Este hombre que ven en las fotos es un abogado británico de 45 años. Y es también, probablemente, el nadador más osado del mundo, un especialista en travesías extremas apodado “el oso del hielo”.
Lewis Pugh ha expuesto su cuerpo a temperaturas imposibles en muchos lugares de la Tierra, por ejemplo en el Polo Norte, pero este mes de febrero se dispone a emprender la aventura a nado más peligrosa jamás realizada por el hombre. Su destino, la Antártida. Allí realizará cinco zambullidas desafiando el hielo, las focas leopardo y las orcas sin más protección que su traje de baño.
¿Por qué lo hace? Dice que para concienciar al mundo de la necesidad de proteger las aguas del Mar de Ross, una bahía situada en territorio neozelandés, considerada como la zona más limpia del planeta. De hecho, este aventurero espera que su esfuerzo dé nuevos ánimos a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), responsable de la creación de áreas marinas protegidas en la región, y que esa Comisión consiga salvar el Mar de Ross -y la Antártida en general- de la contaminación.
Pugh realizará su odisea durante las próximas cinco semanas, y cuatro de esos baños serán más al sur que el actual récord del mundo, con temperaturas del agua de -1,7 grados. ”Espero que este baño servirá para conservar la belleza y la biodiversidad de esta última área virgen del mundo“, ha dicho.
Estos será sus cinco chapuzones:
-13 de febrero. Campbell Island, entre Nueva Zelanda y la Antártica.
-19 de febrero. Cabo Adare, el hogar de 250.000 parejas reproductoras de pingüinos Adele.
-22 de febrero. Cabo Evans, base del capitán Scott antes de su fatídico viaje al Polo Sur.
-28 de febrero. Bahía de las Ballenas, llamada así debido al gran número de ballenas avistadas en la zona. Es un puerto de hielo que sirvió de base para la Expedición Amundsen al Polo sur en 1911.
-7 de marzo. Isla de Pedro I, situada en el mar de Bellingshausen.
Pugh ha dicho en más de una ocasión que, para poder superar esta prueba, solo hay una manera: adaptar su cuerpo a temperaturas cada vez más frías de forma progresiva, hasta que sea capaz de aguantar los cero grados. De hecho, junto a su equipo, en el que hay varios científicos, construyeron una piscina especial, llena de hielo, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en la que realiza ese periodo de aclimatación.
Fuente: Abc.