Alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur a la comunidad


Autor: Cristian

Ante los hechos ocurridos durante la mañana del día jueves 3 de enero de 2008, en territorio mapuche, condeno enérgicamente la muerte de nuestro hermano Matías Catrileo, estudiante mapuche de Agronomía de la UFRO.


Al respecto, expreso mi profunda preocupación por estos hechos que vuelven a dejar en evidencia el trato que recibe nuestra gente cuando exige sus legítimos derechos, frente a lo cual el parlamento, los tribunales y especialmente el gobierno con su actitud de soberbia, terminan avalando y legitimando la utilización desmedida de la fuerza por parte de carabineros. Actitud, representada hoy en las palabras del Intendente de la novena Región Oscar Eltit, quien declaró que no acepta la intervención de la iglesia y además amenazó con reforzar policialmente el sector. Juntamente con ello el llamado de carabineros de la VIII región a aumentar la dotación de policía en la zona ya militarizada de nuestra provincia.

En este contexto, valoramos la acción humanitaria de la Iglesia Católica, a través del obispo Sixto Parzinger. La presencia de la Iglesia obedece a la pérdida de credibilidad en el gobierno y las instituciones del Estado, debido a su actuar discriminatorio no tan sólo con el pueblo mapuche, sino que también frente a los procesos reivindicativos de la sociedad chilena en general. Así lo demuestra el baleo que afectó a los comuneros de Tirúa sur en 1999, a Abraham Santi en una recuperación de tierra en Lleu Lleu en 2001, la muerte de Alex Lemún en 2003, y la huelga de hambre de los Presos Políticos Mapuche. Todas estas situaciones son generadas por la inexistencia de una política adecuada hacia nuestros pueblos originarios y la pérdida de credibilidad que se agudiza cuando el Gobierno hace oídos sordos frente a las resoluciones de distintos organismos internacionales de Derechos Humanos que dan cuenta de la violación de nuestros derechos.

Esperamos que no se repitan los mismos hechos que rodearon la muerte del trabajador forestal Rodrigo Cisterna, donde el caso fue derivado a la fiscalía militar, poniéndose un manto de duda en el proceso que -hasta el día de hoy- se mantiene en total impunidad. Su muerte se dio en medio de movilizaciones contra el modelo económico imperante y quienes lo lideran, en donde una vez más el gobierno terminó avalando el sistema y legitimando el proceder de Carabineros.

Me preocupa la relación que se está produciendo entre Estado y el Pueblo Mapuche, ya que bajo estas normas seguirán siendo de desencuentro, mientras el Estado se niegue aceptar nuestra existencia como pueblo y a legislar en las materias que involucran directamente nuestros derechos colectivos. Nuestra lucha por la restitución de nuestro territorio seguirá, y si no hay un cambio real que reconozca nuestras demandas, se seguirán sumando víctimas de manera innecesaria. Los problemas no se resuelven a través de la represión, ni militarización de nuestro territorio, menos asesinando a nuestra gente.

En base a todos estos antecedentes, y considerando que un proceso llevado por la fiscalia militar no es garantía de transparencia, ya que este organismo es un resabio de la dictadura militar; solicito se nombre un Ministro en Visita, que en conjunto con la buena voluntad de la Iglesia Católica den garantía de un debido proceso, que logre dar cuenta de lo ocurrido y que los responsables de la muerte de nuestro Peñi, no queden en la impunidad.

Adolfo Millabur Ñancuil,

Alcalde de la comuna de Tirúa y dirigente Lafkenche.


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