política específica para la población LGBT?
– Existe la política pública para la población LGBT, expresado en el Acuerdo 371 del Concejo de Bogotá 2009, pero este gobierno entendió que las personas LGBT tenemos otro problemas de discriminación. Otro tipo de violencia diferente al común de la sociedad, como la experimenta la gente muy pobre. Los LGBT cruzamos todos los estratos y tenemos otro tipo de vulneraciones, que muchas veces van más allá de lo económico. Hay personas que por ser gay o lesbianas se les discrimina en el trabajo. Tenemos así un particular tipo de vulneración de derechos. A partir de lo anterior, en este gobierno se definieron acciones puntuales en el plan de desarrollo, atendiendo el eje Nº 1 del Plan de Desarrollo que es disminuir la segregación y discriminación. Así se generaron acciones puntuales. El 98% de las personas LGBT declaran haber sentido discriminación en algún ámbito, sea económico, social, educacional o de trabajo. Una de las metas es disminuir esa discriminación.
¿Qué opinas de la integración de personas transexuales en América Latina?
– En Latinoamérica hay países que tienen un recorrido y un avance en políticas de integración social, como Argentina, algo también en Brasil. Colombia tiene algunos de esos avances. En otros países, como Chile ha habido avances, pero no porque existan políticas o leyes contra la discriminación, sino por casos de capacidades personales que han movilizado cambios. El caso de la concejal de Lampa, Felipe González, una lidereza reconocida por su comunidad.
¿Y al interior del activismo gay como ves la cosa?
– En diferentes encuentros de líderes mundiales LGBT en los que he participado me he dado cuenta que en realidad son encuentros LGB, porque entre mil invitados había 4 ó 5 personas trans. Les decía que esto era un indicativo muy fuerte de la discriminación hacia las personas trans. Las personas trans somos las que llevamos la mayor carga de discriminación y segregación. Eso se ve en todos los encuentros y eventos que se hagan. Si hasta en los encuentros de la diversidad sexual somos minoría.
¿Qué destacas de la gestión de Gustavo Petro?
– Creo que desde la gestión de Petro, el plan de desarrollo es un indicador que permite evidenciar que Bogotá se comenzó a pensar, una ciudad más inclusiva. Los temas allí tratados van a repercutir en toda Colombia. Temas como el Plan de Ordenamiento Territorial, que definitivamente es llevar a Bogotá a ser una ciudad de futuro, integrada, que se adapta a los temas de desarrollo, no con la segregación social típica de nuestro continente que separa a los más pobres a los extramuros de la ciudad. Lo que se haga en Bogotá repercute en toda Colombia.
En marzo pasado el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, confirmó la destitución de Gustavo Petro, quien había sido castigado con el alejamiento de su cargo y 15 años de imposibilidad de ejercer cargos públicos por el procurador Alejandro Ordóñez. La causa fue por la devuelta del servicio de basura de la ciudad a la gestión pública, lo que para la Procuraduría significó que “se vulneraron los principios constitucionales de libre empresa y competencia”.
Preguntamos a Tatiana sobre su permanencia en el cargo y nos respondió durante esta semana que “desde el 16 de mayo del año pasado el alcalde Petro me pidió que le ayudara como Directora de Gestión Corporativa de la Secretaría General, es decir, ahora estoy directamente en el palacio Lievano”.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
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