Mary L. Trump, psicóloga y sobrina del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una memoria reveladora retrata al padre del magnate, Fred, como un patriarca dominante, con corazón de piedra, cabeza de una «familia malignamente disfuncional» que, según ella, explica en parte los problemas de empatía del mandatario.
«El ambiente de división que mi abuelo creó en la familia es el agua en la que Donald siempre ha nadado, y la división continúa beneficiándolo a expensas de todos los demás», describe en su libro “Too Much and Never Enough: How My Family Created The World’s Most Dangerous Man”, que se publicará a finales de julio y cuyo nombre en español sería: «Demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo«.
En declaraciones recogidas por The Guardian, Mary L. Trump sostuvo que el jefe de Estado «está desgastando el país, tal como lo hizo mi padre (con la familia). Está debilitando nuestra capacidad de ser amables, de creer en el perdón, conceptos que nunca han tenido ningún significado para él».
Mary, de 55 años, es la hija del hermano mayor de Trump, Freddy, quien murió en 1981 a los 42 años en medio de una lucha contra el alcoholismo, una de las razones por las que, supuestamente, el presidente no consume alcohol.
Según la autora, los triunfos llevaron la rivalidad entre hermanos a un nuevo nivel. «En los años ‘50 la familia estaba profundamente dividida en términos de género» y en esa época el padre de Trump y su esposa, Mary, «nunca fueron socios», al punto que las niñas eran competencia de ella y los niños de él.
Entonces, «Donald vio a su hermano menor, Robert, como más débil y por ello disfrutaba atormentándolo. En repetidas ocasiones escondió los juguetes favoritos de Robert fingía que no tenía idea de dónde estaban», relata Mary L.
Además, «la última vez que sucedió, cuando la rabieta de Robert se salió de control, Donald amenazó con desmantelar los camiones frente a él si no dejaba de llorar. Desesperado por salvarlos, Robert corrió hacia su madre”.
«La solución de Mary fue esconder los camiones en el ático, castigando efectivamente a Robert, que no había hecho nada malo, y dejando a Donald sintiéndose invencible», cuenta la escritora, y agrega que aunque «no era recompensado por su egoísmo, obstinación y crueldad, tampoco era castigado«.
Un ser rencoroso
Su sobrina relata que una vez Trump atormentaba a Robert pero recibió una cucharada de su propia medicina: “Cuando Freddy, a sus 14 años, arrojó un tazón de puré de papas sobre la cabeza de su hermano, hiriendo su orgullo tan profundamente que hasta se molestó en 2017, cuando su hermana Maryanne trajo a colación la anécdota en un brindis en la Casa Blanca.
Mary L. cuenta que las cenas familiares se tornaban incómodas con ciertos temas tabú, uno de ellos “de dónde vienen los bebés”. “Había ciertas cosas que Fred no toleraba: mantenga los codos fuera de la mesa, éste no es el establo de un caballo», exclamaba repetidamente. Incluso, con cuchillo en la mano, llegaba a golpear su mango contra el antebrazo de quien no hiciera caso.
La autora define al padre de Trump como «un sociópata de alto nivel» que seguía dos reglas estrictamente: «nunca muestres debilidad» y «nunca te disculpes». “Si Freddy decía alguna vez: ‘Lo siento, papá’, Fred «se burlarba de él. Él quería que su hijo mayor fuera un «asesino».
Ese punto en particular, el presidente se lo tomó muy en serio, cuenta Mary L. «La lección que aprendió, en su forma más simple, fue que estaba mal ser como Freddy: Fred no respetaba a su hijo mayor, por ello Donald tampoco lo hacía«.
El complejo de ser mentiroso
Trump y sus hermanos frecuentemente mentían a su padre. «Para Freddy, mentir era defensivo, no simplemente una forma de eludir la desaprobación de su padre o evitar el castigo, como lo fue para los demás, sino una forma de sobrevivir». En tanto, «para Donald, mentir era un modo de autoengrandecerse y buscar convencer a otras personas de que él era mejor de lo que realmente era».
Prosigue Mary diciendo que las cosas apenas mejoraron cuando los hermanos se hicieron adultos. «Freddy odiaba trabajar para el negocio inmobiliario de su padre y renunció para convertirse en piloto de una aerolínea. Fred Trump tuvo poca compasión por su hijo mayor. Mientras los empleados observaban, una vez le gritó: Donald vale 10 veces más que tú».
«Donald no soportó un desprecio similar porque su personalidad sirvió al propósito de su padre«, escribe Mary L. «Eso es lo que hacen los sociópatas: cooptan a los demás y los usan para sus propios fines, de manera despiadada y eficiente, sin tolerancia para la disidencia o la resistencia».
El texto reseña que en 1981, cuando su hermano mayor fue al hospital en la que sería su última noche con vida, ningún familiar lo acompañó. Incluso, Donald prefirió ir al cine.
La respuesta de la Casa Blanca
The Guardian afirma que cuando se le pidió a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, que comentara el libro en nombre de Trump, su respuesta fue: «Tengo que leer el libro, pero seguro es un libro de mentiras«.
En tanto, este miércoles el consejero del presidente, Kellyanne Conway, restó importancia al asunto. «En cuanto a los libros en general, obviamente no se verifican los hechos, nadie está bajo juramento. Sé que siempre hay prisa por darle credibilidad a quien obtenga el presidente ese día», expresó, citado por Independent.
Por otro lado, Robert, el hermano menor del mandatario, demandó a Mary L. para bloquear su publicación, citando un acuerdo de 20 años atrás entre familiares que surgió de otra disputa sobre la herencia de Fred Trump. Sin embargo, un tribunal de apelaciones de Nueva York autorizó la publicación del libro.
«Es un payaso»
La autora cuenta que en 2016, cuando Trump se postuló para presidente, su hermana Maryanne, quien solía hacer los deberes por él, consideró: «Es un payaso, esto nunca sucederá».
Asimismo, también escribe que rechazó una invitación para asistir a la gala nocturna de elección de su tío en Nueva York, en 2016, convencida de que «no podría contener mi euforia cuando se anunciara la victoria de (Hillary) Clinton».
Esa noche, cuenta, deambuló por su casa unas horas después de que se anunció la victoria de Trump, temerosa de que los votantes «hubieran elegido convertir a Estados Unidos en una versión macro de mi familia malignamente disfuncional«.
Semanas atrás, en su libro “La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca”, el ex asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton reveló detalles de conversaciones que sostuvo con el presidente, a pesar de los intentos fallidos de magnate de bloquear la publicación del texto.