Leftraro es Lautaro en mapudungun. La obra, escrita y dirigida por Eliseo Miranda, nacido en Gualañé, cuenta la historia de la resistencia del pueblo mapuche desde que Pedro de Valdivia cruza el Bío Bío, su muerte, y culmina cuando muere Leftraro -a los 22 años-, a orillas del río Mataquito.
Eliseo Miranda vivió el exilio y volvió a Chile cuando “llegó la democracia”, estudiando teatro en la Universidad Arcis. Estuvo en Bolivia haciendo teatro callejero para niños. Se instaló en La Florida y desde hace dos años dirige el Teatro Escuela Municipal junto a Hernán y Ángela Vallejos e Isaac Reyes.
-¿Por qué el tema mapuche?
-“Los chilenos no nos damos cuenta que tenemos un pueblo y cultura milenaria, que sigue viva. Los mayas, los incas, no están, y así un montón de pueblos exterminados por esta sociedad occidental. Los mapuches siguen resistiendo. Si vamos a hablar de nosotros, partamos por ellos.
Venimos de un pueblo que se tilda de guerrero. Comenzamos a investigar y nos dimos cuenta que, si bien está presente la naturaleza guerrera, tuvieron que tomar las armas por una necesidad de vida o muerte, para defender lo que era de ellos, la tierra, la libertad. Armamos la obra y nos dimos cuenta que lo que había que rescatar era la cultura, la artesanía, la gastronomía, la música, los bailes, etc… La música de la obra está hecha con instrumentos mapuches, y masterizada en una sala de sonido. Hicimos una réplica de un kemu kemu, que es lo que se llama comúnmente rehue.
Originalmente, la obra duraba cuatro horas y media porque incluía que el público hiciese, y luego comiese, comida mapuche, que aprendiera a bailar y tocar música mapuche. Todo eso que se mantiene en una cultura viva. Es lo que tratamos de mostrar hoy. No las batallas, que son un anecdotario. La obra nace por necesidad de validar algo que no puede morir y la única forma de que no muera es mostrándolo, hablando y generando espacios. Que se hable de los mapuches: sí, siguen vivos a pesar de las cárceles, a pesar de los gobiernos y los imperios.
Nosotros contamos la historia de mapuches versus imperio español, pero después vino el Estado chileno, y después Ralco, Endesa… La lucha continúa pero no con armas sino con cultura. Para qué hablar de la cosmovisión mapuche, un pueblo que es capaz de mirar conjuntamente la tierra y las estrellas. Se puede entender mucho mejor la naturaleza de la existencia humana, y la boludez de nuestra civilización y cómo estamos maltratando la tierra”.
Eliseo ha escrito otras obras, la primera fue una adaptación de Las ingeniosas aventuras del Don Quijote de la Mancha. Hizo “una adaptación para calle” -tres actores y un músico- contando la historia del Quijote. Su primer premio lo ganó a los 17 años, con SOS, Socorro o Suicidio, que hablaba del suicidio juvenil.
“Con el Teatro Escuela Municipal de La Florida somos 24 actores y actrices, 2 directores y 2 productores, y parte del Departamento de Cultura de la Municipalidad. La punta de lanza en el sentido de abrir espacios. Hemos visitado 12 lugares y nos quedan 10 más. Vamos de gira y nos presentamos en Macul y Peñalolén”.
-¿Cuánto dura la obra?
-“Una hora, por el criterio de teatro callejero. La hemos presentado 12 veces en La Florida y en el Espacio Matta de La Granja. Al público le encanta. Los niños la aprecian mucho, siendo aparentemente adulta. Los niños alucinan y terminan queriendo ser Colo Colo, Leftraro, Valdivia. Y algo en que nos preocupamos de sobremanera es en cómo esta cultura está viva. No hay posibilidad de error en cuánto a lo que dice.
Introducimos el lenguaje mapuche, tuvimos que estudiarlo. Historiadores se han acercado a decirnos: ‘¡Bien!’. Pasamos por la historia sin alterarla, tal como dicen que fue, porque mucha documentación no hay. Antes de hacer el montaje definitivo la Oficina de Pueblos Originarios de la Municipalidad nos apoyó con historiadores y estudiantes de derecho indígena, que la leyeron y nos hicieron recortes. Lo agradecimos porque nos dimos cuenta que estábamos bastante en la mirada de los vencedores”.
En la obra, las actrices que representan a mapuches se adornan con artesanía del rütrafe -platero, joyero- Gabriel Cheuquepán Collín, quien rescata el patrimonio inmaterial de su cultura en hermosas piezas y alhajas de plata y alpaca. Hoy, se presenta junto a un stand de comida mapuche preparada por Gabriel Cheuquepán y su compañera Lorena.
“Queremos que se acerquen a ver la platería que se luce en la obra y que degusten y conozcan comidas típicas del pueblo mapuche, pero no sólo conocerla sino también valorarla”, dice Lorena.
La menor de las actrices tiene 17 y el actor más longevo 67 años. Ensayan en el Liceo Benjamín Vicuña Mackenna, en el Centro Cultural Rojas Magallanes, en el Colegio Andares y en la Casa de la Cultura.
“Son dos días a la semana de ensayos, en horario no hábil, y la experiencia ha sido increíblemente enriquecedora. Todos estamos aprendiendo a hacer algo nuevo. Hace un año no teníamos ni idea de lo que íbamos a hacer. La honestidad con los chicos es decirles: ‘estamos inventando, hasta podemos equivocarnos porque estamos caminando terreno desconocido’. Es la primera experiencia de una Escuela de Teatro Municipal, al menos en Santiago, en los últimos treinta o cuarenta años. Nosotros, en vez de querer crecer hacia arriba y en popularidad, queremos crecer hacia abajo, echar raíces en la comuna y que esto quede asentado, que cuando nos vayamos, esto siga. Si fuéramos un árbol, estamos echando raíces, esa es nuestra meta”, dice Miranda.
EL CACIQUE COLO COLO
“Yo soy Mario Muñoz, y en la obra Leftraro: Hombres de la tierra, personifico al mítico cacique Colo Colo. Un cacique de paz, lo contrario de lo que se cree en la mitología urbana. Colo Colo, en un momento de nuestra historia, quisiese tomar las riendas de una batalla, de una lucha que se va a generar de ahí en adelante, desde la llegada de los españoles. Sin embargo, obviamente, por el tema más que nada físico, no es una batalla para su época. Él está en franca retirada. Colo Colo fue un guerrero, pero no es el adecuado para el enemigo que se acerca. Debe pasar con mucho dolor el mando a jóvenes que sí tienen la posibilidad de hacer esta lucha, a Caupolicán, a Leftraro».
-¿A qué te dedicas?
“Vivo y trabajo en La Florida, para una empresa de TV cable. Se dio la oportunidad de participar en esta obra a personas que teníamos afición y gusto por el teatro y que no habíamos podido continuar en él por temas familiares, laborales. La Municipalidad, Eliseo Miranda y toda su gente nos han dado la posibilidad de montar una obra para la comunidad, gratuita. Sólo hay que venir a verla para que se entretengan y vayan con un mensaje a sus casas».
-¿Cómo se ha conformado el grupo de actores?
“Es un muy buen grupo, llevamos más de un año trabajando juntos y estamos muy contentos, pese a los inconvenientes propios que siempre hay. Gusta más por el hecho de que nos ha costado, en cuanto a tiempo, familia. Es gratificante el estar frente a un público y que te aplaudan y valoren lo que haces, sin saber lo que hay detrás. Ellos sólo ven un espectáculo que les gusta. Soy de la Villa Perú, cerca de los mall Plaza Vespucio y Florida Center… de allá soy”.
GUACOLDA
-¿Cómo te llamas?
-“Valentina Pereira. Tengo 17 años”.
-¿Por qué participas en la Compañía de Teatro Escuela Municipal?
-“Porque me gusta el teatro y me dieron la posibilidad de hacer teatro, aunque sea tan chiquita. La compañía era para adultos, sin embargo, me abrieron las puertas. Acá aprendo, y comparto y le muestro a la gente cosas que no siempre se les pueden mostrar. Llegamos a lugares donde no siempre hay teatro, donde no llega mucho la cultura. Nosotros sí llegamos y más encima gratis…”.
-¿Te gusta lo que estás haciendo?
“Me encanta, me apasiona. Es lo que quiero hacer toda mi vida”.
-Y esta obra en particular, Leftraro…
“Me gusta mucho, mucho, la temática del pueblo mapuche, lo que mostramos y lo que decimos”.
Por Arnaldo Pérez Guerra
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