De acuerdo con reportes ciudadanos, se presentan algunos enfrentamientos entre integrantes de grupos indígenas que están llegando a la capital para darse cita el próximo 29 de septiembre en el Parque Nacional para conmemorar lo que denominan como “un año de resistencia de las autoridades indígenas en Bakatá”.
Estos incidentes se presentan desde las 3:00 a.m. de este miércoles, 28 de septiembre, en el barrio Las Cruces, centro de la capital. Hasta este punto llegaron 200 indígenas en 16 Chivas y 8 buses con integrantes de comunidades indígenas de diferentes sectores del país.
Cabe señalar que si bien su llegada estuvo acompañada de arengas y el sonido recurrente de los claxos de los vehículos, los visitantes no realizaron acciones violentas. En los reportes que se tienen hasta el momento, se conoce que los habitantes del sector fueron quienes empezaron a protestar por su llegada afectando su libre movilidad.
Hecho que despertó malestar en los integrantes de estas comunidades indígenas provenientes en parte del Cauca, Caldas y otras zonas de Colombia. Entre ellos afirman que algunos solo perdurarán en la capital durante la protesta, mientras que otros se quedarán en una instancia más larga.
Lo que se conoce hasta el momento es que los recién llegados se instalaron en el Polideportivo de Las Cruces y se encuentran instalando carpas y cambuches improvisados para su comodidad.
“La manifestación que nosotros estamos haciendo es por la invasión, así la consideramos, de una comunidad indígena que no sabemos de dónde vienen y cuál es el motivo de que estén acá. La solicitud que formalmente hacemos desde la comunidad es que las autoridades nacionales y distritales ayuden a desalojar el lugar”, afirmó Emelina Pulido, vocera de los residentes del sector.
Hasta ahora no se ha realizado un censo de cuántos indígenas están en el sitio; sin embargo, se habla de más de 200. Por su parte, los manifestantes incrementan la cifra a 600. Aún no se ha pronunciado la Alcaldía de Bogotá, a pesar de que ya hacen presencia gestores de convivencia.
Fuente El Espectador
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