Invitamos a todos los habitantes del hemisferio Sur a hacer suyo este We-tripantu (Año Nuevo), más real y en concordancia con las normas naturales. Hacer de ella un punto de referencia para el reencuentro con la vida en coexistencia con la tierra, naturaleza, los espíritus y el tiempo.
La ceremonia de acompañamiento de renovación de los ciclos naturales o We-tripantu data de miles de años, pues responde a la lógica y normativa de la naturaleza y del cosmos, a través del cual los primeros mapuche asumieron y adaptaron su vida individual y colectiva. No obstante, en la actualidad encontramos dos tipos o formas de conmemorar el We-tripantu en el mundo mapuche.
WE-TRIPANTU ANCESTRAL
En primer lugar será necesario saber cómo se determinaba o definía el día del We-tripantu en tiempos ancestrales: El método más efectivo que tuvieron nuestros abuelos en la definición del día del We-tripantu es el diseño, estructuración, ubicación y construcción de su Ruka; con un fogón en el centro y la puerta principal orientada hacia la salida del sol, determinaban y controlaba el tiempo y el movimiento de éste durante el transcurso del año.
Es decir, el fogón, la puerta principal y un tronco o palo situado frente a la puerta, definirá o marcará el movimiento del día, las constelaciones, el sol, la luna y el tiempo, es decir, éstos símbolos marcarán los días e indicarán el recorrido o movimiento del sol y los ciclos naturales pukemngen (tiempo de lluvias), pewüngen (tiempo o época de brotes), walüng (tiempo de abundancia) rimü (tiempo de descanso o zambullidas) y con ello se determinará el día exacto del We-tripantu.
Desde el punto de referencia se apreciaba el inicio del recorrido que realizaba el sol a partir el día del We-tripantu, comenzando éste a moverse desde el Puel-pikumapu (noreste) hacia el Puel-willimapu, (sureste) vice/versa. En ése recorrido se dice que el sol debe compenetrarse o conectarse con el fogón ubicado en el centro de la ruka, además los rayos no deben tener ningún impedimento en su viaje o recorrido que realiza cada día y durante las trece lunas del año.
Otros de los factores determinantes del We-tripantu son las trece lunas del año, todas las cuales tienen sus propios nombres y cada una representan la época en que le corresponde hacerse presentes. La luna que marca el inicio del nuevo año se les conoce como trufken-küyen, luna gris o luna de las cenizas, correspondiente al pukem. Por tanto ya asomado o nacido el trufken küyen comienzan los preparativos para la ceremonia de inicio de renovación de la vida o We-tripantu.
Actualmente se habla también de un conjunto de estrellas llamadas Ngaupoñi las que al acercarse el We-tripantu desaparecerán por el poniente, lafkenmapu o ngülumapu, asomándose en la madrugada hacia el oriente, unos días antes de producirse el nacimiento de la nueva vida en la naturaleza.
Asimismo se sabe con certeza que el día del We-tripantu, existe una única madrugada del año en que las aguas de los ríos, vertientes, lagos, esteros y otros entran en un proceso o cambios de temperaturas provocado por el movimiento de la tierra o re-acomodación de éste que inicia el regreso o el recorrido por el universo, completándose en el próximo año nuevo o We-tripantu. Ese día emergen desde las profundidades de la tierra, aguas calientes a través de las vertientes los cuales permiten que las personas puedan bañarse en la madrugada, (epewun o amanecer).
¿EN QUÉ CONSISTE LA CEREMONIA DEL WE TRIPANTU?
El We-tripantu consiste en participar juntos con la naturaleza en la renovación y emergencias de nuevas vidas. Es decir, el che (humano) siendo uno de los componentes de la naturaleza hace suyo y participa junto a su familia e invitados en ésta ceremonia de renovación de la vida. Es así que con antelación reúne diversos tipos de alimentos para el misawün o convivencia que llevará a cabo con sus invitados, familias y miembros de la naturaleza. También podrá realizar un konchotun (en el que con otras familias amigas se visitarán y compartirán dicho acontecimiento), o quizás una ceremonia llevada a cabo por los abuelos, en el que le colocarán su nombre a un nieto o un niño pequeño y eso es motivo de festejo, en fin motivos hay muchas.
Las familias invitadas acuden a la Ruca anfitriona al atardecer del día anterior del inicio del nuevo ciclo, con su yewün (aportes en alimentos y sus presentes). Durante la noche se conversan temas relativos a historias, hechos relevantes del quehacer mapuche y otros relatan epeu, ayekan, ül, weupin, koneu, también se realizan danzas ceremoniales en torno al fogón, se juega al awarkuden entre otras entretenciones. Mientras las mamás, hermanas, abuelitas preparan mültrün, kako, rüngalkofke, müllokiñ, mudai, y comienza la celebración.
En la madrugada o epewun se invita a todos a bañarse en las vertientes, ríos, lagunas o mar, para recibir las primeras aguas que les permitirá purificar su cuerpo y su espíritu, ya que todos los mapuche deben esperar el We-tripantu, muy fortalecido para que el ciclo venidero favorezca en su vida personal, familiar y colectivo. Se retorna a la Ruca antes de que asome el sol, se inicia la ceremonia de purificación o limpieza danzando en torno a la ruka conforme a como se mueve el sol en éste hemisferio, se tocan instrumentos, se realiza llellipun, consistente en una ceremonia de conexión e interrelación con los espíritus de la naturaleza, los antepasados, el universo para agradecerle por la finalización de un ciclo de vida y permitir recibir el siguiente. Este se realiza antes de que el sol se asome en el puelmapu.
Luego se comparten los alimentos preparados para la ocasión, mas tarde se participa en eventos preparadas por la comunidad, palin, awarkuden, ñiwülün, lonkotun, aukankantun, además ocasión propicia para hacer katan pilun (perforación de las orejitas a las niñitas), entre otras actividades.
En el momento que aparece el sol, se ha dado paso a una nueva vida, en la tierra y naturaleza; se ha producido un renovado encuentro con todos los actores del mundo mapuche, se ha dado paso a una nueva relación y vínculo con los espíritus creadores y de los antepasados, así se inicia una vez mas una nueva vida en la familia mapuche y en la madre naturaleza.
WE-TRIPANTU CONTEMPORÁNEO
Esta celebración probablemente (hasta los 50, 60, 70 años hacia atrás) se realizaba en forma más protocolar, privada y con profundo respeto en la que se convocaba e invitaba a las familias más cercanas y aquellas pertenecientes principalmente en la línea materna, cheche o chezki, chuchu, weku, abuelos, abuelas y tíos maternos, asimismo a los sobrinos, primos y otros; ocasionalmente familias y amistades del sector o territorio, con la finalidad de realizar misawün, konchotun, lakutun, katan pilun, entre otros, preparados para la ocasión.
Lo anterior todo cambió en las familias y comunidades de todo el territorio mapuche, cuando se inicia la imposición del mundo occidental, a través de la escuela, el cristianismo y la fiesta de San Juan Bautista en particular (uno primero que otro).
Cuando nos dimos cuenta estábamos celebrando la fiesta de San Juan y rezando el Padre Nuestro. Nuestro We-tripantu había sido reemplazado por costumbres populares de verse la suerte la noche del 24 de junio, colocar tintas en un papel, pelar papas, poner los pies en un recipiente con aguas y mirarse al espejo, engordar y matar chanchitos para celebrar algún hijo o hija que llevara el nombre de Juan o Juanita, entre otros.
En éste y en otros aspectos de nuestro ser mapuche fuimos intervenidos todos por igual. Así comienza nuestra confusión, el sincretismo, la mezcla, el empobrecimiento espiritual, económico, de identidad entre otros.
Afortunadamente esta fecha se ha ido recuperando paulatinamente, hemos pasado en celebrar el año nuevo del 1 de enero como única fecha con bombo y platillo y con el correr del tiempo con apoyo de las nuevas generaciones de jóvenes mapuche hemos podido rescatar en parte la celebración del We-tripantu. Justamente éste parte por ahí por los años 86 desde el grupo de teatro de la organización Ad-Mapu de ese entonces.
Sin embargo hoy ya estamos entrando a una época muy distinta y muy complicada y luego vendrán otros y otros más, mientras tanto no hemos sido capaces de recuperar nuestra propia forma de expresar nuestra espiritualidad y el We-tripantu más original, el mapudungun entre otros. La influencia que ha tenido y tienen las religiones y cultura winka sobre la nuestra ha sido más potente de lo que pudiéramos pensar.
Es así que en la actualidad tanto en las esferas mapuche y winka, la celebración del We-tripantu continúa acomodándose y acercándose a la celebración popular occidental, aunque en la programación previa y en los discursos conmemorativos se reivindica el We-tripantu de los antepasados, sin embargo éste está lejos de ser ceremonial, ancestral y original, pues hoy las celebraciones son similares a la fiestas del año nuevo del 1 de enero (del calendario occidental) e incluso son más folklóricas aún, especialmente aquellas promovidas por los organismos de Estado, también organizadas y celebradas por algunas comunidades. En éstas están incluidas también las que se organizan y realizan en las ciudades.
Las instituciones antes mencionadas funcionan en forma paternalistas, ofreciendo recursos económicos e impulsando la realización de We-tripantu en las comunidades rurales y urbanas mapuche, mediante pequeños incentivos o proyectos al que se debe presentar un programa detallado de actividades para ser acreedores de aquellos recursos.
Lo anterior es tan contradictorio pues el We-tripantu se da en forma natural, es una celebración o ceremonia de regocijo de los hijos de la tierra, plantas, animales, insectos, aves, personas con la naturaleza, es decir, el che (humano) es un invitado que se entremezcla con los demás y acompaña la madre naturaleza en su fiesta, en su alegría en el regreso de la vida de sus hijos, en esa medida y entendimiento es deber de cada ser humano de todos aquellos que cohabitan nuestros territorios ancestrales y principalmente mapuche a participar en ese festejo, de la forma más natural aportando con lo suyo, con lo propio y no esperar proyectos o beneficios provenientes de organismos estatales o privadas que lo único que hacen es hacer del mapuche un ser más dependiente aún.
Así también en la actualidad muchos colegios e instituciones y hasta agrupaciones mapuche, quizás por desconocimiento o por la pérdida real del significado y sentido que tiene este acontecimiento han cometido graves errores, al realizar celebraciones o conmemoraciones del We-tripantu que se aleja del verdadero sentido de este, que es la de acompañar y ser partícipe en el regocijo del nuevo despertar de la vida en la naturaleza, asumido culturalmente por nuestros antepasados. Como consecuencia de lo anterior es que el We-tripantu se ha ido paulatinamente transformando en una fiesta meramente social y en algunos casos políticos. También ha habido folklorización de esta fiesta sagrada por decir lo menos.
Otra de las falencias es que hoy se celebra el We-tripantu en tiempos reducidos, una mañana, un rato en el día, mientras tanto en estricto rigor este debería comenzar al atardecer del día antes, terminando al atardecer del día del We-tripantu cumpliendo de esa forma la ley natural, completar el círculo y despedir la noche del año que se va y recibir el inicio de la noche o madrugada del año nuevo, wüñoi y We-tripantu respectivamente, concluyendo con actividades colectivas. Pues la ceremonia del We-tripantu es familiar, eso significa que paulatinamente debemos retornar a la familia para fortalecernos con ellos en el día más relevante de los amaneceres que es el día del We-tripantu.
Invitamos a todos los habitantes del hemisferio Sur a hacer suyo éste We-tripantu (año nuevo), más real y en concordancia con las normas naturales. Hacer de ella un punto de referencia para el reencuentro con la vida en coexistencia con la tierra, naturaleza, los espíritus y el tiempo. Pues esta fecha que marca la renovación de los ciclos naturales en este hemisferio no es propiedad de una u otra cultura, sino nos pertenece a todos aquellos seres que nacimos y cohabitamos en esta parte del planeta, humanos, animales, árboles, ríos, aves, insectos, océanos, entre otros.
Küme ayiukonpape tüfachi We-tripantu
(Que comience con alegría este nuevo año)
Armando Marileo
Azkintuwe