La actitud de los jóvenes que han preferido no quedarse en el malestar, la queja o la apatía y han optado por dedicar sus esfuerzos, energía y talento a represtigiar la política, fue la frase con que el ministro del Interior, Jorge Burgos, destacó en el lanzamiento del libro “Mapuche: Hijo de dos naciones”, de Diego Ancalao, vicepresidente nacional de la Izquierda Ciudadana y joven miembro de esta etnia.
El secretario de Estado se excusó de asistir a la actividad por problemas personales, pero envió su presentación que fue leída por su jefe de gabinete.
La presentación del libro, invitada por el diputado y presidente de la IC, Sergio Aguiló, se realizó en la Sala de Lectura del ex Congreso Nacional y en ella participó también el profesor Braulio Carimán.
En su presentación, Burgos destacó la historia de esfuerzo del autor, quien haciendo frente a las dificultades, a la discriminación y a quienes le decían que no había ninguna posibilidad, “supo sobreponerse y seguir adelante para alcanzar las metas que se había propuesto. Y claro, entre esas metas está la de visibilizar y reivindicar la historia del pueblo mapuche. Y Diego lo ha hecho desde un lugar que el diputado Sergio Aguiló reconoce en la presentación del libro como muy difícil: el lugar de la política. No por nada, he conocido al autor en el marco de las reuniones que hemos tenido en el Comité Político con la Nueva Mayoría, como representante de Izquierda Ciudadana”, puntualizó
Agregó que en momentos como los actuales, la política es compleja y está marcada por el desprestigio y un malestar ciudadano que se arrastra ya desde hace tiempo, pero que se ha visto agravado por las actuales faltas a la ética.
En este contexto, reconoció a aquellos jóvenes que han preferido no quedarse en el malestar, la queja o la apatía, “sino que dedicar sus esfuerzos, energía y talento a represtigiar esta actividad. El propio Ancalao valoriza el rol de la política y los políticos, y afirma, sin ambages, que: “Para avanzar hacia un desarrollo de verdad es necesaria la participación política de todos los actores sociales (…) Los ciudadanos y especialmente los jóvenes deben prepararse, atreverse y trabajar en la construcción de una propuesta de cara al futuro…””, destacó el ministro.
PAZ EN LA ARAUCANÍA
Respecto del contenido del libro “Mapuche: Hijo de dos naciones”, Burgos destacó que en todos ellos, “ya sea al preguntarse sobre la “paz en La Araucanía”, o hablarnos de la industria forestal, la noción de autonomía, la corrupción, la esperanza en los jóvenes, la historia del toqui Pelentaro, la educación, el deporte, la política energética y muchos otros, lo hace siempre interpelando al lector desde el orgullo y la reivindicación del ser mapuche”.
En este contexto, dijo que todos aquellos que reducen el problema de La Araucanía a la violencia están muy equivocados. “Hay hechos de violencia y delitos que han tenido muy lamentables resultados –para mapuches y no mapuches–, y esas situaciones deben ser enfrentadas con fuerza y con la legitimidad de la ley”, enfatizó.
Pero según Burgos, el problema de fondo es que como sociedad “no hemos sido capaces de reconocer y corregir una historia de maltrato y discriminación hacia los mapuches que se arrastra desde lo que eufemísticamente hemos llamado “pacificación de La Araucanía”, dijo.
Así, y citando uno de los textos de Ancalao, el ministro Burgos señaló que “para lograr la paz no basta con crear condiciones para el diálogo y citar simplemente a las partes en conflicto, (…) el desafío consiste en que seamos capaces de instaurar una nueva forma de liderazgo, de impulsar una sociedad solidaria que otorgue igualdad de oportunidades a todos””.
ANCESTROS
La sabiduría de sus ancestros, la inquietud personal y la cercanía con personas sabias que, al igual que él, vivieron la pobreza y la inequidad, fueron determinantes para que Diego Ancalao comenzara a observar, leer, investigar, estudiar y analizar cómo sería posible contribuir a mejorar la calidad de vida de todos, desde las tierras de Purén Indómito, que lo vieron nacer.
Horas de análisis, diálogos, estudios y cuestionamientos dieron como fruto columnas de opinión que fueron publicadas en distintos medios de comunicación y en un ambicioso blog personal que él ha utilizado por años para poder plasmar sus ideas y, sobre todo, su defensa por los postergados, grupo al que él reconoce pertenecer.
Sin embargo, y como ha sido la tónica de su vida, hoy da un nuevo paso y lanza su primer libro, que contiene una selección de los textos que, desde hace mucho, son seguidos por quienes se sienten representados por su pensamiento analítico y por su afán de terminar con las injusticias sociales que han marcado la historia del país.
Sin lugar a dudas, uno de los temas que se repiten en gran parte de las columnas es el pueblo mapuche, la deuda histórica que sostiene el Estado con ellos, los mecanismos que han permitido despojarlos de sus tierras, los abusos que han sufrido; la utilización política de la que han sido víctimas y cómo las propias leyes chilenas son hoy las armas con las que son, cada vez, más heridos.
Asimismo, casi como una campaña educativa, toca -una y otra vez- la necesidad de que se reconozca la nación mapuche como tal, sin que los chilenos se sientan amenazados. Es que para él el reconocimiento como nación lo recibieron, incluso, antes del Tratado de Trapihue, en 1825, o más específicamente el 13 de marzo de 1819, cuando Bernardo O’Higgins, en su calidad de director supremo de la República de Chile, reconoció al estado mapuche y su independencia al decir: “Os habla el jefe de un pueblo libre y soberano, que reconoce vuestra independencia y está a punto de ratificar este reconocimiento por un acto público y solemne, firmando al mismo tiempo la gran carta de nuestra alianza para presentarla al mundo como el muro inexpugnable de la libertad de nuestros estados”.
El enriquecimiento de las empresas forestales y de las transnacionales en desmedro de las comunidades indígenas y del equilibrio ecológico es un tema que no puede estar ausente en textos escritos por un hombre de la tierra. En este contexto indaga detalladamente cómo estas entidades han actuado en la impunidad e incluso avaladas por los gobiernos de turno, por años.
El escenario, a su juicio, propicio para avanzar en pro de los derechos del pueblo mapuche, para terminar con la segregación política, para sacar la voz y tener la representatividad que merecen estos hombres de la tierra, para reconocer la desigualdad y los niveles de postergación que viven millones de chilenos, mapuches y no mapuches.
Cada uno de los textos está cuidadosamente explicado, avalado y comparado con ideas de grandes personalidades que, según Ancalao, no hacen más que ratificar que las aspiraciones de las etnias no sólo están justificadas, sino que son un derecho irrefutable que él, como joven mapuche que ha llegado a la dirigencia nacional de un partido político que cada día toma más fuerza, está dispuesto a defender ante todos y en cualquier escenario.