La pandemia causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), causante de la enfermedad COVID-19, ha golpeado al planeta no solo en lo que respecta al sector salud, sino también a la economía mundial, que ya muestra una serie de debilidades ante el brote que se reflejan en el comportamiento de sus indicadores, todos ellos marcando cifras alarmantes.
La pandemia ha ocasionado duros golpes contra las economías de China, gran parte de Europa y ahora arremete fuerte contra Estados Unidos.
En su camino están los países más vulnerables, entre ellos los de América Latina y el Caribe, región que será una de las más golpeadas y que ya comienza a sentir los estragos de este fenómeno.
Latinoamérica aún mantiene gran precariedad en las formas de trabajo, con un sector informal que mayoritariamente se sostiene dentro de economías sumamente desiguales, inestables y con altos indicadores de miseria y pobreza. Allí la letalidad del virus no se reflejará solamente en quienes se contagien directamente, sino que también afectará a los que no puedan producir ni desarrollar sus labores cotidianas de trabajo para ganar el sustento diario para sus familias.
De acuerdo con el más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), la región se verá sumamente afectada, sobre todo Suramérica.
El pasado 14 de abril, el FMI advirtió que la pandemia podría causar este año una contracción mundial de 3 %, la mayor caída desde la Gran Depresión de 1929.
La advertencia del FMI, además, indica que la contracción de 2020 sería superior a la del 0,1 % que tuvo lugar en 2009, durante la última crisis financiera mundial, mismo año que casualmente se relaciona con la pandemia de virus AH1N1.
Economía latinoamericana y caribeña post COVID-19
Para América Latina y el Caribe, los datos que se dieron a conocer en la presentación del informe Perspectiva Económica Mundial son más desalentadores, puesto que el organismo vaticina que la economía de la región completa podría caer hasta 5,2 %.
El FMI destaca, particularmente, la vulnerabilidad de América Latina por sus altos números de economía informal, puesto que millones de personas han quedado instantáneamente sin empleo ni protección estatal, tras ponerse en marcha las medidas de aislamiento social o, como lo ha denominado el organismo, ‘El gran confinamiento’.
«El alto nivel de informalidad hace mucho más difícil encarar esta crisis», señaló la economista jefe del FMI, Gita Gopinath, quien presentó el informe.
Otro factor de preocupación para el FMI es la caída de los precios de las materias primas, principal sustento de los países de América Latina. El organismo estima que los metales industriales que exporta Sudamérica perderían 10,2 % de su valor este año y, posiblemente, 4,2 % adicional en 2021.
Según las previsiones del FMI, el país más afectado sería Venezuela, donde la economía caería hasta 15 %; cifra que, sin embargo, es menor a la contracción de 35 % registrada en 2019.
Los siguientes serían México y Ecuador, donde se vaticina una caída superior al 6 % de su Producto Interno Bruto (PBI); mientras que los países menos afectados serían Paraguay, con apenas 1 % de pérdida; y Colombia con 2,4 %.
Sin embargo, al comparar los indicadores con otras regiones, el FMI resalta que América Latina y el Caribe, según las previsiones, soportará mejor la crisis.
Por ejemplo, para la Unión Europea se prevé un descenso de 7,5 %; mientras, para América del Norte se vaticina una caída de 6 %.
Los países de Asia y África Subsahariana tendrán un mejor desempeño. China, por su parte, podría tener un crecimiento de 1,2 % de su PIB este mismo año, mientras otros países que podrían crecer son India con 1,9 % y Vietnam con 2,7 %.
Buenos augurios para 2021
Pese a la contracción que el FMI vaticina para 2020, el organismo augura buenos números para 2021, pues de acuerdo con el informe, habrá un crecimiento de 3,4 % para América Latina y el Caribe el próximo año.
El país con mayor crecimiento en 2021, según las perspectivas del FMI, será Chile, cuya economía tendrá un saldo positivo de 5,3 %.
Luego aparece Perú con 5,2 %, Uruguay con 5 %, Argentina con 4,4 % y Paraguay con 4 %. El resto de los países se ubican de la siguiente manera: Ecuador con 3,9 %, Colombia con 3,7 %, México con 3 %, Brasil con 2,9 % y Bolivia también con 2,9 %.
Estos números del FMI son parecidos a los presentados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que en un reciente informe redujo la previsiones de crecimiento económico de 1,3 % que había establecido para 2020, y que ahora, debido a la pandemia del coronavirus, advierten una recesión entre 1,8 % y 4 %.
En un documento titulado ‘América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19. Efectos económicos y sociales‘, el organismo alertó que el impacto económico final dependerá de las medidas que se tomen a nivel nacional, regional y mundial.
La CEPAL indica que la pandemia comenzó a afectar a la región a partir de la disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales, ya que el volumen y el valor de las exportaciones se reducirán por la recesión mundial, a lo que se sumará la caída de los precios de los productos primarios.
Prueba de ello es la estrepitosa caída que han tenido los precios del petróleo, que por primera vez en su historia marcó valores por debajo a cero.
Petróleo, turismo y manufactura
La CEPAL advierte que la crisis geopolítica en la región se agudiza por la drástica reducción de los precios del petróleo registrada desde principios de abril y la interrupción de las cadenas globales de valor que, en América Latina, afectaría principalmente a México y Brasil, porque representan los sectores manufactureros más grandes de la región.
Con respecto al mercado turístico, explicó que los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe, entre los que se encuentran Bahamas, Barbados, Cuba, Haití, Jamaica y República Dominicana, serían los más afectados con una contracción del25 % en el sector para este año.
Por otra parte, consideró que los sectores más perjudicados por las medidas de distanciamiento social y cuarentena son el comercio, el transporte y los servicios empresariales y sociales, ya que proveen 64 % del empleo formal, además de las actividades informales que representan 53 % del empleo en la región y se basan principalmente en contactos interpersonales que hoy están vedados.
El organismo agregó que el impacto en el comercio internacional agrava las perspectivas del comercio exterior de América Latina y el Caribe que, de por sí, ya eran débiles debido al acuerdo que China y Estados Unidos celebraron en enero y a través del cual el país asiático se comprometió a aumentar sus importaciones de bienes y servicios a EE. UU. por lo menos en 77.000 millones de dólares en 2021, lo que desplazaría las exportaciones latinoamericanas y caribeñas a China en las mismas categorías de productos.
Si se evalúa solo el impacto de la pandemia, se prevé una caída de por lo menos 10,7 % en el valor de las exportaciones de la región en 2020, así como una contracción del 8,2 % en el precio y del 2,5 % en el volumen de los productos exportados.
Impacto del COVID-19 en los países del sur
La CEPAL señaló que el mayor impacto lo sentirán los países de América del Sur que se especializan en la exportación de bienes primarios y, por lo tanto, son más vulnerables a la disminución de sus precios, a diferencia de las exportaciones de Centroamérica, el Caribe y México, que registrarían una caída menor que el promedio, debido a sus vínculos con EE. UU. y su menor exposición a la disminución de los precios de los productos primarios.
El organismo afirmó que los países exportadores de petróleo experimentarán la mayor pérdida en el valor de ventas al exterior, en particular México, Venezuela, Ecuador y Colombia, que serían los más afectados.
«La crisis del COVID-19 puede causar un impacto en el desempeño exportador de la región también por su efecto sobre las importaciones utilizadas para producir exportaciones. México y Chile serían los países más expuestos a una caída de la oferta de China, que suministra alrededor del 7 % de sus insumos intermedios”, dice el informe de la CEPAL.
Le siguen Colombia y Perú, ya que importan de China el 4,5 % y el 5 % de sus insumos intermedios, respectivamente.
México es el país más expuesto a los cambios en las condiciones de oferta y demanda en Estados Unidos, especialmente en el sector manufacturero, al igual que Costa Rica, pues 10 % de su PIB depende de la oferta y demanda de Estados Unidos.
«Los países más expuestos a los cambios en las condiciones de oferta y demanda en la Unión Europea son Chile, México y el Brasil, ya que alrededor del 5 % de su PIB depende del valor añadido de los sectores de servicios y manufacturas en ese mercado», señaló.
Impacto social
En el apartado sobre los impactos sociales, la CEPAL advirtió que, antes de la pandemia, la situación en América Latina y el Caribe se estaba deteriorando con aumento de los índices de pobreza y pobreza extrema, la persistencia de las desigualdades y el descontento generalizado.
La crisis, expone, tendrá repercusiones negativas porque la mayoría de los países no han invertido lo necesario en salud. Así lo demuestra el hecho de que el gasto público en el sector se sitúe en 2,2 % del PIB regional, lejos del 6,0% que recomienda la Organización Panamericana de la Salud.
«La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19 (…) los sistemas permanecen segregados y claramente desiguales al ofrecer servicios de distinta calidad a diferentes grupos poblacionales (…) las instalaciones son insuficientes para el nivel de demanda previsto y dependen en gran medida de las importaciones de equipamiento e insumos», resume el organismo.
Añade que los sistemas de salud de varios países ya estaban bajo presión a causa de la epidemia de dengue, que en 2019 contagió a más de tres millones de personas, cifra récord, mientras 1.538 personas murieron a causa de la enfermedad.
El dato alentador es que, como la estructura demográfica de la región es bastante joven, es posible que el impacto general del coronavirus sea menor al de los países desarrollados porque, en promedio, solo 10 % de la población de la región (unos 58 millones de personas) tiene 65 años o más. Barbados, Cuba, Uruguay, Aruba y Chile son los únicos países con una población con mayor cantidad de adultos mayores.
La CEPAL estimó que, si los efectos del COVID-19 llevan a la pérdida de ingresos de 5 % de la población económicamente activa, la pobreza podría aumentar 3,5 %, y la pobreza extrema 2 %, lo que implica que decenas de millones de personas perderían condiciones básicas para sobrevivir.
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