Cada 7 de noviembre se conmemora en México el día del ferrocarrilero, decretado oficialmente por el entonces presidente de la República Mexicana, Lázaro Cárdenas, para el año de 1935, hecho que buscó honrar a todos los trabajadores ferroviarios en su labor de servicio diario a los pasajeros.
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El comienzo del día del ferrocarrilero se da un 7 de noviembre de 1907, cuando Jesús García Corona, un maquinista de 26 años ofreció espontáneamente su vida al sacar valientemente del pueblo de Nacozari, Sonora, un tren cargado con dinamita que se estaba incendiando, salvando así la vida de los habitantes.
Desde entonces a Jesús García se le conoce como «El Héroe de Nacozari» y la población a la que salvó recibe el nombre de Nacozari de García; además, se han construido monumentos en su honor y escuelas y colonias en todo el país llevan su nombre.
A partir de esto, en 1907, La Gran Liga de Empleados del Ferrocarril fundó escuelas autofinanciadas por los operarios, que para adquirir mejores puestos y traducir los manuales técnicos al español.
En 1908, tras la destrucción que sufrió la red ferroviaria durante la Revolución Mexicana, se creó la empresa Ferrocarriles Nacionales de México, S. A., empresa que fusionó a diferentes capitales extranjeros. Entre ellos se encontraban Ferrocarril Internacional, Interoceánico, Panamericano y el de Veracruz con la finalidad de agrupar y consolidar varias líneas de ferrocarriles y fomentar la inversión.
El presidente Francisco I. Madero se reunió en 1912 con el gremio ferrocarrilero de la Unión Mexicana de Mecánicos, y se inició la construcción de la primera locomotora nacional en los talleres de Aguascalientes: la 40.
En 1935 el presidente Lázaro Cárdenas decretó que cada 7 de noviembre se conmemorara la hazaña de El Héroe de Nacozari y se instaurara el Día del Ferrocarrilero. Desde entonces, a Jesús García Corona se le reconoce su valor, entrega por el prójimo y haber salvado a toda una población.
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Foto: INAH
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