Bolsonaro: Dios y balas ¿Qué pasó con los evangélicos en Brasil después de las elecciones?

Las iglesias y grupos neopentecostales fueron cruciales para que el ultraderechista Jair Bolsonaro llegara a la Presidencia, con un discurso cargado de intolerancia, autoritarismo y referencias a Dios

Bolsonaro: Dios y balas ¿Qué pasó con los evangélicos en Brasil después de las elecciones?

Autor: Leonardo Buitrago

Aunque Brasil es el país con mayor número de católicos del mundo, los grupos evangélicos están ganando cada vez más devotos y comienzan a tener mayor peso en la política del gigante suramericano.

Actualmente, los católicos, con 120 millones de fieles, constituyen la mitad de la población de ese país, según una encuesta reciente de la firma Datafolha, mientras que los evangélicos representan alrededor del 31 %.

Precisamente, el estudio afirma que, por un lado, el número de evangélicos crece en promedio 0,8 % por año y, por el otro, los católicos se reducen en 1,2 %.

Si la curva de crecimiento se mantiene estable, para 2032 se producirá un viraje en la preferencia de religión, y luego de cinco siglos de dominación católica, el evangelismo podrá ocupar ese lugar, según cálculos de José Eustaquio Alves, doctor en demografía especializado en el tema religioso.

Las iglesias neopentecostales se han alineado con el proceso de desarrollo del capitalismo moderno. Imagen web.

Capitalismo religioso

En declaraciones al diario La Nación, Alves destacó que hay varios motivos que explican este fenómeno, entre los que figura la utilización de un lenguaje más llano y adaptado a distintos tipos de fieles, junto con un tipo de misa más atractiva, similar a un espectáculo.

Pero, la razón principal tiene que ver, según el analista, con el mejor encuadre de las iglesias neopentecostales con el proceso de desarrollo del capitalismo moderno.

«La Iglesia Católica participó del proyecto de colonización, creció y se fortaleció junto con las poblaciones rurales, de baja movilidad social y espacial, de menor nivel de consumo», explicó.

«El evangelismo, con su teología de la prosperidad, considera que se agrada a Dios aumentando el consumo y teniendo éxito en la vida. Eso es muy propicio al consumo, las inversiones y la lógica del capitalismo financiero para el que la Iglesia Católica no estaba preparada», subrayó.

Según Alves, la transición entre un Brasil rural y menos dinámico a uno industrial y urbano produjo que  muchos católicos que se volvieran evangélicos.

«La Iglesia Católica es como un transatlántico, una institución muy fuerte y jerarquizada, pero con poca versatilidad», señaló el experto, que en el contrapunto comparó el evangelismo con una moto acuática, por su capacidad de adaptación y rapidez.

En especial en los ámbitos urbanos, las iglesias evangélicas marcan una presencia casi indiscutida sobre otras religiones dentro de las favelas brasileñas, donde ganaron terreno entre la población más empobrecida del país.

De hecho, el evangélico promedio es negro, de bajos ingresos, joven y mujer; mientras que el catolicismo es más fuerte entre personas de mayor edad, de acuerdo con el estudio de Datafolha.

El voto evangélico es cortejado en cada campaña  por los candidatos de la derecha. Foto: Web.

El voto evangélico

En el plano político, la participación de iglesias evangélicas o neopentecostales en los procesos electorales latinoamericanos viene creciendo como parte de la ofensiva conservadora que amenaza  a la región.

El voto evangélico es cortejado en cada campaña por los candidatos  de la derecha, quienes ofrecen frenar leyes más liberales en torno del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Aunque el evangelismo tiene menos fieles que el catolicismo en Brasil, el voto de sus fieles suele dispersarse menos.

Gracias al mensaje de muchos pastores, quienes en sus sermones tocan el tema político, la mayor parte de la comunidad religiosa acaba inclinándose por un mismo candidato, según los analistas.

“En la década de 1980, el evangelismo empezó a hacer pie en la política eligiendo candidatos propios y fortaleciéndose en el Congreso hasta llegar a lo que hoy se conoce como ‘bancada evangélica’, con 87 diputados y tres senadores”, reseñó La Nación.

En la actualidad, estos grupos religiosos acuden a los comicios con candidaturas propias o apoyando otras, utilizando su poder para vincular las creencias de la fe a la política y canalizando la desesperanza de la población.

«En el futuro, cualquier político que quiera ser competitivo a nivel nacional tendrá que agradarle al menos a una porción significativa de los evangélicos», indicó el demógrafo.

Bolsonaro se hizo bautizar evangélico y formó una alianza con potentes grupos carismáticos para captar votos. Foto: Página 12.

Bolsonaro y la intolerancia religiosa

De hecho, las iglesias y grupos evangélicos fueron cruciales para que el ultraderechista Jair Bolsonaro llegara a la Presidencia, con un discurso cargado de intolerancia, autoritarismo y referencias a Dios.

Bolsonaro se aprovechó del auge de esa comunidad religiosa, se hizo bautizar evangélico y formó una la alianza con potentes grupos carismáticos para captar votos.

Las menciones a Dios aparecen desde la primera página de su plan de gobierno: “Dios encima de todos”. Incluso, el 28 de octubre de 2018, apenas se conoció su victoria, sus primeras palabras se refirieron a Dios.

“Nunca estuve solo, sentí a mi lado siempre la presencia de Dios”, dijo portando la Constitución en una mano y la biblia en la otra.

Bolsonaro propuso lo que definió como el «camino de la verdad», «decente, liberal, basado en el individuo, la familia, las Fuerzas Armadas». Foto: Globo.

En su plan de gobierno ha integrado elementos fundamentales de la doctrina carismática, especialmente en lo que se refiere a la educación y a la familia.

En su artículo “Democracia, evangelismo y reacción conservadora”, el investigador Jean-Jacques Kourliandsky, recordó que Bolsonaro propuso lo que definió como el «camino de la verdad», «decente, liberal, basado en el individuo, la familia, las Fuerzas Armadas».

Según el analista,el Mandatario se propuso gobernar como representante de una extrema derecha nacional-evangélica, promoviendo el autoritarismo, sectarismo, occidentalismo, anticomunismo y liberalismo económico, tal y como ha sido evidente desde que asumió la Presidencia en enero de 2019.

Bolsonaro ha priorizado su presencia en eventos organizados por los grupos evangélicos. Foto: EFE.

El Mandatario, consciente de la importancia del voto evangélico, ha priorizado la relación con estos grupos religiosos.

“La frecuencia de eventos evangélicos en la agenda presidencial fue hasta ahora cuatro veces mayor que la de compromisos ligados a la Iglesia Católica y otras religiones, en un promedio de tres encuentros con líderes neopentescostales por mes”, reportó La Nación.

En el Brasil de Bolsonaro, la prevalencia evangélica en la promoción de las costumbres conservadoras genera temor en grupos civiles que han denunciado casos de censura en el plano cultural y retrocesos en la aplicación de políticas de inclusión social.

El Presidente, que se jacta de ser «cristiano en un país laico», nombró a Damares Alves, una pastora evangélica, como ministra de la Mujer, Derechos Humanos y Familia.

En su gestión, Alves se ha ocupado de aplicar polémicas medidas como un plan para evitar embarazos adolescentes que plantea la abstinencia sexual como una de las principales estrategias, consigna promovida por pastores neopentecostales.

Adicionalmente, el ultraderechista acusó a los anteriores gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de pervertir las costumbres de millones de brasileños e, incluso, de haber promovido la homosexualidad, mediante el estudio de una campaña educativa contra la homofobia, un discurso aplaudido por el conservadurismo evangélico.

“Bolsonaro demonizó a sus adversarios políticos con la intolerancia practicada por los evangélicos hacia las demás confesiones. Los satanizó como socialistas o comunistas”, señaló Jean-Jacques Kourliandsky.

El aumento de la agresividad contra grupos religioso va de la mano del crecimiento de la comunidad evangélica en Brasil. Imagen: web.

Violencia en nombre de Dios

La intolerancia promovida por Jair Bolsonaro ha tenido un efecto en el incremento de la agresividad de una parte de la Iglesia Evangélica en Brasil.

En 2019, más de 200 espacios sagrados de las religiones del candomblé y la umbanda (cultos afrobrasileños) fueron atacados por extremistas neopentecostales, según se reveló días atrás en el III Seminario de Libertad Religiosa, Democracia y Derechos Humanos organizado por el Centro de Articulación de Poblaciones Marginadas y la Campaña Nacional de Combate a la Intolerancia Religiosa.

El aumento de la agresividad contra grupos religioso va de la mano del crecimiento de la comunidad evangélica en Brasil.

Existen rincones aislados en los que no falta una iglesia neopentecostal, o  varias, y muchas de ellas promueven la intolerancia religiosa.

«Basta con ver las concesiones de radio y televisión y escuchar y ver sus programas. Hay racismo religioso, odio diseminado«, denunció Doné Conceição de Lissá, sacerdotisa candomblé.

«Nos llaman malignos, nuestros orishas, nuestras divinidades, son tratadas como demonios, como enemigos», subrayó.

En declaraciones al portal El Diario, recordó que al frente del conglomerado mediático neopentecostal está Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, dueño del Grupo Record, que incluye canales de televisión, emisoras de radio y periódicos impresos y digitales, y quien brindó su total apoyo a Bolsonaro en la campaña presidencial.

En 2019, más de 200 espacios sagrados de las religiones del candomblé y la umbanda fueron atacados por extremistas neopentecostales. Foto: El Diario.

El terreiro (templo) de Doné Conceição de Lissá, en el municipio de Duque de Caxias, ha sido atacado ocho veces en los diez últimos años.

La líder religiosa candomblé explicó que al margen del poder y la influencia en los medios, el extremismo religioso de los grupos evangélicos aplica una estrategia singular para llegar a más fieles.

«Entraron en bloque en las cárceles, y así han logrado captar a una legión de traficantes para sus iglesias (…) Una vez que estos presidiarios pasan a formar parte de estas iglesias, comienzan a perseguirnos», denunció.

Según Doné Conceição de Lissá, las iglesias evangélicas ofrecen comodidades en las prisiones masificadas, ciertos privilegios e, incluso, determinadas rebajas de las condenas.

“Muchos de los ataques a espacios sagrados de la umbanda y el candomblé han sido articulados desde dentro de los centros penitenciarios», alertó.

Otro peligro para la umbanda y el candomblé son los autodenominados «gladiadores del altar», un ejército fundamentalista de miles de jóvenes creado por la Iglesia Universal del Reino de Dios en 2015.

“Todas y cada una de las pericias de las iglesias neopentecostales van dando resultado. El lavado de cerebro funciona”, denunció  Conceição de Lissá al referirse a los “gladiadores” que sin reparos afirman estar «listos para la batalla».

«No es intolerancia religiosa, sino racismo religioso. El Estado está dominado por el neofascismo, quieren aniquilar al pobre, al negro, al ‘favelado’ y al homosexual», añadió.

Durante el Carnaval, la escuela Grande Río hizo un llamado a respetar a las personas de fe afrobrasileña. Foto: AP.

Protesta religiosa en el Carnaval de Río

La agresión de sectores evangélicos extremistas en contra de grupos religiosos afrobrasileños llegó hasta el Carnaval de Río de Janeiro 2020, una edición profundamente marcada  por las expresiones de protesta social y política.

La escuela de samba Grande Río causó conmoción en el sambódromo de Río cuando personas develaron una enorme pancarta que decía «Respeta mi axé» ante el público asistente.

Axé es la fuerza vital cósmica de la religión afrobrasileña candomblé. Grande Río hizo un llamado a las decenas de miles de espectadores en las gradas del sambódromo y a las millones de personas que observaban desde sus hogares para que acepten a las personas de fe afrobrasileñas, en medio de la ola de acosos relacionados con la propagación del evangelismo que defiende Bolsonaro

Miembros de la escuela Grande Río, como Jaciel Henrique, dijeron que aprovechaban la tradicional competencia de escuelas de samba para decirle al mundo que las religiones con influencia africana, como el candomblé, necesitan ser respetadas y protegidas.

«Queremos ser respetados, y el Carnaval se trata de eso. El respeto donde todos se unen y se junten en favor de un poder: la felicidad «, dijo Henrique.

«Es un carnaval con muchas protestas para que el mundo vea lo que sucede aquí», apuntó la joven Camila Rocha antes de salir a desfilar en el sambódromo.

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