Reunidos en la ciudad estadounidense de Pittsburgh, mandatarios de los países que integran el grupo de las principales 20 economías del mundo (G-20) esperan un compromiso del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para evitar que el desequilibrio económico de su nación afecte al resto del mundo. En ese sentido, el secretario de Finanzas de Estados Unidos, Timothy Geithner, declaró que los acuerdos del G-20 en Pittsburgh, durante las deliberaciones de la cumbre que comenzó el día jueves y finalizará, a nivel de presidentes y jefes de Estado este viernes, exigirán un plan concreto para poner en práctica una reforma del sistema financiero de su país.
Entre los puntos previstos dentro de las nuevas regulaciones están la capitalización de los bancos, la reforma de las bonificaciones otorgadas a nivel gerencial y una supervisión más estricta de los fondos de inversión libre.
El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, adelantó que el presidente Obama se esforzará para lograr un consenso generalizado en relación con los pasos a seguir durante la recuperación y garantizar la estabilidad en el sistema financiero.
Por otro lado, el director general del Banco Central de China, Xie Duo, anunció que los líderes de los países del G-20 tomarán una decisión muy importante para dar a las economías emergentes más peso en el seno del Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Creemos que en la cumbre de mañana (viernes) se tomará una decisión política muy importante sobre ese asunto», dijo Xie Duo, en una reunión de altos funcionarios en Pittsburh, como evento previo al encuentro presidencial del G-20.
«El núcleo de la reforma de las instituciones financieras internacionales son los mercados emergentes. Los países en desarrollo están subrepresentados en esas instituciones», aseguró el funcionario chino, quien de esa manera se refirió a una propuesta realizada por Brasil para que fuese abordada en la cita
En la cumbre del G-20 además es esperada la intervención del representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la que según el ministro argentino de Economía, Amado Boudou, permitirá analizar la dimensión humana de la crisis mundial actual.
Esa organización expresó satisfacción por la gestión de Brasil y Argentina en relación con la admisión de la OIT en la cumbre del G-20, con el fin de fomentar el diálogo social, defender la justicia social y programas de trabajo decente.
Siguiendo otra propuesta de Brasil, en el encuentro de Pittsburgh se espera prevé lograr un acuerdo para dar crédito a la economía mundial, regular el mercado, expandir la práctica de las políticas anticíclicas, acabar con el proteccionismo y luchar contra los paraísos fiscales.
Al razonar la propuesta de su país, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, indicó que de no otrogársele más participación a los países pobres en el control del FMI y el Banco Mundial (BM), «no habrá cambio real y el peligro de una nueva y mayor crisis será inevitable».
«Después de 65 años, el mundo ya no puede ser manejado por las mismas normas y valores de la conferencia de Bretton Woods», añadió Lula da Silva.
La primera cumbre del G-20 se realizó en Washington, Estados Unidos, en noviembre de 2008 con la profundización de la crisis financiera como telón de fondo, después en abril de este año tuvo lugar la segunda en Londres, Reino Unido, para avanzar en sus esfuerzos por estabilizar el sistema financiero global y revivir la economía.
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