Han transcurrido cuatro años desde que el Conjunto Habitacional Lo Méndez, en el Barrio Norte de la ciudad de Concepción, comenzó su construcción. Las más de 300 familias que esperan una vivienda, después de haber sido afectadas por el terremoto en 2010, se han enfrentado a una serie de dificultades que los han llevado a radicalizar su postura frente a las irregularidades de sus próximos hogares.
Según consigna el Periódico Resumen, el primer obstáculo que debieron enfrentar fue a la misma empresa constructora Edifika, pues a menos de un año de iniciar los trabajos se evidenció la mala edificación de las futuras viviendas, provocando que las mismas familias se tomaran los terrenos de construcción en demanda de una fiscalización competente por el Serviu.
Gracias a esta movilización, los pobladores visibilizaron los graves problemas en los estudios de suelo, avances de obra no cumplidos y los problemas judiciales de la empresa Edifika. El comité “Liando Paredes”, que representa a 300 familias, se conformó en agosto del 2010 y desde ahí han trabajado para obtener certificados de inhabitabilidad producto de que sus casas fueran afectadas por el terremoto del 27/F de 2010.
Sin embargo, ante la ineficiencia del Estado en definir prioridades en el ámbito habitacional, las familias debieron recurrir a tribunales para que sus demandas fueran tomadas en cuenta, además de conseguir la realización de estudios de suelo, hormigón, estructura, entre otros, para explicar la mala construcción de sus viviendas.
Así, el pasado viernes 17 de noviembre, las familias se movilizaron para presionar al Gobierno a acceder a demandas desoídas. La presidenta del Comité de Vivienda “Liando Paredes”, Consuelo Menéndez, afirmó a Resumen que no han obtenido respuesta de las autoridades regionales, por lo que fueron hasta Santiago para sostener una reunión con el subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Iván Leonhardt, y con el diputado Cristian Campos.
-Ustedes el 15 de octubre de 2013 iniciaron una toma de los edificios que construía la empresa Edifika. Cuéntanos por qué tomaron esa determinación y cuáles fueron los efectos de esta acción de protesta.
«Los problemas de materiales y en estructura se hicieron tan evidentes que parecían tumbas en vez de hogares, las cuales no resistirían temblores en grado mayor y que, en un máximo de dos años, ya se verían deterioradas. Eso nos llevó a revisar las especificaciones técnicas del proyecto, las que claramente no cumplían con requerimientos de construcción, luego pagamos por estudios de hormigón e informes técnicos que nos aseguraran que nuestros subsidios fueran bien empleados. Al obtener pésimos resultados, se lo manifestamos el mismo 2013 a las autoridades regionales, pero hicieron caso omiso a nuestras peticiones, por lo que nos vimos en la obligación de ocupar los terrenos de construcción para visibilizar nuestro problema a la sociedad».
«El listado de irregularidades fue preocupante e hizo imposible su habitabilidad. Ejemplos son varios: lozas partidas, muros virados, cadenas a la vista, imperfecciones y desniveles, incumplimiento de los planos normados para el primer piso, sin puertas de 90 cm de ancho para personas discapacitadas. También los materiales endebles: fierros de 8 mm para las bases, mezcla de hormigones para el armado en altura (de H25, para el armado, con H10, solo utilizable para sellos de fundación, aislante que queda bajo los cimientos para evitar su contacto con la tierra, y H15 para construcciones de máximo un piso) entre otros».
-¿Cuál ha sido la respuesta de instituciones como el Ministerio de Vivienda ante la situación que les afecta?
«En Concepción, ninguna respuesta. Tuvimos que viajar a Santiago, donde sus jefes, para obtener respuestas. También fuimos a la Contraloría para exponer nuestras demandas de las cuales nos respondieron que el Serviu tiene que verlo. Pero ellos han promovido la división de nuestro comité, mal informando a nuestras familias, incentivándolos a renunciar a sus viviendas para optar a nuevas etapas que aún no están tramitadas».