Bajo el nombre de “El Orejiverde” se presentó una publicación electrónica que se define a sí misma como “diario de los pueblos originarios”. La idea y dirección general son del antropólogo Carlos Martínez Sarasola -autor del imprescindible “Nuestros paisanos los indios”-, la edición general es de Carlos Santos Sáez, mientras que la coordinación con las distintas expresiones de los pueblos originarios es de Luis Eduardo Pincén.
Si bien aspira a difundir información que tiene que ver con todos los pueblos originarios de la jurisdicción argentina, el tema principal se detiene en una situación que tiene lugar muy cerca de San Carlos de Bariloche y cuyo desarrollo se sigue muy de cerca desde las diversas organizaciones del pueblo mapuche.
La acusación sostiene que los mapuches agredieron a una oficial del Poder Judicial mientras ésta participaba de un intento de desalojo que finalmente la comunidad Winkul Newen pudo resistir. La medida contaba con el impulso de una trasnacional del petróleo, en aquel entonces, la estadounidense Apache Corporation (más tarde absorbida por YPF). El escenario del conflicto es el paraje Portezuelo Chico, siempre en jurisdicción neuquina.
Ante un importante despliegue de topadoras y otros vehículos de la petrolera para forzar el desalojo, los mapuches se defendieron a piedrazos. En ese contexto de violencia, recibió un proyectil la oficial de Justicia Verónica Pelayes, quien recibió lesiones de importancia. Como consecuencia del episodio, se acusa a la referente mapuche Relmu Ñanko de “homicidio agravado en grado de tentativa”, una calificación que motivó la preocupación y el rechazo de buena parte del espectro indígena y de organismos defensores de los derechos humanos, entre ellos, el SERPAJ de Adolfo Pérez Esquivel, Madres Plaza de Mayo Línea Fundadora y Amnistía Internacional.
Pero más allá del sonado episodio, El Orejiverde también se entromete en situaciones más gratas, como el reciente encuentro que reunió a integrantes de pueblo originarios y académicos en Círculos de diálogo. La propuesta contó con el impulso del Instituto y Maestría en Diversidad Cultural de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, donde precisamente Martínez Sarasola es profesor.
Fuente: El Cordillerano