“Decir mi historia es la historia de mi país donde te dicen que estás mal, (que) ni lo intentes, más si eres mujer, indígena o porque vivo en una comunidad donde mi origen ya definió mi historia”.
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¿De quién son estas expresiones doloridas?, son de Eufrosina Cruz Mendoza, oaxaqueña, diputada federal y sobresaliente luchadora por la inclusión en México.
Cuando habló de sí misma y de su historia, durante la pasada edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Eufrosina Cruz estaba ante un nutrido grupo de mujeres que la conocen y que fueron a la presentación de su libro Los sueños de la niña de la montaña.
La ruptura a la edad más tierna
Eufrosina tenía apenas 12 años de edad cuando decidió cambiar su suerte. Había nacido el 1 de enero en Santa María Quiegolani, Oaxaca, y como se negaba a que la casaran a esa edad y como quería ir a la escuela antes que hacer tortillas, recibió golpes de su padre al que pronto dejó de ver, pues se fue de su pueblo rumbo a la capital del país.
Ahora, durante una conferencia en el Instituto Tecnológico Autónoma de México (ITAM), Eufrosina platicó esa parte de su vida: “Si yo no hubiera peleado, primero, por mi libertad, hoy formaría parte de la estadística de la pobreza y marginación de este país. Pero yo hablo de la pobreza y marginación de la mente porque, cuando una mente no se educa, tiene miedo a romper los paradigmas culturales que la sociedad nos ha impuesto”.
Con esfuerzos, Eufrosina Cruz pudo cumplir su cometido de estudiar y saber más y concluyó la licenciatura en Contaduría, en la Universidad Autónoma “Benito Juárez”, de Oaxaca.
Las lecciones de su primera batalla política
Como nunca olvidó a su comunidad, volvió a Santa María Quiegolani y se propuso ser la presidente municipal. Ganó la elección, pero los usos y costumbres sólo permitían votar a hombres, así que su triunfo fue anulado.
“Cuando ya descubres que tú también tienes derechos y obligaciones y lo que ves en tu entorno no te gusta, ¿qué te queda hacer? ¿Callarte o hacerlo visible?”, dijo al recordar su primera batalla política.
Eufrosina persistió y llegó a ser diputada local en Oaxaca y luego diputada federal para el periodo 2021-2024, apoyada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Como presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, del Congreso oaxaqueño, consiguió modificar la Constitución local, en el Artículo 2 que reconoce el derecho de las mujeres indígenas al voto y a ser votadas.
Dos años después, desde el Congreso de la Unión, al que llegó como diputada por el principio de representación proporcional, impulsó y logró la aprobación del derecho al voto y a ser votadas para las mujeres indígenas, legislación que incluso adoptó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En su batalla por la inclusión, Eufrosina Cruz ha dicho: “no vean a los indígenas como grupos vulnerables porque no lo somos. El problema es que nos han faltado oportunidades”.
Y añade una invitación: “cuando vean a un indígena, no nos vean como museos andantes, sino como mexicanos listos y preparados para decir cómo queremos aportar al desarrollo del país”.
Ilustración: Iván Castillo
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