20 años de la CAM: “Sin territorio no hay autonomía”

“Sin territorio no hay autonomía, sin autonomía no hay una verdadera reconstrucción como pueblo ancestral. Estos principios han inspirado e impulsado a nuevos movimientos de Resistencia Mapuche tanto en Gulumapu como en Puelmapu”, señalan desde la agrupación.

20 años de la CAM: “Sin territorio no hay autonomía”

Autor: Felipe Menares

A 20 años de su aparición pública, la Coordinadora Arauco Malleco emitió una declaración relevando estas dos décadas de lucha, iniciadas con la quema de camiones en Lumaco, en diciembre de 1997. A continuación, reproducimos las palabras de la agrupación.

“Dos décadas han transcurrido desde la aparición pública de la organización Mapuche, anticapitalista y revolucionaria “Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco” (CAM), donde uno de sus hitos fundantes fue la inesperada en aquel entonces quema de camiones forestales en el contexto de reivindicaciones territoriales por parte de comunidades Mapuche de la zona de Lumaco, provincia de Malleco, a comienzos de diciembre del 1997.

Hecho que se convirtió en una representativa forma de lucha concreta que hasta ahora se ha ido plasmando como una forma viable y paulatina de desalojar, desde las comunidades mapuche en resistencia, a los usurpadores capitalistas. A partir de allí, el emergente movimiento Mapuche de la década de los noventa que se articulaba y levantaba en torno a recuperar sus territorios ancestrales comprendió que existen otras formas de hacer política y conseguir sus legítimas demandas; desde la autonomía, el sabotaje a los bienes e infraestructuras del capital y la resistencia ancestral y directa, tanto como en las tomas de terreno, las siembras productivas y las acciones defensivas de legítima violencia revolucionaria que consigan tanto como enviar un mensaje a la sociedad, rompiendo el cerco informativo y hegemonía de los medios de comunicación, como la paralización y boicot económico a sectores empresariales anclados en el Wallmapu histórico, en particular a las empresas forestales y megaproyectos. Lineamientos que van madurando al calor de la lucha en aquel entonces en Lumaco y otras zonas de Resistencia Mapuche (como Cañete, Tirua, Ercilla, Cautin, Collipulli, Contulmo, entre otras) y se perfilan al margen de aquella institucionalidad chilena neocolonial y neoliberal que en escencia solo da garantías para que el empresariado mantenga su poder económico y fáctico en las zonas que le fueron usurpadas al pueblo Mapuche. Años de esperas pasivas, manifestaciones mudas y reclamos silenciados en torno a la devolución y defensa del territorio Mapuche y la biodiversidad, fueron superados debido a los lineamientos propuestos por la CAM, que además no eran nada nuevo, sino más bien vendrían a reconstruir y rescatar en gran medida la Resistencia histórica que realizó el pueblo mapuche al invasor español y luego al invasor Chileno-Argentino, donde el rol del Weichafe retoma un papel fundamental en el proceso en conjunto con las autoridades ancestrales tales como Machi, Longko, Kimche, Ngenpin, entre otros roles tradicionales importantes para la reconstrucción y revitalización del mundo mapuche.

La práctica anticapitalista y de liberación sigue en pie: Sin territorio no hay autonomía, sin autonomía no hay una verdadera reconstrucción como pueblo ancestral. Estos principios han inspirado e impulsado a nuevos movimientos de Resistencia Mapuche tanto en Gulumapu como en Puelmapu, donde se puede ver un ampliado horizonte de lucha conjunta y de mayor agudización del conflicto, demostrando que 20 años de escalada Resistencia y radicalización han traído consecuencias pero éstas son parte de la lucha verdadera y con ello también el trabajo comunitario de base en zonas de Resistencia Mapuche se han ido fortaleciendo, madurando y adaptando a los nuevos planes represivos y métodos desarticuladores y asistencialistas que realizan los sucesivos gobiernos neoliberales casados con el mercado capitalista. Estos principios y virtudes que no se han perdido con el pasar de los años, son los que han significado persecución política permanente, cárcel, desapariciones y hasta muerte de jóvenes Weichafes que cayeron luchando por el territorio.

Desde el proceso de Recuperación y Control Territorial Mapuche del fundo Pidenco usurpado por Forestal Arauco, en la zona de Lumaco, que comprende unas 2000 hectáreas y donde gran parte de ese territorio han sido azotado por el modelo extractivista de monocultivo de plantación forestal, la Werken Orfelina Alcaman hace un saludo conmemorativo a los Weichafe, combatientes anónimos, mártires, peñis, lamgen, militantes de la causa mapuche y voceros políticos de la CAM, reflexionando, respetando y valorando toda esta trayectoria de lucha social, política y revolucionaria que desde las comunidades Mapuche, en distintos puntos del Wallmapu, ha ido sembrando dignidad y conciencia Mapuche, para avanzar poco a poco a la autonomía y autodeterminación”.


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