Cuenta la leyenda, que el día 29 de septiembre, festividad de San Miguel Arcángel, el diablo sale a las calles y campos de los pueblos para «esparcir el mal« en ellos.
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Ante la «salida de satanás«, los habitantes de la ciudad deben colocar días antes de la fiesta de San Miguel, una cruz elaborada con la flor de pericón o yahutli, para proteger sus casas y milpas de cualquier calamidad.
Así lo cuentan habitantes de los pueblos originarios de Morelos, Guerrero, y Puebla, siendo Atlixco, uno de los sitios en los que aún se conserva esta ancestral tradición.
Especialistas han referido que dicha costumbre tiene sus orígenes desde la época prehispánica, pues la flor de pericón era utilizada en los rituales en honor al Dios de la lluvia Tláloc.
Con la llegada del otoño y la festividad de San Miguel Arcángel, los campesinos marcan el final de la temporada de siembra, momento en el que buscan, de cualquier manera, proteger sus milpas de algún mal, y que éstas se encuentren listas para el nuevo ciclo que viene.
Por ello, es posible visualizar a varios comerciantes de la flor de pericón en el centro del pueblo mágico de Atlixco, pues, como cada año, se preparan para proteger sus tierras y casas de cualquier mal que dejé el temido satanás.
Foto: Agencia Enfoque
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