Los candidatos alternativos en las elecciones de Estados Unidos

 En las elecciones que se celebran hoy, además del demócrata Barack Obama y del el republicano Mitt Romney, hay otros 4 candidatos alternativos

Los candidatos alternativos en las elecciones de Estados Unidos

Autor: Mauricio Becerra

 En las elecciones que se celebran hoy, además del demócrata Barack Obama y del el republicano Mitt Romney, hay otros 4 candidatos alternativos. Gary Johnson y Virgil Goode corren por la derecha, por la socialdemocracia lo hace Rocky Anderson y Jill Stein es la candidata de la izquierda y del Partido Verde apoyada por el movimiento Occupy. Difícil tarea tienen considerando que los candidatos favoritos  gastaron en sus campañas cinco mil millones de dólares. Sepa también como funciona el sistema electoral norteamericano.

Hay seis candidatos para presidente en la boleta electoral que hoy circula en Estados Unidos, pero de seguro usted conoce sólo a dos candidatos: el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney. Entre los ninguneados hay libertarios y ecologistas. Como los otros 4 candidatos han sido invisibilizados por los medios masivos, El Ciudadano se los presenta.

En 2008 Obama fue elegido por 32,6% de los votos en un sistema electoral indirecto, en el que los votantes eligen representantes para los colegios electorales en los 50 estados de la nación. Estos últimos terminan eligiendo al presidente.

Los candidatos “invisibles” que pese a ser ninguneados por los medios masivos apuestan por romper el bipartidismo norteamericano son Gary Johnson candidato por el Partido Libertario, Jill Stein por el Partido Verde, Rocky Anderson del Partido Justicia y Virgil Goode de la Unión Constitucional.

Desde diferentes corrientes políticas apuestan a romper con el binominalismo norteamericano que ha dominado la vida política. Claro que la tarea no es fácil, sobre todo con las bajas expectativas del pueblo norteamericano en participación y de desconfianza de los políticos.

El analista Marc Vandepitte, comenta que “en Estados Unidos reina, en general, un gran descontento. El 68 % de la población dice estar descontenta con la situación, mientras que sólo el 30% está contento. La desconfianza en la política es aún mayor. Entre 77 y 83% desconfía del Congreso y una cifra aún mayor no confía en las noticias políticas de los medios de comunicación”.

Una de las últimas encuestas previas a la elección, realizada por Gallup, da cuenta que el 50 por ciento de los votantes se siente identificado con las propuestas demócratas o republicanas, en tanto el otro 50 por ciento no participa en los comicios o simplemente da su voto al candidato visible con el que más empatizan, pese a que no estén del todo convencidos.

El debate organizado por la televisión norteamericana termina reforzando a los dos candidatos mayores. A través de la Comisión sobre los Debates Presidenciales, demócratas y republicanos fijaron reglas que exigen que un candidato sobrepase un 15 por ciento del apoyo en cinco sondeos nacionales para participar en estos. Obviamente que esto excluye a candidatos que no han tenido los recursos para las costosas campañas mediáticas.

Vandepitte lo evidencia: “Estas elecciones baten todos los récords de inversión en publicidad. Los dos candidatos juntos gastaron en sus campañas cinco mil millones de dólares, de los cuales más de la mitad en anuncios televisivos. Con esa suma se podría proveer de agua potable a todos los habitantes del planeta y de instalaciones sanitarias a 900 millones. Sumas gigantescas como estas no se reciben porque sí. En los últimos meses el presidente Obama ha dejado de lado su trabajo presidencial durante días enteros para recaudar fondos. Por lo general, estos fondos vienen de empresas de la mayor importancia y de la gente más rica. Este año, 26 multimillonarios han puesto sobre la mesa unos 61 millones de dólares. Todas juntas, estas personas poseen tanto como los cincuenta millones de habitantes más pobres de los EE.UU.”.

A juicio del sociólogo norteamericano James Petras no hay gran diferencia entre Obama y Romey. “La diferencia puede estar en la tasa de impuestos, Obama quiere compensar por los grandes recortes sociales aumentando la tasa de impuestos; Romney es más descarado no quiere subir los impuestos a los ricos, sólo quiere bajar los gastos sociales”.

Petras agrega que “mientras ambos están de acuerdo sobre los recortes sociales y los dos están a favor de estimular el gran capital; hay una diferencia en el grado de recortes: Obama quiere bajar tres veces más los gastos sociales sobre los impuestos y Romney propone seis veces más”.

PARTIENDO POR LA DERECHA

El candidato más popular después del demócrata y del republicano es Gary Johnson, del Partido Libertario, coalición que defiende los principios del liberalismo económico, el antiintervencionismo del Estado en la economía, con la salida de tropas norteamericanas de otros países y la legalización de las drogas.

Johnson tira frase como “si preferís que se reconstruyan carreteras, colegios, puentes y hospitales aquí y no en el resto del mundo, eres libertario. Si eres del tipo de personas que hablan de poner fin a la guerra y al estado del bienestar (‘warfare’ y ‘welfare’), eres libertario. Si crees que tu cuerpo, tu vida amorosa y tus asuntos privados no son de la incumbencia del Gobierno federal, eres libertario”.

Johnson tiene experiencia como gobernador. Fue en dos periodos por el Partido Republicano de Nuevo México, entre 1995 y 2002.

Tal como ocurrió en 2000 con Ralph Nader, quien acumuló el 1 por ciento de votos que a los demócratas les faltó para derrotar a George W. Bush, Johnson es hoy un gran problema para los republicanos. Su candidatura ha sido oficializada en 48 de los 50 estados y el distrito federal.

Johnson se opone a la guerra de Afganistán, quiere legalizar la marihuana, apuesta por derogar la Patriot Act, acabar con la Reserva Federal y un dólar fuerte.

En un debate en el que participaron los 4 candidatos alternativos, Johnson dijo que “independientemente de quien gane, Obama o Romney, van a suceder tres cosas: Nos enfrentaremos a un estado policial, seguiremos interviniendo militarmente en las otras naciones del mundo y esto resultará en cientos de millones de enemigos adicionales para este país, algo que se puede evitar”.

Jill Stein, la candidata del Partido Verde

También se ha manifestado contrario a intervenir en Irán. “Tenemos que acabar con la guerra con drones porque matamos a la gente y gastamos mucho en esto. ¿Vamos a bombardear a los ciudadanos de Irán? Vamos a encontrarnos con otros 100 millones de enemigos. ¡No debemos bombardear Irán! (…) ¡Tenemos que devolver las tropas de Afganistán mañana! ¡Terminar las guerras del narcotráfico ahora mismo!”, sostuvo.

Respecto de políticas de drogas, Johnson sostuvo que “el 90% del problema de las drogas está relacionada con la prohibición y no con el uso. El 50% de los estadounidenses apoya la idea de legalizar la marihuana. Vamos a legalizar esto y establecer impuestos, en vez de ponerlo fuera de la ley”.

Más a la extrema derecha está Virgil Goode, quien ha sido elegido para la Cámara de Representantes por los demócratas en 1997 y los republicanos entre 2000 y 2008. Ahora va por la Casa Blanca por el Partido Constitución, un partido ultraconservador que funda su discurso en la xenofobia anti inmigración. Su base electoral está en el suroeste rural de Virginia, que mantiene un electorado conservador.

En el debate Goode dijo que “este sistema ‘de dos candidatos’ representa a los que tienen dinero. Solo unas elecciones libres podrían garantizar el futuro de la democracia (…) dar mayor acceso a las diversas voces en el proceso electoral aumentaría la democracia en los EE.UU.”.

Entre sus promesas destacan no aumentar los gastos militares a 2 billones de dólares y reducir el gasto federal en la guerra contra las drogas, aunque se opone a la legalización del cannabis. También promete crear empleos para los ciudadanos estadounidenses a la par de reducir el trabajo para los extranjeros. “Los empleos en los Estados Unidos ante todo deben ser para los ciudadanos estadounidenses”- sostuvo Goode.

A LA IZQUIERDA

El candidato socialdemócrata es Rocky Anderson del Partido Justicia, quien fue alcalde de Salt Lake City entre 2000 y 2008. Su programa se entronca con la socialdemocracia promoviendo una salud pública universal y asequible, el cierre de la mayoría de las bases militares en el extranjero o el procesamiento judicial de los responsables de la actual crisis económica.

Anderson dijo que “la gente tiene que tener elección, pero estos dos candidatos solo sacan dinero. En sus debates ellos hablaban de los gastos en diferentes esferas, pero ninguno de ellos se atrevió a hablar de los problemas de la pobreza, de las drogas y de la crisis climática (…) Ambos partidos [demócrata y republicano] están intentando poner nuestra democracia en peligro, tenemos que oponernos. Necesitamos otro modelo de financiación, otra democracia”.

Luego vaticinó que “los ricos de Wall Street compran nuestras elecciones (…) Nuestros líderes olvidan que no hay nada peor que la agresión, que atacar un país es una cosa ilegal”. Rocky Anderson prometió igualdad en todos los ámbitos y exterminar la discriminación por razones de género.

Más a la izquierda se alza la candidatura del Partido Verde, Jill Stein. A sus 62 años es doctora titulada en la Universidad de Harvard y, según la definición de la revista ‘The New Yorker’, es la ‘candidata de Occupy’, el movimiento de protesta que surgió el 19 de septiembre de 2011 en varias ciudades de Estados Unidos.

Stein propone un programa de gobierno progresista en áreas como empleo, políticas energéticas y medioambientales, en economía y sistemas sociales.

En el debate, Stein dijo que “los pocos ricos que hay se hacen más ricos que nunca y la clase política no solo no mejora la situación, sino que la empeora mucho imponiendo medidas de austeridad a la gente corriente, mientras continúan desperdiciando miles de millones de dólares en guerras por petróleo que no necesitamos”.

“Estamos perdiendo nuestros empleos, cae el nivel del servicio médico, la educación, nuestros derechos están siendo atacados y el sistema político solo impone austeridad. El Estado sigue gastando miles de millones de dólares. Tenemos que levantarnos y mostrar que cada uno tiene su voz. Tenemos que demandar unas elecciones libres”- agregó Stein.

También la candidata verde instó a terminar con el uso de los drones con fines militares. “Tenemos que acabar con las guerras con aviones no tripulados, y no hay que traerlos a casa. Los drones deberían ser prohibidos para la guerra y el espionaje”, sostuvo.

Respecto de políticas de drogas, Stein dice que “la marihuana es peligrosa solo porque es legal, pero no es ilegal porque sea peligrosa. No es peligrosa”. Por ello aboga por legalizar la marihuana y por usar la ciencia “para determinar qué es peligroso y qué no”.

EL SISTEMA DE VOTACIÓN EN EEUU

Pese a autodenominarse el país de la democracia, en Estados Unidos lo votantes no eligen directamente al presidente, sino que la votación es indirecta.

El sufragio de hoy en cada uno de los 50 estados de la nación es para elegir representantes, quienes se constituyen en delegados que conforman el Colegio Electoral de cada región, dependiendo su número de la cantidad de población. Así, por ejemplo,  Texas (sur) tiene 35 y Montana sólo 3 (norte). Por ello que algunos estados son estratégicos para conseguir una victoria electoral.

En cada estado el candidato que obtenga mayoría absoluta de votos se convierte en ganador y se adjudica los votos del resto de los candidatos del estado.

Elegidos los delegados, estos se reúnen en una asamblea en la que participan 538 Colegios Electorales. Estos se integran por 435 representantes, 100 senadores y 3  delegados de Washington.

Por ello, para llegar a la Presidencia de Estados Unidos se requiere sumar 270 votos por estados y por partidos. Si hay empate, la Cámara de Representantes define la elección del mandatario.

Petras sostiene que “aquí el voto popular no es decisivo. Lo que define es el número de delegados elegidos por cada Estado, por existe la posibilidad de que un candidato sea minoritario pero sus votos concentrados en Estados con mayores electores puede ganar. Lo hemos visto en el pasado”.

Además, en las elecciones de hoy los norteamericanos deberán pronunciarse por 176 iniciativas estatales, las que son puestas como un referendo.

Según informa Telesur, los estados de California (oeste), Florida (sureste) y Alabama (sur) son los que mayor uso darán a la herramienta del sistema electoral estadounidense, que define cuestiones con frecuencia más cercanas a la vida cotidiana de los votantes que las que se dictan desde la Casa Blanca.

En cuatro estados los votantes definirán si aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo. Según consigan Telesur, las iniciativas presentadas en el pasado para lograr el reconocimiento del matrimonio homosexual en distintos estados resultaron en fracasos y hasta el momento ningún territorio estadounidense ha aprobado la unión a través del voto popular.

 Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

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