La corona española estimaba en mas de 50 mil los españoles fallecidos por causa directa de la guerra de Arauco solo entre los años 1550 y 1790. Dos gobernadores: Valdivia y Oñez de Loyola talentosos estrategas militares, con éxitos fuera de Chile, encontrarían la muerte a mano de los mapuches.
Estas cifras históricas no son cosa del azar. Los antiguos mapuche, organizados en una compleja red social de caciques (lonkos) que practicaban la poligamia a gran escala (hasta veinte mujeres por cada patriarca), y con un avanzado sistema de caseríos en los valles que permitía la agricultura y ganadería de subsistencia, tenía que ser protegida por una fuerte casta militar, estos eran los “conas”, y su elite respectiva los “Weichafes”.
La alta preparación militar a nivel de estrategias, con un entrenamiento tanto físico y mental del Weichafe, permitió la resistencia ante el imperio español. Este entrenamiento era llamado Kollellaullin, el cual consistía en una variada gama de ejercicios y actividades.
El Kollellaullin es un arte marcial de origen mapuche, cuya palabra significa en mapudungun (lengua mapuche) »cintura de hormiga» o »potencia de hormiga». Esto refiriéndose a la potencia física de este insecto capaz de llevar cargas muy superiores a su propio peso. Otra explicación era el estado en el que quedaba el guerrero luego de someterse a este entrenamiento, espalda ancha con torso musculoso y cintura pequeña como la de una hormiga.
El Kollellaullin consistía en un riguroso entrenamiento que se llevaba a cabo durante toda la vida del guerrero mapuche (Cona), formándolo en destrezas físicas, endurecimiento de su musculatura y en adaptación a su medio ambiente para así transformarlo en Weichafe, elite guerrera sagrada dentro de la antigua sociedad mapuche. Se podía considerar al Kollellaullin como al budo japonés, ya que consistía más que en un sistema cerrado, en un conjunto de prácticas físicas e intelectuales como las siguentes:
Palín:juego de la chueca, rudo deporte parecido al hockey; Pillman: juego de la pelota de viento (como el juego del quemado); Linao: parecido al rugby, de este modo se aprendía a esquivar armas arrojadizas e incluso los proyectiles de artillería; Choiquepin: correr en una pierna; Lazu ó ladu: prácticas de los lazos con cuerda, para sujetar prisioneros; Curantun:lanzamiento de piedras; Waikitun:pelea con lanza; Lekaitun: uso de boleadoras; Ngurukuram: robarle el huevo al zorro; Trentrikan: caminar sobre zancos; Llighkan: Esgrima de cañas de colihues; Lonkotun: Lucha tomándose el cabello,y arrastrar al contrincante hasta que tocara el suelo con la frente; Lefkawellun: carrera a caballo; Lonkoquilquil: Makana, para ejercicios y combate con maza; Metratun: Lucha tomando los brazos; Pülkitun: Ejercicios con arco y flecha; Reñitun: Esgrima de lanzas; Rüllun: Ejercicios de saltos en ríos y lagos desde altura; Rünkütun: Ejercicios de saltos sobre obstáculos; Wadatun: Ejercicios con lanza-anzuelo para derribar jinetes; Weyeltun: Ejercicios de natación, dominaban la técnica de zambullirse o Rilun lanzándose de grandes alturas a los ríos. Los ríos torrentosos eran atravesados a nado llevando los caballos de las riendas para que no se ahogaran. Era corriente la práctica de nadar debajo del agua manteniendo la respiración; Witruwetun: Ejercicios con honda autóctona (banda de lana con ensanchamiento de cuero para el proyectil); Boxeo mapuche: se daban golpes de puño en forma alternada sin cubrirse ni defenderse hasta que uno de los combatientes decía basta.
Cada guerrero luego de tener una formación general en el arsenal de armas (jabalina, pica, arco y flecha, macana, lanza larga, boleadora, etc…) elegía un arma con la cual se sentía más a gusto y se especializaba durante toda su vida con ella, así luego los ejércitos se formaban según el arma de especialización del guerrero.
Sin duda el arma en la que más se especializaron fue la macana, la que usaban para destrozar las armaduras hispanas de un solo golpe. Se han encontrado macanas de madera de más de 15 kilogramos, lo que habla de la fuerza de quienes las portaban. En cuanto a uso del caballo, existían diversas técnicas sobre el, como el lanzar la lanza y la boleadora montado sobre el, también el tomar las riendas por los dientes para usar armas en ambas manos, el esconderse sobre un costado del caballo y saltar sobre el caballo en galope.
Algunas prácticas de los weichafes consistían en inyectarse debajo de la piel de hombros, espaldas, piernas, brazos y cuello, polvo fino de roca durísima (Lauenkura) o de huesos de puma pulverizados para adquirir dureza, fuerza y valentía. Algunos soldados se convertían así en «inmortales» de gran ferocidad en el combate.
La preparación espiritual: El “Trepelaimidzuam”
La resistencia al dolor era importante entre los Weichafes, como la entrega en paz consigo mismo ante una “buena muerte”. Se veía, el morir en combate como algo sagrado, y un curso natural de la vida de un guerrero. Largos ayunos en solitario en los bosques o montañas, sentarse en brazas hirviendo, o desnudos en la nieve eran prácticas habituales dentro de los estados de trance del Weichafe.
Bañarse varias veces al día en las frías aguas de cascadas (Traitraiko) para purificar el alma y el espíritu, acostumbraba al cuerpo a condiciones extremas y endurecía el carácter y los mantenía limpios y sanos. El guerrero mapuche iba a la guerra recién bañado y con ropa limpia, pues para el la guerra era algo sagrado, un campo de acciones en que podían manifestar lo mejor de sí mismos y sus más altas cualidades.
Los guerreros mapuches tenían una palabra: TREPELAIMIDZUAM, que quiere decir «vigilarse a si mismo», es la auto disciplina de una vida recta, dedicada al entrenamiento físico, la purificación espiritual y la destreza mental, esto al masificarse permitía que la “Ad Mapu” (justicia-ley-costumbres de la tierra o tierra justa) mantuviera a la sociedad cohesionada por medio de una armonía de los elementos, susceptibles a la animosidad colectiva de las personas de toda la sociedad mapuche.
De esa forma es que el Weichafe adquiría el “Newen” (Poder), el “Newen Mapu” (poder de la tierra), el “Newen Lüfke” (poder del relámpago), venido de los animales totémicos respectivos de cada guerrero, muchas veces, emparentados al clan o familias respectivas, quienes provenían de un mismo “Rewe” o ancestro. Es el momento en el cual se inicia el “Inchin Aukan” (yo resisto), concepción que hace referencia a que la tierra que pisas es sagrada, y es por eso que el arte de la guerra no proviene del odio si no del “Dwan” (amor a la tierra madre o patria).
La rigurosa preparación física/mental e espiritual y la destreza en el manejo de las armas, hizo del araucano un guerrero digno de ser considerado uno de los mejores en el mundo, por su capacidad física, su alta motivación patriótica, su severa disciplina, por un verdadero culto al cuidado y manejo de las armas, por su capacidad de soportar el frío, el calor, el hambre, la sed y el dolor y desprecio por la muerte.
Aquí un video que destaca esta disciplina y que aún se practica en Chile: