Ocho personas que llevan casi una década presos de manera arbitraria en el sureño estado de Chiapas contrajeron COVID-19 en reclusión. Ahora, una campaña internacional aboga por una amnistía que considere las violaciones a sus derechos y al debido proceso en su encarcelamiento para lograr su libertad.
Personalidades de todo el mundo, como el premio nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, se sumaron al reclamo de libertad para el grupo conocido en México como los Solidarios de la voz del Amate, presos indígenas que se sumaron a una iniciativa creada en 2006 por el profesor Alberto Patishtán Gómez, quien brindó su testimonio.
«Chiapas es un lugar donde históricamente ha habido una gran cantidad de caciques (líderes carismáticos vinculados al poder político que mantienen su poder por medio de la fuerza) y gente que ha abusado de su poder económico para hacerse de grandes extensiones de tierra y a quienes se les permite romper la ley cada vez que se les antoje. Es muy común que, por la vulnerabilidad de las comunidades indígenas, puedan culparlos de delitos que no cometieron», explicó Miguel Ángel Zenón, integrante de la campaña por la liberación de los Solidarios.
Prisión arbitraria y tortura
Martín Gómez López, Roberto Martínez Pérez, Felipe Díaz Méndez, Mariano Pérez Velasco, Mario Gómez López, Mariano Gómez López, Mario Díaz Rodríguez y Marcos Gómez López son los Solidarios de la voz del Amate que están presos en el Centro estatal de reinserción social para sentenciados número 5, ubicado en la ciudad de San Cristóbal de las Casas.
«Son ocho indígenas tzotziles chiapanecos originarios de tres lugares distintos de Chiapas, (Huixtán, Mitontic y Chalchihuitán) de comunidades alejadas de las cabeceras municipales [ciudades que ofician como capital de los municipios mexicanos] que son zonas de alto rezago y marginación», dijo Zenón.
La fuente refirió también que al momento de su detención varios de ellos no hablaban español o no sabían leer y escribir en este idioma y lo más drástico es que «todos tienen en común que fueron torturados para poder imputarles delitos que no cometieron», para que firmaran confesiones con los que luego fueron encarcelados. Aunque la mayoría no ratificó esas confesiones hechas por medio de apremios físicos en sus declaraciones posteriores, esto no evitó que fueran apresados durante años sin condena y luego condenados por crímenes que, señalan, no han cometido.
«Mariano Pérez Velazco es quien lleva más tiempo, 15 años preso y estuvo casi todo ese tiempo sin condena», explicó Zenón. Los demás, llevan entre siete y diez años detenidos a fuerza de confesiones obtenidas bajo tortura.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador promovió una ley de amnistía para personas privadas en libertad en México en situaciones similares a las descritas en este caso —cometidos por sujetos originarios de pueblos indígenas— esta solo abarca a los presos condenados en el fuero federal de justicia y no a los del fuero común, como es el caso de los Solidarios de la voz del Amate, enjuiciados por el sistema local chiapaneco.
«Además del lamentable rezago en Chiapas en materia económica, social y política, la injusticia provoca miseria. La injusticia provoca la ruptura de los tejidos comunitarios, el despojo de tierras, la violencia, la tristeza y el dolor. En la cosmogonía de los pueblos indígenas, todos somos parte de un todo y cuando se rompe ese equilibrio con la injusticia, se rompe el todo», explicó Zenón.
Una voz fuera de la prisión
Alberto Patishtán Gómez es un profesor indígena de 49 años quien, estando preso en el Centro de Reinserción Social número 14 de Cintalapa (Chiapas), llamó a la organización de los presos indígenas de manera arbitraria por su libertad.
«Estuve 13 años, 5 meses y 9 días preso», dijo Gómez. Fue liberado en el año 2013 gracias a una amnistía como la que ahora reclama para los 8 Solidarios de la voz del Amate, personas que en su momento se sumaron a su demanda.
«A través de la palabra y de métodos pacíficos de lucha, nuestros pueblos originarios son muy orales de compartir la palabra. Y el amate es un árbol de dónde los pueblos sacaban papel y que hay uno fuera de la Cereso 14, que le da nombre», explicó Zenón.
Patishtán refirió otros motivos más personales para empezar esa campaña, 14 años atrás. «Una de las cosas que hay que hacer es la insistencia y la resistencia para los compañeros Solidarios de la voz del Amate porque es lo que me permitió no perder la esperanza, no desanimarse», dijo.
En conferencia de prensa en San Cristóbal de las Casas, Patishtán participó del lanzamiento público del llamamiento internacional en apoyo a los presos indígenas de los Solidarios de la voz del Amate, que recogió firmas de personalidades del mundo que fueron presentadas públicamente en una variedad de idiomas además del español: tzotzil, tének, purépecha, otomí-hñahñu, mixteco, inglés, alemán, italiano y francés.
«La campaña a nivel nacional e internacional es lo que funcionó en mi caso y es lo que estamos haciendo por lo compañeros ‘Solidarios de la voz del Amate’, porque el sistema está casi igual como en los tiempos que yo viví. Las autoridades están cerradas, no han dado la cara para encontrar una solución para que los compañeros puedan salir», explicó Patishtán desde Chiapas.
La expectativa es positiva, aunque la situación de los Solidarios es delicada. Según han podido saber los integrantes de la campaña por su liberación, comenzaron a manifestar síntomas compatibles con COVID-19 desde el viernes 15 de mayo. El día 20 fueron trasladados a la enfermería de la cárcel y aunque —según relató uno de ellos por teléfono— se les practicaron hisopados, no se ha recibido confirmación oficial de su estado de salud ni del resultado de esos exámenes.
Sí se sabe que dos custodios del personal policial del Cerss 5 han contraído COVID-19 y que uno de ellos falleció a causa de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus.
Zenón relató que, aunque la autoridad carcelaria reconoció en primera instancia que los Solidarios estaban enfermos, cuando se robusteció la campaña por el pedido de amnistía, han salido públicamente a afirmar lo contrario. Sin embargo, en los contactos que se tiene con ellos, han denunciado la falta de atención médica y de disponibilidad material sanitario para mantener la salubridad y la higiene necesarias para evitar mayores contagios en el centro de reclusión.
«Estamos exigiendo la amnistía para los Solidarios de la voz del Amate que están delicados por COVID-19, hay muchos de ellos con fiebre muy alta, dolor de garganta y parece que el compañero Mariano Pérez Velazco ha tenido mucho dolor de corazón, por lo que no sabemos qué puede pasar estos días», explicó Patishtán.
Al ser consultado sobre sus expectativas para su pronta liberación, el profesor respondió: «creo que las autoridades no lo van a hacer solas, somos nosotros que tenemos que obligarlas a hacerlo», concluyó.
Cortesía de Sputnik
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