La líder nacionalista Lolita Lebrón, que luchara hasta sus últimas fuerzas por la emancipación puertorriqueña, murió este 1 de agosto en su isla natal. Sus allegados la recuerdan como una heroína.
Lolita Lebrón, quien luchara hasta que sus fuerzas vitales expiraran por la independencia de Puerto Rico, y permaneciera por 25 años privada de su libertad en los Estados Unidos, falleció el pasado domingo 1 de agosto, a las 11:05 de la mañana.
La líder nacionalista nació hace casi 90 años en el pueblo boricua de Lares, bajo el nombre de Dolores Lebrón Sotomayor. Desde muy joven profesó un apego ferviente hacia los ideales independentistas de la isla y se unió al Partido Nacional de Puerto Rico.
Hacia sus 30 años, haciendo filas en el Partido Nacionalista, participa en un plan desarrollado para denunciar que la Insurrección Nacionalista del 30 de octubre de 1950 no era un problema «doméstico» de los puertorriqueños, como quería hacer ver el gobierno estadounidense, y que consistía en un ataque a la Casa Blair con la intención de asesinar al presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman junto con un ataque al Congreso de ese país.
El ataque a la Cámara de Representantes fue llevado a cabo por Lebrón con la ayuda de Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero. La fecha fue escogida para repudiar el hecho de que había sido el 1 de marzo de 1917, cuando los Estados Unidos, necesitados de tropas para la I Guerra Mundial, implantaron la ciudadanía americana en la isla con el fin de reclutar soldados para el frente.
La misión de Lolita fue la de atraer la atención del mundo sobre la causa de la independencia puertorriqueña. Cuando el grupo de Lolita llega hasta la galería de las visitas en el piso superior de la «Cámara», se incorporó y gritó «¡Viva Puerto Rico Libre!» y sacó la bandera monoestrellada de Puerto Rico.
Luego el grupo abrió fuego utilizando armas automáticas. Alrededor de treinta disparos fueron hechos y cinco representantes fueron heridos, entre ellos Alvin Bentley, Representante del estado de Michigan, quien fue seriamente herido en el pecho. Un agujero del tamaño de un centavo se puede apreciar en el escritorio que es usado por los Republicanos cuando se dirigen a hablar en el piso de la Cámara. Era la primera vez en la historia de Estados Unidos que se atacaba a los congresistas en el recinto del Capitolio.
En una oportunidad Lebrón afirmó que el ataque al Congreso estadounidense no tenía la intención de causar la muerte de ningún congresista y que, por el contrario, los integrantes del comando tenían el propósito de inmolarse, porque pensaron que morirían allí mismo. En su arresto, Lolita gritó: «¡Yo no vine a matar a nadie, yo vine a morir por Puerto Rico!».
Lolita y sus compañeros de lucha fueron sentenciados por atentado de asesinato y otros delitos, y sentenciados a morir. El Presidente Truman conmutó la sentencia de muerte a perpetua y Lolita fue encarcelada en la Institución Federal Industrial para Mujeres en Alderson, Virginia del Oeste, mientras que los otros comandos nacionalistas sobrevivientes cumplieron largas décadas de condena en otras prisiones federales.
En 1979, después de 25 años de cárcel, bajo la intensa presión que ejercía la comunidad internacional, el presidente Jimmy Carter concedió el indulto a Lebrón y a un par de sus compatriotas. El entonces gobernador de Puerto Rico, Carlos Romero Barceló públicamente se opuso la amnistía otorgada por Carter, afirmando que esto fomentaba el «terrorismo» y socavaba la seguridad pública.
Lolita fue bienvenida de vuelta por varios grupos independentistas como una heroína al regresar a la isla, continuó activa en la causa de la independencia, participando en la protesta contra la Marina de Guerra de Estados Unidos en Vieques.
En noviembre de 2000 se produce el “Comité de Derechos Humanos” en el municipio de Vieques, y Lolita se pronuncia, previo a resultar vitoreada:
«Tuve el honor de dirigir el acto contra el Congreso de los Estados Unidos el 1 de marzo de 1954, cuando nosotros demandamos la libertad para Puerto Rico y le manifestamos al mundo que nosotros somos una nación invadida, ocupada y abusada por los Estados Unidos de Norteamérica. Me siento muy orgullosa de haber actuado ese día, de haber contestado el llamado de mi Patria».
Por encima de sus 80 años, Lolita Lebrón continuó participando activamente en las actividades por la independencia de Puerto Rico. Como miembro del Partido Nacionalista de Puerto Rico, Lebrón no participó en el proceso electoral de Puerto Rico, sin embargo en 2004 expresó que el deber de todo independentista que salga a votar es hacerlo por el Partido Independentista Puertorriqueño.
La anticolonialista recibió en vida honores importantísimos: el artista Octavio Ocampos creó un afiche de Lolita que se exhibió en la Galería de la Raza en San Francisco, California. En el Parque Humboldt de Chicago, existe un mural que presenta a Lolita entre otras personas ilustres puertorriqueñas. Entre los libros escritos sobre Lolita está The Ladies Gallery: A Memoir of Family Secrets, por Irene Vilar y Rabassa Gregory Rabassa; y también el libro Lolita la Prisionera, por Federico Ribes Tovar.
La directora y productora de cine, Judith Escalona, conserva entre sus planes producir un filme de la vida de Lolita.
Un libro escrito por la nieta de Lolita, Irene Vilar, A Message from God in the Atomic Age: A Memoir, recuenta cómo fue crecer siendo la nieta de Lolita Lebrón y cómo le afectó a ella y a su familia.
Hasta sus 89 años, cuando ciertas complicaciones cardio-respiratorias dictaran sentencia, y según comparten sus allegados, Lolita luchó por la emancipación de la nación boricua.
Fuente: www.talcualdigital.com