“Dicen que ese cerro está encantado y es por eso que los rescatistas no pueden entrar. Van a buscar un curandero para que le ofrende un pago (tributo) a la tierra y así el clima finalmente se abra”.
La hipótesis partió de uno de los responsables de la búsqueda de los tres trabajadores de minera Río Blanco Copper, quienes ayer cumplieron 16 días sin dar señales de vida en las alturas de Ayabaca.
Apelan a curandero. Cruz María Maza, conviviente de Segundo Tacure, uno de los mineros desaparecidos, reveló que esa opción fue lanzada por uno de los que comandan la operación en Ania y hoy se pondrá en ejecución.
“Tengo entendido que ya se contactaron con un chamán de Ayabaca, con el que hablaron a través de un celular. Se les ocurrió que, a lo mejor, había que pagarle al cerro para que deje entrar a la gente y eso es lo que van a hacer”, afirmó la mujer mientras ayer esperaba noticias de su pareja en las afueras del Grupo Aéreo N° 7.
Cruz María mostró que a estas alturas, quinces días después de la desaparición de los tres obreros de Río Blanco, los familiares se aferran a cualquier opción con tal de seguir manteniendo la esperanza de que sus seres queridos sean encontrados sanos y salvos.
-¿Cree Ud. que un curandero pueda señalarles el camino a los rescatistas?, le preguntó Correo.
“Eso, creemos, de algún modo puede ayudar en algo para que los encuentren pronto”, respondió la mujer que es actual pareja del cocinero perdido en los páramos andinos.
tiempo de mal en peor. Como ella, los familiares de los otros dos desaparecidos, Orlando Pastrana y la periodista Aleida Dávila, comparten la seguridad de que los tres aún siguen con vida.
La familia volvió a ser reunida ayer por las autoridades en los interiores de la base aérea piurana. Pero la respuesta que hallaron a su inquietud fue la misma de los últimos cuatro días: la búsqueda sigue paralizada por culpa del clima.
Un helicóptero había partido temprano hacia el cerro Negro, en territorios de la comunidad campesina de Yanta, donde se presume que se encuentran los obreros desaparecidos.
Pero el reporte seguía siendo negativo. Las aeronaves no pudieron sobrevolar la zona por el mal tiempo y los brigadistas de a pie seguían en espera de que esas condiciones mejoren.
Recién hacia las cinco de la tarde, cuando la nave debía retornar a Piura, se tendrían las últimas novedades de lo que ocurrió en la zona. Para esa hora, los familiares esperaban noticias de los suyos, pero éstas nunca llegaron.
Duda de testigo. Mientras tanto, familiares de los desaparecidos comenzaron ayer a mostrar sus recelos sobre la versión oficial del extravío de sus familiares en la sierra piurana.
La primera en hacerlo ha sido Cruz María Maza, pareja de Tacure, quien duda de la versión que dio el único sobreviviente del caso, Manuel Herrera, en relación a su presunta muerte.
“Para que haya dicho, así fríamente, que lo dejó muerto, pienso que puede estar ocultando algo. Nadie, como él, que ha sobrevivido a una experiencia tan dura, lo primero que hace al ser rescatado es pedir que quiere comer pollo”, comentó.
En efecto, esas fueron las primeras palabras que Herrera expresó a quienes lo hallaron en una casucha abandonada en las faldas del cerro Negro, el día que fue rescatado por ronderos y policías de Ayabaca.
Suspicacias se generalizan. También cuando fue traído a Piura, la única que pudo reunirse con él fue la esposa del topógrafo Orlando Pastrana, quien lo interrogó en qué condiciones había dejado a su esposo. Él le respondió sin tapujos: “Su esposo está muerto señora”.
Según esta versión, el sobreviviente dijo que el primero en morir fue el “machetero” (Tacure), quien comenzó a sacarse la ropa de encima porque se sentía desesperado. En el caso de Pastrana, dijo que se puso mal del corazón y también falleció.
“Nosotros hemos escuchado una serie de versiones y ya no sabemos qué pensar realmente”, sostuvo ayer Enma, una prima de la comunicadora Aleida Dávila que llegó a Piura desde Cajamarca.
Una delegación de periodistas, amigos de la joven que también arribaron a nuestra ciudad interesados por su situación, exigieron a la empresa minera Río Blanco que aclare la circunstancia de cómo sucedieron los hechos en las alturas de Ayabaca.
Juan Carlos Lobato, de Radio Nueva Campesina, solicitó que se intensifique la búsqueda de Aleida y los otros dos trabajadores de Río Blanco.
Según el reportero cajamarquino, el único sobreviviente Manuel Herrera laboró en la minera china como asistente de la periodista cajamarquina, de allí que sorprende que la haya abandonado en una zona de clima inclemente y con nulas probabilidades de sobrevivir.
Llevan a familiar. Mientras tanto, a última hora se confirmó la presencia de Luis Idrogo Montes, el hermano mayor de la comunicadora Aleida Dávila, en el vuelo de esta mañana (05:30 horas) que partirá rumbo a Ania (Ayabaca).
La presencia de uno de los familiares en las operaciones de rastreo es vital, considerando las dudas que se plantean los familiares sobre el interés que las autoridades mantienen respecto a la búsqueda de sus seres queridos. Idrogo Montes será parte del grupo que partiría hoy a lo alto del cerro Negro, si las condiciones del clima mejoran.