Indígenas de más de cien pueblos del Brasil han protagonizado tres días de marchas para exigir la delimitación de sus tierras y el cese al genocidio ancestral que adelanta el Gobierno de facto del gigante suramericano, Michel Temer.
Durante las protestas en Brasilia que se realizan en consonancia a la décimo cuarta edición del Campamento Tierra Libre, que por primera vez cuenta con líderes indígenas de otras naciones, los manifestante gritaban consignas entre ellas, «basta de genocidio, demarcación ya».
Los protestantes izaron una bandera roja frente al Congreso Nacional y luego en el Ministerio de Justicia, para denunciar la política antiindígena de Temer y el recorte de los recursos sociales y la precarización de las instituciones públicas que preservan sus derechos.
Los indígenas brasileños declararon a los medios locales que están reclamando su derecho a la demarcación de las tierras que ocupan desde hace años y que actualmente terratenientes, ruralistas y los latifundistas pretenden desalojarlos, violentando su habita y supervivencia.
Por su parte, el Consejo de Indigenista Misionero denuncia que no han recibido respuestas favorable a estas poblaciones solo han sido víctimas de represión y un duro ataque que continua soslayando los derechos de los pueblos aborígenes que poseen sus tierras por años.
Algunos representantes de estas comunidades, señalaron que las últimas leyes brasileras materializadas son garantía para los grupos poderosos que buscan acabar con las culturas y tierras de los indígenas del Brasil.
Asimismo, expresaron que más de tres mil indígenas participan en estas movilizaciones desde hace tres días y se espera que mañana culmine la marcha. No obstante, los pueblos ancestrales aseguran que de no ser consideradas sus proclamas tomarán otras medidas para que el Gobierno de facto y sus representantes de un alto al despojo de los terrenos.
En ese sentido, exhortaron a toda la población a acompañarlos en sus demandas y dar un parado a los sectores privilegiados del Brasil que atentan contra la paz y convivencia de los pueblos aborígenes.