¿Queremos bases militares estadounidenses?

La última reunión de UNASUR, dedicada a la presencia de bases militares de EEUU en Colombia, terminó por ratificar la importancia de tal instancia regional


Autor: Mauricio Becerra

La última reunión de UNASUR, dedicada a la presencia de bases militares de EEUU en Colombia, terminó por ratificar la importancia de tal instancia regional. Pese a la tibia posición chilena, el rechazo a una intervención solapada cierra filas entre los mandatarios del continente.

Para el lamento de la posición chilena en la reciente cumbre de UNASUR, el propio Presidente Uribe planteó que la decisión no es un problema de soberanía. Recordemos que nuestro país inicialmente se opuso a la medida para luego afirmar que respetaba las decisiones soberanas de Colombia y cualquier país. No es así y Uribe lo dejó en claro. Es evidente que las decisiones le competen sólo a Colombia y nada puede impedir que su gobierno haga lo entienda correcto. Por eso, el propio Presidente Uribe fundamentó en la línea del combate al narcotráfico y el terrorismo asumiendo además, que nadie – en alusión a Venezuela – debe sentirse amenazado. Pidió además, según indican agencias de prensa, que la Cumbre fuera transmitida por televisión. El resultado de la Cumbre fue que los países de la región decidieron seguir con la discusión de este tema en una perspectiva regional de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo y crear una doctrina común de defensa.

Afortunadamente, casi ningún mandatario de la región entró a discutir las formas, como Chile, sino el fondo. ¿Por qué deben haber bases militares extranjeras en cualquier país? Y más encima norteamericanas cuando sólo un marciano pudiera desconocer el nefasto rol de las instituciones militares norteamericanas en nuestro continente.

Es un hecho que la presencia estadounidense es conflictiva y crea divisiones. De ahí que lo afirmado por Uribe sea coherente en tanto pretende dar respuesta a esa interrogante aunque la que él entrega, carece totalmente de objetividad porque Estados Unidos no es el más indicado aliado militar para asegurar la paz en ninguna parte.

Lo que corresponde sin dudas, es rechazar la instalación de las bases en Colombia. La verdad sea dicha, hemos vivido años con el cuento del narcotráfico y el terrorismo como justificaciones para gastar millones de dólares en armamento y la guerra. Hay grandes empresas gringas que hacen lucrativos negocios con el resultado de miles y miles de muertos, desplazados, refugiados y desaparecidos y sin embargo, ni hay ningún gramo de cocaína menos en Estados Unidos.

Recordemos también como durante la guerra sucia en Centroamérica, se comprobó la participación de agencias gubernamentales estadounidenses en el tráfico de drogas para obtener financiamiento a dicha guerra. En esa misma guerra, la utilización de bases militares hondureñas por Estados Unidos, agravó el conflicto con Nicaragua, o sea, existen precedentes de que las bases militares no aportan a la lucha contra el narcotráfico, de que sí se han usado contra terceros países y han sido utilizadas para profundizar guerras, no para la paz.

A mayor abundamiento, corresponde señalar la enorme relevancia que ha logrado alcanzar la UNASUR en el contexto regional. La presencia de todos los mandatarios al encuentro constituye un hecho sin precedentes, más aún si se considera el motivo de la reunión. Evidentemente, este tema sería imposible abordar en la OEA.

Resultan así anacrónicas y realmente aburridas, las criticas a UNASUR y reflejan tanto desconocimiento como mala fe de algunos medios de comunicación y dirigentes políticos. En los días previos al evento, se hizo un burdo ejercicio de mostrar un órgano dividido y básicamente tendiente a concentrarse en Venezuela como responsable de tanta alharaca.

Incluso el abanderado derechista planteó que el organismo regional estaba en rodaje y restaba aun ver si era útil y eficaz en su quehacer. Es obvio que está en rodaje si se tiene en cuenta que lleva poco de funcionamiento. Sin embargo, frente al tema de eficacia, si se contrasta su quehacer con el de la OEA, organismo inspirado en el panamericanismo, la distancia es notoria.

Sin dudas que existen diferencias, pero eso no es atributo exclusivo de UNASUR. Aun la Organización Mundial de Comercio no logra resolver medidas eficaces para garantizar el libre comercio obstaculizado por el proteccionismo de los países mas desarrollados; Israel no cumple ninguna de las resoluciones – que no quiera – decididas por Naciones Unidas, etc. (y un largo etc.). Es decir, diferencias siempre hay, el asunto es aprender a construir en la diversidad. Acá el tema no es la eficacia de UNASUR o si es problema de Colombia o no. Se trata de pronunciarse sobre qué pensamos en torno a la instalación de bases norteamericanas en Colombia y en definitiva abogar por la no intromisión de Estados Unidos en la región.

Carlos Arrue
Cuentista político ICAL

El Ciudadano


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