Estamos frente a otro 12 de octubre y de nuevo escucharemos los mismos argumentos de los reaccionarios de siempre tratando de justificar, lo injustificable.
Absolutamente nada puede justificar el genocidio indígena que comenzó ese fatídico 12 de octubre de 1492, dado que esto fue lo realmente ocurrió y no lo que nos cuenta la versión oficial de la historia, sobre un supuesto descubrimiento de América.
La utilización del lenguaje es muy importante, las palabras pueden ayudar a esconder la verdad o tratar de hacerla más digerible, sobre que ocurrió realmente con la llegada de los europeos a América
¿Quienes eran los civilizados y quienes los salvajes?
En Europa en esos años había miles de hambrientos y la pobreza era generalizada, la Inquisición, quemaba por herejes a los científicos y aplastaba las manifestaciones culturales divergentes con la religión oficial.
En América en cambio, existían grandes ciudades y la gente no pasaba hambre, esto a pesar de que los métodos de producción en América eran más atrasados que los europeos. Los pueblos americanos tenían sus propias culturas y habían construido civilizaciones que en varios aspectos eran más avanzadas que las europeas.
Con los europeos la sociedad dio varios pasos atrás en su evolución, con ellos llegaron las masacres, el genocidio, la crueldad sin limites y la esclavitud.
Pero increíblemente una de las principales excusas fue precisamente que los europeos llegaron a nuestro continente para «civilizarnos». Históricamente esta ha sido una excusa que utilizan los países poderosos para llevar a cabo guerras para apropiarse de las riquezas de otros pueblos a los que se les considera salvajes o atrasados, algo que continúa hasta nuestros días. Esta es la excusa que utiliza hoy Estados Unidos, para invadir Afganistán o Irak, para hacerles llegar la «democracia» y la «civilización occidental» a esos países «atrasados» y «terroristas»
¿Llegaron a descubrirnos o robarse nuestras riquezas?
Es importante resaltar que si bien las civilizaciones y pueblos que habitaban América no habían desarrollado una clara diferenciación de clases como ya se había dado en Europa y el tema de la «propiedad privada». En este continente todavía no existía la propiedad privada sobre la tierra, sino que era colectiva. Algo que no gustaba a los conquistadores europeos y utilizaban de argumento para considerar «salvajes» a sus habitantes.
A pesar de que los pueblos del continente no tenían el mismo nivel de desarrollo de los instrumentos de trabajo y armas de los europeos, lo cierto es que en muchos aspectos las condiciones de vida de sus habitantes eran muy superiores a las que tenían en ese momento la mayoría de las personas en Europa.
El Estado chileno y los Mapuche «atrasados» y «terroristas»
Es increíble que después de 516 años la clase dominante que controla el Estado chileno siga usando los mismos argumentos de los criminales y ladrones que llegaron a saquear nuestro continente hace más de cinco siglos.
Los mapuche éramos una nación independiente hasta hace poco más de cien años y este es un hecho muy importante tomando en cuenta que Chile recién esta celebrando su bicentenario, esta es la razón por la que la pérdida de independencia de los mapuche aún está muy fresca en nuestra memoria.
Los mapuche nunca fuimos controlados, ni derrotados militarmente por los imperialistas españoles y sólo después de 80 años de la constitución de Chile como una república «independiente», lograron apropiarse del territorio de la nación mapuche. Para anexar nuestro territorio a Chile tuvieron que llevar a cabo una masacre, la eliminación física de miles de mapuche, una de las «hazañas» mas criminales y genocidas del valiente ejército chileno y todo en el nombre de «la pacificación de la Araucania». Algo similar, guardando las proporciones, a la «pacificación» que llevaron a cabo las fuerzas armadas el 11 de septiembre de 1973, las FF.AA. chilenas siempre han sido muy valientes al enfrentarse a pueblos desarmados e indefensos, todo en defensa de la «propiedad privada», la de ellos por supuesto, por que nunca han respetado la de otros pueblos.
La democracia, la violencia y los mapuche.
La larga resistencia del pueblo mapuche nunca se ha apagado, sino que renace una y otra vez y lo seguirá haciendo a pesar de la represión criminal que ejerce el Estado chileno en contra de nuestro pueblo.
La usurpación no sólo es un concepto histórico, sino una realidad que ha cruzado los siglos. La usurpación no es de hace 500 o 200 años, es de ayer con la dictadura de Pinochet, es de hoy con las forestales y las transnacionales de la madera que siguen usurpando nuestro territorio. También continúa con la actual «democracia» y con los abusos diarios de la policía, que los actuales gobiernos de la Concertación amparan y garantizan impunidad.
Los «demócratas» de la Concertación, son los que justifican los allanamientos de nuestras comunidades, amedrentamientos, atropellos, vejámenes, torturas y asesinatos de nuestros hermanos.
La prensa y la justificación del uso de la violencia contra los mapuche.
La campaña mediática es simplemente aplastante y de nuevo vemos el uso malicioso del lenguaje: «conflicto mapuche», «asociación ilícita terrorista», «incendios terroristas», «amenaza terrorista», «actos terroristas», todos estos titulares de los medios de prensa, tienen un claro uso tendencioso y apuntan a justificar el uso de la violencia contra los mapuche, pero acusándonos a nosotros de violentistas.
Acusar a los mapuche de violentos es una clara tergiversación de la realidad, los mapuche hemos sido masacrados, se nos ha robado nuestro territorio, se nos ha discriminado, criminalizado, encarcelado, o sea, en pocas palabras históricamente lo único que hemos recibido de la elite dominante del Estado chileno ha sido violencia y no cualquier violencia, sino una violencia criminal y no estamos hablando sólo de la historia, dado que estos hechos están pasando hoy en nuestras comunidades.
12 de octubre de 2008, es necesario fortalecer nuestras organizaciones.
La violencia empleada por los gobiernos de la Concertación, la derecha y los empresarios, no puede amedrentarnos, inevitablemente sólo engendrara niveles superiores de organización y lucha.
La única conclusión que podemos sacar ante un nuevo 12 de octubre, es que es más necesario que nunca retomar la lucha para defender nuestros derechos, para recuperar nuestro territorio y para lograr la libertad de todos los presos políticos mapuche.
Por Celso Calfullan