Al menos 370 personas de la comunidad Embera, desplazados de sus lugares de origen por la violencia en sus territorios, mantienen desde hace dos semanas un campamento en un parque de Bogotá, Colombia.
En el Parque Tercer Milenio, ubicado a pocas cuadras de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, los indígenas improvisaron campamentos con palos y plásticos, de acuerdo con reportes de la prensa local.
Los indígenas que mantenías casas arrendadas en la capital colombiana, pero fueron desalojados semanas antes, han logrado sobrevivir por donaciones de organizaciones y personas de la comunidad. Además, acusan al gobierno del presidente Iván Duque, de no proporcionarles ayuda.
“El Gobierno distrital no está poniendo nada (…) ni comida, ni vivienda”, dijo el líder indígena Agobardo Queragama, quien aseguró que por lo menos el 70 por ciento de las personas que están en el lugar son niños.
Los indígenas pertenecen a los pueblos embera-chamí y embera-katío de los departamentos de Risaralda y Chocó, en el centro y el oeste del país, respectivamente, y la mayoría ha perdido sus trabajos por la pandemia del nuevo coronavirus.
Los afectados dejaron de percibir ingresos al no poder vender sus productos debido a la cuarentena impuesta para evitar los contagios y no pudieron pagar sus rentas, por lo que fueron desalojados hace casi tres semanas.
La mayoría de ellos llegaron a Bogotá porque han sido víctimas del desplazamiento por los enfrentamientos en sus territorios entre grupos armados ilegales, mientras los indígenas se exponen al contagio de la Covid-19, pues en el lugar no hay agua para lavarse las manos y, además, solo unos pocos tienen tapabocas.
Además han solicitado alimento, también vivienda y, en algunos casos, ayudas para regresar a sus lugares de origen.
Queragama indicó que algunos de ellos han recibido dinero de la Alcaldía para pagar arriendos y comprar alimentos pero esas ayudas no son para todos.
Los afectados dejaron de percibir ingresos al no poder vender sus productos debido a la cuarentena impuesta para evitar los contagios y no pudieron pagar sus rentas, por lo que fueron desalojados hace casi tres semanas.
Actualmente —unos 370 adultos y 215 niños— viven en un campamento provisional que establecieron en la plazoleta Tercer Milenio, en el centro de Bogotá, donde no cuentan con alimentos ni protección sanitaria.
Cortesía de TeleSUR
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