Según los datos entregados por la policia alemana, David S, el germano-iraní de 18 años sospechoso del asesinato de nueve personas el viernes en Múnich, estaba bajo tratamiento por depresión. La policía, que registró la vivienda del estudiante en en Maxvorstadt, un céntrico barrio de la capital bávara, encontró allí información —libros y artículos— sobre matanzas masivas.
Tras buscar pruebas que lo vincularan con alguna agrupación religiosa, la policía informó que no encontró pruebas en la habitación de David S que lo relacionaran con algún brazo religioso.
El presidente de la policía de Múnich cree que el germano iraní pudo inspirarse en la matanza perpetrada en Noruega por Anders Breivik, de la que justo el viernes se cumplían cinco años. La relación, ha dicho el responsable policial «es obvia», ya que al parecer el supuesto autor del tiroteo de Múnich hizo varias búsquedas sobre lo ocurrido en Oslo y la isla de Utoya, en la que el ultraderechista mató a 76 personas.
La mayor parte de las víctimas del brutal ataque son jóvenes que salieron a disfrutar de una tarde de viernes en las cercanías del centro comercial Olympia. Ocho de los nueve muertos tendrían entre 14 y 21 años, según informaciones policiales.
Múnich trata de recobrar la calma tras su peor día en décadas, que ha dejado diez muertos —incluido el agresor— y 16 heridos, tres de ellos de gravedad.