Un músico de 25 años descendiente de la cultura selk´nam está tratando de mantener viva las tradiciones de su pueblo mediante el rescate de su lengua. Su nombre es Keyuk y su misión es usar las palabras de los ancestros para crear un puente de unión entre los que sobrevivieron al genocidio ocurrido a fin del siglo XIX.
Los lingüistas estiman que actualmente hay unas 7.000 lenguas diferentes en el mundo que aún están en uso. Pero un estudio reciente indica que la mitad de estos sistemas de significación podrían desaparecer hacia fines de esta centuria.
Justamente, en Tierra del Fuego, la tarea que Keyuk se propuso es prevenir que una de ellas se transforme en una lengua sin hablantes. Se trata del lenguaje de los indígenas Selk’nam.
En entrevista con el periodista Harris Whitbeck, de CCTV America, Keyuk explica: “Hay algo de cómo sientes el mundo que te rodea; si te sientes en el mundo o con el mundo. Lo abrazas o te sientes dueño. Son distintas maneras de ver la vida, de percibir la vida. Hay formas que, sin necesidad de volver al pasado, es necesario mantener”.
Los Selknam desaparecieron hacia fines del Siglo XIX. Los colonizadores europeos desplazaron a su pueblo y los criadores de ovejas llegaron a dominar la región. Los Selknam terminaron arrinconados, con sus tierras invadidas por mineros y agricultores, hasta que la mayoría murieron deportados y asesinados en violentas acciones genocidas de colonizadores chilenos y europeos. Actualmente, esta cultura está prácticamente extinta.
Keyuk compone música con lírica escrita en idioma Selknam; también estudia lingüística y regularmente se reúne con otros jóvenes, chilenos y argentinos, quienes también están redescubriendo sus raíces. Ahora, Keyuk y sus pares están trabajando para conseguir un reconocimiento oficial del gobierno, el que los definiría como grupo minoritario con derechos políticos y sociales.
«Cuando Keyuk descubrió que tenía sangre Selknam, decidió intentar revivir su lengua, como una forma de reivindicar el pasado de su gente», explica Harris Whitbeck.
«Lo que somos hoy es distinto de lo que fuimos. Hoy somos indígenas, nuestra identidad es totalmente indígena. Sin embargo, en cuanto a genotipo, somos mestizos, y el ser mestizo, a nivel de realidad latinoamericana, tiene una carga… El pensar que tienes un pie en cada cultura, en el mundo occidental y el el mundo indígena, que es el mundo que resiste… Porque ese mundo occidental es el mundo en el que se te hace estar inserto, inmerso», explica Keyuk a CCTV America.
Los últimos descendientes Selknam aún se reúnen en un pequeño centro cultural, en Río Grande, Argentina, para practicar y compartir algo de su lenguaje y cultura. Entre ellos, Keyuk es el único que conoce y habla plenamente el idioma Selknam, desde que una mujer anciana se lo enseñó antes de morir. «Van a seguir habiendo lenguas hegemónicas, y acá también las hubo antes de la llegada de los europeos… Sin embargo tengo esperanzas, porque el ser humano es tan terco, que veo un renacer, una revalorización. Los indígenas ya no somos como en el pasado, conocemos y manejamos plenamente los códigos culturales de occidente, manejamos la academia, nos instruimos», dice Keyuk.
Whitbeck recalca que la lengua ancestral de Keyuk le permite ver la vida de un modo que sólo él entiende. Le pide que explique cómo su lengua ancestral le pinta un paisaje diferente al que describimos con nuestra lengua común, el castellano. Él responde que ciertamente hay una forma distinta de ver cuando es a través de otra lengua; una forma que revela una historia del mundo desde otra perspectiva.
«Sí hay una manera de ver la tierra… El idioma hace la cultura, el idioma hace las cosas. Si no, no existe. Si no lo dices, no existe. Eso es lo que pasa. Un pueblo que pierde su idioma, pierde su voz, cómo se expresan, cómo se defiende, cómo se autodeterminan. Pueden tener todas las herramientas legales y las pueden ocupar, pero hay algo en lo que siempre van a flaquear», concluye Keyuk.
El Ciudadano