De acuerdo con el jefe de la policía de la provincia de Farah, una centena de «no combatientes» fueron encontrados muertos bajo los escombros de las casas destruidas por el ataque de Estados Unidos.
Como ha ocurrido en otras ocasiones nadie les creía a los afganos que acusaban el bombardeo de localidades civiles por la aviación estadounidense en la provincia de Farah. Tuvieron que llevar 30 cadáveres de civiles al ayuntamiento para que las autoridades se dieran por enteradas de la tragedia. Claro que sólo eran 30 de más de 100 muertos civiles dejados por el bombardeo de las fuerzas de ocupación.
“Los aldeanos nos trajeron en dos camiones más de 30 cadáveres de civiles, para demostrar a las autoridades afganas y a las fuerzas internacionales lo ocurrido”, explicó el jefe de la policía de la provincia de Farah, Abdul Ghafar Watandar, localidad ubicada al oeste de Afganistán.
“Pensamos sin embargo que el número total de víctimas es superior a 30, porque continúa la búsqueda entre los escombros de las casas”- agregó el jefe de policía local.
La autoridades afganas terminaron por confirmar la tragedia: murieron más de 100 civiles, en su mayoría mujeres y niños, por los bombardeos ejecutados entre lunes y martes por el ejército de ocupación estadounidense, lo que sería la mayor tragedia en más de siete años de conflicto.
Contra las dudas, horas antes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), a través de su portavoz, Jessica Barry, informó que en un reconocimiento hecho en la zona de combate se encontraron decenas de cuerpos, en su mayoría de mujeres y niños.
“Puedo confirmar que más de cien no combatientes murieron en la operación en el distrito Bala Buluk de la provincia de Farah”- dijo Watandar.
Y se espera que haya más cadáveres bajo los escombros. El primer saldo de víctimas, comunicado por el jefe policial, se basaba en los cadáveres trasladados por los vecinos, y no lo encontrados luego por los equipos de emergencia
La matanza ocurre en vísperas de la reunión que sostendrán en Washington los presidentes de Afganistán, Hamid Karzai; de Pakistán, Asif Ali Zardari y el de Estados Unidos, Barack Obama.
Karzai ordenó investigar el bombardeo, tarea a cargo de un equipo de militares afganos y estadounidenses.
A fines de marzo, luego de anunciar el retiro de tropas estadounidenses de ocupación en Irak, Obama envió 4 mil soldados más a Afganistán.
El Ciudadano