Las protestas por la recesión económica en Islandia no sólo provocaron la primera caída de un gobierno en la actual coyuntura, sino que además posibilitaron que Johanna Sigurdardottir, ex azafata y sindicalista declarada públicamente lesbiana, prestara juramento como primera ministra.
Este fin de semana prestará juramento como Primera Ministra provisional Johanna Sigurdardottir, luego de que las protestas producto de la recesión económica hicieran dimitir a Geir Haarde el pasado 26 de enero.
Las intensas protestas de los islandeses fueron por las altas tasas de cesantía producidas por la crisis de crédito global y el colapso de la economía expresado en la implosión de la moneda y los bancos del país insular.
Sigurdardottir nació en Reykiavik en 1942, y después de graduarse en el Colegio de Comercio de Islandia fue azafata en las aerolíneas islandesas Loftleidir y, posteriormente, sindicalista. También se desempeñó como Ministra de Asuntos Sociales entre 1987 y 1994. Desde mayo del 2007 ha integrado el comité de industria y el de asuntos exteriores del gobierno islandés. Desde el 2002 está casada con Jonina Leosdottir, periodista y dramaturga.
Si bien, luego de la dimisión de Haarde, le correspondía a Ingibjorg Solrun Gisladottir, líder de la Alianza Social Demócrata formar un gobierno, un tumor benigno de éste posibilitó que la llamada “Santa Johanna” por los islandeses, fuera impulsada desde el Ministerio de Asuntos Sociales al máximo cargo de la nación.
La ex azafata ha figurado repetidamente en las encuestas como las política más popular de Islandia, país cuya población alcanza los 300.000 habitantes. “A menudo se la describe como la única política a quien le importa realmente el hombre común”, escribió la periodista Iris Erlingsdottir en su blog esta semana.
Sigurdardottir será primer ministra de un gobierno integrado por su Alianza Social Demócrata y el Movimiento de Izquierda Verdes, el que estará en funciones durante 2 ó 3 meses, período en el que se debe llamar a nuevas elecciones.
PARO DE UN 7%
La habitual calma de los islandeses fue sacudida por el derrumbe del sistema financiero de su país en octubre del 2008, lo que generó una grave crisis monetaria y un aumento de la cesantía, que de no existir pasó a un 7%.
Pese a ser un país con uno de los más altos ingresos per cápita del mundo, los islandeses salieron a las calles a exigir la dimisión del primer ministro y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Geir Haarde soportó las protestas durante meses. Los manifestantes le tiraban huevos a su automóvil y la policía usó gas lacrimógeno en las calles de Reykjavik, la capital, por primera desde 1949.
El lunes 26, Haarde decidió poner fin a la coalición de Gobierno de su partido conservador, el de la Independencia con el Socialdemócrata, vigente desde 2007 y que debía gobernar hasta el 2011.
La madrugada del jueves 29 dos policías y un manifestante resultaron heridos durante una protesta en el centro de Reikiavik, junto al Parlamento.
Según las últimas encuestas, el opositor Partido Izquierdista de los Verdes es el mejor valorado para liderar una nueva coalición, ya que no pertenece a la coalición que gobernó hasta el 26 de enero el país.
En otros países europeos, hay varios políticos gay en cargos de representación popular. Los casos más emblemáticos son el del alcalde de Berlín, Klaus Wowereit; el edil de París, Bertrand Delanoe; y Vladimir Luxuria, diputado italiano.
El Ciudadano