«Antes se hablaba de detener el cambio climático, después de mitigarlo y ahora de que no sea tan brusco» se lamentó Diego Montón, dirigente del Movimiento Nacional Campesino Indígena-Vía Campesina (MNCI-VC) organización global de pequeños agricultores que tienen, aseguran, una propuesta y un modo de producción «que enfría el planeta».
La queja principal es a los resultados de la Conferencia de las Partes (COP), la última realizada en París en diciembre del 2015, instancia creada especialmente para discutir y encontrar formas de enfrentar el cambio climático por parte de los Estados que «sólo arrojó excesiva retórica por el lobby de las corporaciones», aseguró Montón a Télam durante una entrevista exclusiva.
Por otra parte, denunció el proceder de compañías que «mercantilizan la naturaleza» porque buscan ponerle precio a procesos biológicos como la fotosíntesis o la polinización de las abejas con el objetivo de «especular en mercados financieros».
Montón, que además integra la Secretaría Operativa de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (Cloc) destacó el impacto del cambio climático en las comunidades campesinas e indígenas que parecen inermes mientras «no se ven propuestas concretas en función de la gravedad y se habla como si fuera natural que la temperatura va a aumentar 2°».
Según consignó Telam, el fenómeno es una de las principales preocupaciones de los agricultores familiares quienes viven y trabajan en relación total y directa con la tierra, los ciclos naturales y el ambiente cuyos cambios, en este caso, dramáticos amenazan no sólo sus producciones sino su estilo de vida.
Así, inundaciones y sequías prolongadas que actualmente impactan sobre estas comunidades tienen como consecuencia grandes migraciones y se pierden «los cultivos tradicionales que dejan de ser sustentables por lo que la agricultura campesina es una de las más perjudicadas», destacó Montón.
Otro efecto que amenaza en forma directa a campesinos e indígenas es el aumento del mar «se sabe que hay sectores que van a quedar sumergidos en el mar, pueblos enteros en Chile que se van a tener que desplazar» sin dejar de lados las comunidades ribereñas que también serán inundadas, precisó.
El pequeño productor integrante de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) de Mendoza organización que cultiva hortalizas y en sus propias fábricas agregan valor a productos que utilizan los chefs más reconocidos de la provincia cuyana también habló de lo que pasa en la Argentina en cuanto a los efectos del calentamiento global.
«Las inundaciones y el aumento de las napas freáticas están asociadas al monocultivo y a la destrucción de los bosques nativos.
Hay sectores de agronegocios que están preocupados porque en la zona núcleo de Córdoba el agua subió tanto que ya ven la inviabilidad del cultivo de soja», indicó al recordar que un estudio del Inta detalla cómo y cuánto absorbe el agua el bosque nativo a diferencia de los lugares desmontados.
En cuanto a la «mercantilización de la naturaleza», el dirigente campesino sostuvo que un sector corporativo avanza en ese proceso en el que distintas compañías estudian «cómo ponerle precio a las funciones de la naturaleza» y puso como ejemplo que el planteo es «una ha de la amazonía ó un m2 ¿cuánta fotosíntesis produce? y ¿cómo se podría valorizar económicamente?’ ya hay estudios y economistas pensando».
Agregó «el gobierno brasileño dice ‘a esta ha no lo vamos a desmontar a cambio que una empresa europea nos ponga plata’ y la empresa europea le exige a los brasileños un documento y por eso dicen ‘tenemos estos indicadores que nos permite decir en la Bolsa cuánto vale la fotosíntesis en esa ha de selva'».
También buscan, contó Montón «cuantificar y poner precio al valor de la polinización así como al rol de la abeja en diferentes ecosistemas».
«Cuando se establece que tal territorio no se va a tocar para no destruir una selva, es en función de lo que va a invertir cierta compañía la que exige un documento que tiene estos elementos para especular en el sistema financiero: fotosíntesis, polinización, evapotranspiración, todas funciones ecológicas», completó.