En redes sociales el gobierno de Chile ha publicado un panfleto patriotero poco afortunado si entendemos el acuerdo por el litio con SQM.
Disfrazar de gráfica nacional y sentido patriota busca vestir la entrega, por secretaría, del litio de todos los chilenos al clan Ponce-Pinochet hasta el año 2060. Es obsceno.
En plenas fiestas patrias, ha salido a relucir en redes sociales una gráfica con estética popular de los recorridos de micro de antaño que dice: “El litio es chileno, el futuro también”.
Lo anterior no es del todo cierto; si no fuera por la decisión militar de declarar el litio como un elemento altamente estratégico y no concesible, la situación sería diferente. Sin embargo, en Chile, el litio es igualmente explotable por empresas privadas que han contaminado el medioambiente, pero también, la institucionalidad, la política y el sistema judicial, obteniendo arriendos y permisos altamente ventajosos.
La gráfica “El Litio es Chileno, el futuro también” ha sido publicada por el gobierno de Chile en redes sociales un 22 de septiembre de 2024.
Uno de los argumentos del gobierno para defender el acuerdo directo con el Clan Ponce-Pinohcet, es que el negocio se está haciendo con una empresa chilena: SQM.
Lo anterior es falso pues SQM es solo en una parte de capitales chilenos, también tiene capitales de China y Estados Unidos.
A estas alturas el chovinismo, la exhaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero, no tiene sentido sobre todo si hablamos de litio.
Si revisamos la historia del litio en Chile, que puede usted leer en el enlace, veremos que, en resumen, capitales transnacionales aliados con alguna oligarquía «local» han desarrollado actividades productivas en sectores clave, comprando a políticos. Además, cuando hay participación del Estado, esta se diluye con el tiempo en privatizaciones encubiertas.
La idea original del presidente Boric de crear una empresa en del litio chilena, se ha metido en una juguera y dado de resultado un brevaje alto en validación de la apropiación de empresas claves en tiempos de dictadura, al clan Ponce-Pinochet.
Se valida patriotismo violador de derechos humanos consagrando como un acto patriotico el acuerdo Codelco-SQM en plenas fiestas patrias.
Es un abuso a la inteligencia del chileno informado, es un acuerdo forzado por una maquinaria de abogados y comunicacional, que no solo es un mal precedente para una institucionalidad altamente cuestionada en su obrar, si no también una pésima señal para tantos otros inversores extranjeros y chilenos interesados en litio.
Un acuerdo que incluso no ayuda a resolver amistosamente las tensiones geopolíticas del mundo contemporáneo y del futuro donde el litio juega un rol clave.
Un acuerdo, en el que a la fecha, se han gastado millones en abogados y otros miles de millones de dolares que ya se perdieron por no haber llamado a una licitación internacional transparente cuando el precio del litio estaba en la nubes y este defensor del interes de la Hacienda patria lo hizo ver.
El Ciudadano
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