Elon Musk pierde su propia encuesta en Twitter para continuar dirigiendo la plataforma

«¿Debo renunciar como jefe de Twitter? Me atendré a los resultados de esta encuesta», fue la pregunta exacta que el empresario realizó a los usuarios

Elon Musk pierde su propia encuesta en Twitter para continuar dirigiendo la plataforma

Autor: Anais Lucena

Elon Musk ha perdido la encuesta lanzada la pasada madrugada en la que consultaba a los usuarios de Twitter si debía continuar en el cargo de director ejecutivo de su red social. Después de 12 horas de votaciones, en las que han participado más de 17 millones de cuentas, el 57,5 % de los internautas han señalado que el magnate debe abandonar su cargo como CEO de la empresa.

«¿Debo renunciar como jefe de Twitter? Me atendré a los resultados de esta encuesta», fue la pregunta exacta que el empresario realizó a los usuarios y que ha acabado colocándolo en la tesitura de dejar su cargo como principal ejecutivo de la red social, de la que es propietario desde hace menos de dos meses.

Durante las últimas semanas, Musk, que también es dueño de empresas como Tesla o SpaceX, ha lanzado varias encuestas entre los usuarios, todas ellas determinantes para el funcionamiento de la red social. Ese fue el procedimiento escogido por el magnate para devolver su cuenta al expresidente de Estados Unidos Donald Trump, que llevaba bloqueada desde el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2020.

El magnate también lo utilizó para consultar a la comunidad sobre el restablecimiento de los periodistas bloqueados a finales de la semana pasada por informar sobre las nuevas políticas de Twitter contra la compartición de la ubicación en tiempo real de personas.

Atendiendo a que, durante el tiempo que lleva en el cargo, el empresario sudafricano ha aceptado los resultados de todas las encuestas que ha lanzado en la plataforma, todo indica que, en breve, anunciará su decisión de abandonar el cargo de director ejecutivo de la red social.

(Otra) semana convulsa

La encuesta, lanzada por Musk ayer a última hora, llega después de una semana en la que su aplicación ha estado marcada por la polémica, como casi todas desde que el empresario se hizo con el control a cambio del pago de 44.000 millones de dólares. Al bloqueo de las cuentas de media docena de periodistas estadounidenses se sumó a la decisión de fulminar al Consejo de Confianza y Seguridad de la ‘app’, conformado por expertos externos y creado con el fin de asesorar a la plataforma en materia de moderación de contenido.

Para cerrar la semana, con Musk en Qatar viendo la final del Mundial de fútbol acompañado del yerno de Donald Trump, Jared Kushner, la red social anunció a través de un tuit la decisión de realizar unos cambios en sus políticas para prohibir a los usuarios compartir publicaciones con enlaces en los que se invitase a emplear redes sociales de la competencia, como Facebook, Instagram, Truth Social o Mastodon.

La ola de críticas provocada por esta medida, que fue eliminada horas después por la plataforma, llevó al propio magnate a disculparse en un tuit. «En el futuro, habrá una votación para cambios de política importantes. Mis disculpas. No volverá a pasar», prometió.

Casi dos meses de caos

En las escasas semanas que Elon Musk ha estado al frente de Twitter, más de la mitad de los empleados con los que contaba la aplicación han abandonado la empresa, ya sea por decisión del magnate o de los propios trabajadores. El propietario ha intentado comenzar a poner las bases para convertir la red social en una ‘super app’ al estilo de WeChat en China con la que romper el estancamiento empresarial y funcional en el que llevaba inmersa la desde hacía años.

Bajo su mando, también se ha intentado potenciar Twitter Blue -el servicio para suscriptores de la red social- añadiendo el famoso signo de verificación al paquete, que, en total, ha pasado a tener un precio de ocho dólares mensuales para el común de los usuarios a no ser que se suscriban desde la ‘app’ para dispositivos de Apple. En esos casos la factura sube hasta los 11 dólares.

La apuesta del empresario por rebajar la moderación de contenido ha provocado que el negocio publicitario de la red social, que representaba cerca del 90% de sus ingresos totales, haya recibido un golpe severo. Musk ha reconocido en repetidas ocasiones que la supervivencia de la red social pende de un hilo debido a este problema. Según informaba ‘The New York Times’ hace unos días, la empresa lleva semanas sin pagar el alquiler de sus oficinas. El propio magnate tuvo que vender un gran paquete de acciones de Tesla recientemente.

Fuente: The Guardian


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