Incluso desde un país tan futbolizado como Chile cuesta imaginarse a un palestino corriendo detrás de una pelota, con las medias bien calzadas hasta la rodilla y el ímpetu de un soldado que defiende su bandera. Más bien estamos habituados a observar esto en el contexto de los enfrentamientos armados, el sonido de las ambulancias y el desconsuelo de un pueblo que ha tenido que acostumbrarse a vivir en estado de sitio.
Como reza la frase que acompaña al título -“Un retrato de la selección palestina de fútbol”- este documental nos traslada en un viaje no sólo hacia una realidad determinada, sino además en el tiempo, proponiendo una reflexión interesante, a sólo semanas del mundial que se avecina. Más allá de esta efervescencia, el argumento de la realización es capaz de alcanzar el interés de quienes no comulgan con la denominada pasión de multitudes, pues el fútbol aquí funciona como un vehículo para abarcar una disyuntiva mucho más grande, que trasciende con creces los límites de la cancha.
Cuatro años estuvo Marcelo Piña filmando en varios países, antes de dar la edición final a este documental que contó con recursos provenientes de Estados Unidos, Chile y Egipto. De dichos destinos proceden también los expertos en temas relacionados con Medio Oriente –como Eugenio Chahuán, de la Universidad de Chile y Norman Finkelstein, profesor de Teoría Política en Chicago- quienes aportan datos y contextualizan la historia de una región que durante el siglo XX elevó ostensiblemente su nivel de violencia, convirtiéndose en blanco de intervenciones foráneas, demasiado parciales y no siempre con intenciones altruistas.
Grabada en muchas locaciones -Zurich, El Cairo, Ismailia, Beirut, el campamento de refugiados Nahr Al Bared en El Líbano, Asia Central, etc-, este documental muestra un seguimiento por varios meses a deportistas chileno-palestinos, acercando la historia a nuestra realidad y adentrando la cámara en un círculo que en Chile resulta bastante amplio y expansivo, que ocupa barrios enteros y que pese a la permeabilidad de los tiempos actuales, mantiene intactas casi todas sus costumbres.
Tiro Libre logra transmitir la esencia de un pueblo que ha depositado sus esperanzas en este deporte, hablándonos también sobre las desventuras de una selección que pelea por un cupo en la copa del mundo, luchando por su propia conformación en medio de una atmósfera cargada de intolerancia y un resentimiento prolongado por centurias. Pese a ello, queda claro que la voluntad que tiene este equipo de limpiar la imagen de su país es genuina, resistiendo incluso embates limítrofes, reflejados en casos de jugadores imposibilitados de acudir a partidos por los celosos cercos fronterizos de sus respectivos países.
Uno de los mayores méritos de este documental debe ser el de introducirnos en un mundo complejo, que más allá de ser conocido por sus conflictos, bailes y comidas, es un pueblo constituido por personas simples, cuyos problemas revelan también un marcado sesgo mediático, intervencionismo desmedido y un tremendo estigma, posiblemente similar al de Colombia con los carteles de la droga.
La selección palestina de fútbol se levanta, como una esperanza para un futuro mejor, quizás no con menos guerras, pero sí con una integración del mundo árabe en euforia por los goles.
Desde el 20 de mayo en el Cine Arte Alameda
Dirección y guión: Marcelo Piña Lorca
Género: Documental
País de producción: Chile, Estados Unidos y Egipto
Año: 2007
Duración: 104 minutos
Por Matías Pino Ahumada
Filmonauta
El Ciudadano