Varios barrios de las afueras de Estocolmo volvieron a registrar disturbios la noche de este miércoles por cuarto día consecutivo, con una treintena de coches quemados, rotura de ventanas y enfrentamientos con la policía sueca.
Ocho personas fueron detenidas tras los incidentes del pasado martes por la noche, según informó la Policía. La violencia se ha extendido a más suburbios de la capital.
En la ciudad sueca de Malmö se produjeron asimismo algunos incidentes y hasta tres automóviles fueron incendiados en un barrio periférico. Se trata de la cuarta noche consecutiva con incidentes de estas características, lo que supone la mayor oleada de disturbios en años en Suecia.
Los disturbios comenzaron el domingo en Husby, al oeste de la capital, donde días antes un inmigrante con problemas psíquicos murió por disparos de la policía en su apartamento, donde se había encerrado con su compañera, y que supuestamente había amenazado con un hacha a los agentes, que aseguraron actuar en defensa propia.
La Policía abrió una investigación del incidente, pero eso no evitó que los disturbios se recrudecieran la noche siguiente y que empezaran a extenderse a otros barrios de la periferia cercanos.
Los medios suecos han recogido estos días testimonios de vecinos de Husby que denuncian cargas policiales contra niños y ancianos e insultos racistas de los agentes como “negros”, “ratas” o “monos”, lo que ha originado críticas generalizadas y la apertura de otra investigación policial interna.
La asociación Megafon, que trabaja con grupos de jóvenes inmigrantes en la zona, ha vinculado las protestas con el racismo y con la sensación de abandono que se vive en este y en otros barrios, con índices de paro juvenil que rondan el 20 por ciento.
Estos hechos han abierto el debate sobre la forma de abordar el paro juvenil y la inmigración por parte del país nórdico. Tras décadas de modelo sueco caracterizado por un generoso estado del bienestar, Suecia ha reducido el papel del Estado desde la década de 1990, con el mayor crecimiento de la desigualdad en el área de la OCDE de economías desarrolladas.
Aunque el nivel de vida está aún entre los más altos de Europa, los sucesivos gobiernos no han logrado reducir el paro juvenil a largo plazo y la pobreza, que ha afectado con más fuerza a los inmigrantes.
En concreto, según datos de la OCDE, el desempleo entre los nacidos fuera de Suecia está en el 16 por ciento, frente al 6 por ciento para los nacidos en el país.
El tabloide “Aftonbladet” ha llegado a afirmar que los disturbios representan un “gigantesco fracaso” de una política gubernamental que ha llevado al aumento de los guetos en los barrios.