Niño «hombre lobo» es tratado como un dios por los habitantes de su villa

Muchos de sus compañeros se burlan de su aspecto.

Conmoción ha causado la historia del «hombre lobo» adolescente  de Borneo que está cubierto de pies a cabeza por su tupido cabello negro. El caso es que Muhammad Raihan, de tan solo 13 años, ha rechazado el tratamiento médico para su rara condición porque él piensa que es una bendición de Dios.

Razones no le faltan porque el niño es venerado como una deidad hindú en su pueblo de Indonesia, debido a su físico inusualmente peludo. De hecho, el estudiante sufre de una condición genética conocida como el Síndrome del hombre lobo, la que hace que sus manos, piernas, espalda y estómago estén cubiertos de pelo.

Viene de pueblos lejanos a pedirle su bendición.

Sin embargo no todo es fácil, debido a que Muhammed se enfrenta diariamente a los insultos de algunos compañeros que lo asemejan al dios mono hindú Hanuman. Pero él y su familia: su madre viuda y cuatro hermanos son imperturbables con los insultos y el menor se considera a sí mismo como un niño especial de Dios.

Muhammed dijo: «No me preocupa tanta atención -algunas personas se ríen de mí, mientras que otros sólo vienen a mí para que los bendiga». Agregando que «muchas personas acuden a mi casa desde pueblos lejanos. Piensan que soy un dios o que tengo poderes especiales, pero está bien porque sé que me veo diferente».

Su madre perdió a su marido agricultor Muslihah hace 10 meses, y desde entonces lo ha llevado a varios médicos, pero decidieron detener la medicación después de que le dijeron que su cabello sólo crecería más largo y grueso con la edad.

Su mamá dijo: «Tiene más pelo en el cuerpo que mi hijo mayor, pero yo no estoy preocupada ya que cada niño es diferente. Él es un regalo de Dios y creemos que su aparición es la voluntad de Allah».

Sus hermanitos no padecen del síndrome.

Mientras que Muhammed, que comparte una habitación con sus hermanos normales, dice sentirse bendecido por tener una apariencia distinta y en el futuro desea servir como clérigo en una mezquita. «Soy bendecido por Dios y esto me hace feliz», concluye.