La Fiscalía Militar de Coyhaique sometió a proceso a la capitán Soledad Escobar Gajardo, periodista y jefa de la Sección de Inteligencia Policial de Carabineros (Sipolcar) de la Región de Aysén. Esto luego de establecer que existen presunciones fundadas para imputar su autoría en delitos de falsedad y detención ilegal cometidos en contra del sargento Miguel Riveros Maldonado.
Según el procesamiento, construyendo una realidad «inexistente», Escobar detuvo al funcionario por un hecho que no constituía ilícito y en contra de la voluntad del Ministerio Público, poco después que el afectado alegara una serie de irregularidades financieras en la Subcomisaría de Fuerzas Especiales.
La investigación castrense determinó que la madrugada del 27 de junio de 2015, el sargento Riveros denunció el robo de su camioneta particular desde las afueras de su domicilio en Coyhaique. Minutos más tarde, el vehículo apareció abandonado en las rejas del Gimnasio Municipal y Escobar, como oficial de ronda, llegó al lugar para adoptar el procedimiento.
El fiscal de turno, José Moris, ordenó periciar el automóvil con Labocar. Sin embargo, pese a instrucciones claras, la capitán Escobar analizó personalmente la camioneta, señalando que el denunciante no era víctima de un robo, sino que previamente había chocado la máquina en estado de ebriedad.
Para sostener su teoría, y sin contar con autorización ni competencias, Escobar dispuso la concurrencia de personal de Dipolcar y la SIP, ordenando detener al sargento afectado. Así, en dependencias del Hospital Regional, se le practicó un examen respiratorio con equipo intoxilyzer, el cual arrojó una dosificación de 0,23 gramos por mil.
Conocido el resultado, el fiscal Moris dispuso la libertad inmediata de Riveros. No obstante, la capitán Escobar dio instrucciones para que «fuera trasladado hasta la Unidad Policial, en donde se dispuso que se le practicara Sumario Breve, sin que se dieran los requisitos reglamentarios para ello«, señala el procesamiento.
Escobar dejó constancia en el sumario «que el funcionario se presentó en el lugar bajo los efectos del alcohol, vistiendo de civil y haciendo notoria su condición de Carabineros, lo cual no era verídico«. Producto de la acusación, que el Ministerio Público no formalizó ni acreditó en tribunales, Riveros fue sacado de la policía.
CERCANÍA CON VILLALOBOS
La actual jefa de la Dipolcar regional pagó $60.000 por su libertad condicional, señalando que apelará a la decisión de Coyhaique ante la Corte Marcial de Santiago y que será defendida por abogados de Carabineros. Su línea ha sido mantener que es inocente y que solamente siguió órdenes superiores.
Escobar trabajó en la capital con el general director Bruno Villalobos, siendo éste director de Inteligencia, y es pareja de Hans Picón, el mayor a cargo de las Finanzas de Carabineros de Aysén.
Picón fue citado a declarar en la arista de gastos reservados del «caso fraude» que investiga el fiscal de Magallanes, Eugenio Campos, dado que operó -según testimonio de imputados de Intendencia- como enlace de la ex subsecretaria de Carabineros, Javiera Blanco, en la época de la supuesta malversación de fondos.
Otra oficial cercana a Villalobos ya fue implicada en la causa: la ex comandante de la Central de Comunicaciones (Cenco), Aida Silvana Marisio Vega, antigua abogada del máximo jefe de Carabineros en Dipolcar. Según The Clinic, Marisio fue expulsada de Carabineros al no poder justificar la existencia de 80 millones en su cuenta corriente.
Por tal proximidad con el mando, señaló en testimonio reservado el ex Jefe de la Sección de Tesorería del Departamento III de Finanzas, Diego Valdés Bustamante, Villalobos no podía desconocer el gigantesco desfalco que estaba ocurriendo en la institución.
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