Los funcionarios públicos de Bolivia, deben aprender al menos uno de los 34 idiomas nativos, declarados oficiales por la Constitución, con el fin de prestar mejores servicios a los indígenas que los hablan.
Aunque la Constitución vigente desde 2009 reconoce 36 idiomas nativos, una mayoría en extinción, tres son los más hablados: quechua, aymara y guaraní, según las zonas geográficas. En La Paz se habla el aymara.
La iniciativa fue presentada por el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas,como un progreso de los derechos indígenas y exige que los 300.000 funcionarios deban pasar un curso de idiomas para quedarse en su puesto.
Así, la superación del predominio cultural de la lengua, la religión y los hábitos occidentales, es uno de los objetivos políticos del gobierno de Evo Morales.
La importancia que el gobierno boliviano le concede a los indígenas, tiene un gran potencial político y diversos estudios indican que la representación indígena en el Estado aumentó mucho en la última década, tanto que se han propiciado medidas como la ley contra la discriminación.
Este domingo recién pasado, miles de funcionarios públicos de Bolivia recibieron un certificado por haber aprendido a hablar el aymara al cumplirse el plazo de una ley aprobada por Evo Morales, primer presidente indígena del país, para que los más de 300.000 empleados estatales hablen un idioma nativo.
Los funcionarios cantaron en aymara, bailaron danzas nativas andinas e interpretaron coreografías de la colonización en una ceremonia colorida celebrada en un escenario deportivo de La Paz, en presencia de Morales, quien sin embargo pronunció su discurso en español.
Los principales idiomas nativos son el aimara que se habla en La Paz, el quechua, en el centro y el sur de país, y el guaraní de los llanos orientales.