Al jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, ya no le agrada la paupérrima figura de Juan Guaidó y su inexistente liderazgo en Venezuela. Desde hace tiempo el régimen estadounidense ha buscado deslindarse del pupilo de Leopoldo López de distintas maneras, pero el último golpe a este supuesto líder político de la oposición lo acertó el propio magnate el pasado viernes y ante un séquito de extremistas opositores venezolanos en Miami, Florida.
“Parece estar perdiendo algo de poder”, dijo Trump sobre Guaidó el pasado viernes, en una entrevista con Telemundo. “Queremos a alguien que tenga el apoyo del pueblo. Yo apoyo a la persona que tenga el apoyo del pueblo”, resaltó el jefe de la Casa Blanca en medio de un periplo realizado por la Florida en busca de los votos duros que le permitan acceder a una reelección presidencial que tiene cuesta arriba.
Las palabras de Trump parecieran no ser huecas, sino parte de una nueva agenda de Washington contra Venezuela que busca darle fin al «proyecto Guaidó» para dar paso a un «nuevo» nombre para la oposición que le pueda dar batalla al presidente Nicolás Maduro, quien ha sido un hueso duro de roer para la administración estadounidense.
En ese sentido, la plataforma de periodismo de datos La Tabla destacó que el «proyecto Juan Guaidó» tendría sus días contados ante el posible cambio de peón en las fichas manejadas por el régimen de Estados Unidos para intentar apoderarse del control político y económico de Venezuela.
Explica el medio que -recientemente- Leocenis García, un periodista de 39 años de edad con antecedentes criminales e históricamente vinculado a los carteles del narcotráfico colombiano, especialmente con el que se supone extinto cartel de Medellín, sería el reemplazo que está buscando Estados Unidos para el desgastado y cada vez más impopular Juan Guaidó.
Comenta La Tabla que la más reciente reunión de García -quien tiene campañas publicitarias en distintos medios de cableras internacionales pagadas en miles de dólares para mostrarse como «una opción» para Venezuela sin conocerse los recursos para tal fin- con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, «parece evidenciar su ‘influencia’ en las instancias de decisión del gobierno de Estados Unidos en política exterior y de sus instrumentales organismos internacionales».
Almagro y la OEA le estarían cerrando las puertas a Guaidó
Esta sería la segunda reunión «oficial» que sostienen García y Almagro, luego que en julio de 2019 se encontraran en la capital estadounidense, Washington.
El medio de investigación resalta que las reuniones se han hecho a pesar del casi inexistente «peso político» del que fuera el editor de Sexto Poder, un medio radicalmente opositor al chavismo que estuvo involucrado en escándalos de lavado de dinero del narcotráfico, evasión fiscal, promoción de pornografía y de servir a las redes de la droga para el enriquecimiento ilícito.
«Esto ocurre pese al inasible peso político del antiguo ‘editor’, en el conflicto por el poder en Venezuela: no tiene antecedentes como dirigente político, su ‘partido’ Prociudadanos no está reconocido por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y, sin embargo, llegó a ‘controlar’ fracción de entre 6 y 10 diputados», añade La Tabla.
«Además, García puede mostrar una foto que otros desearían: con Mauricio Clavier, miembro del Consejo de Seguridad, representante en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hombre de confianza de Trump, al punto que se le considera la ‘llave’ de la Casa Blanca. Su opinión decidió la selección de Guaidó en 2018″, dice el hilo de tuits publicados por el medio de investigación.
Añade que «Leocenis García» también «se reunió (en la gira de julio 2019) con Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela; con Wyndee Parker, asesora de la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; y con Keith Mines, del Departamento de Estado. Algún interés despierta, sin duda».
Según La Tabla, «no parece casual que la información del encuentro García-Almagro se haya divulgado al mismo tiempo que en Miraflores la oposición ‘colaboracionista’ (que participó en selección del nuevo CNE) se reunía con el presidente Nicolás Maduro. Allí no estaba Leocenis García».
«Obviamente el encuentro con Almagro preocupa al Proyecto Guaidó, que se mantiene en rigurosa ‘cuarentena‘ mientras públicamente pierde apoyo de Estados Unidos. Mientras, Leocenis García profundiza una campaña ‘presidencial’ dirigida a los sectores populares, desde sus cuentas de Redes Sociales» en las que asegura que hace encuentros con comunidades de distintos estados del país.
Antecedentes oscuros de García
En 2008, Leocenis García estuvo involucrado en un escándalo cuando atacó violentamente la sede del diario El Periódico, ubicado en Valencia, estado Carabobo, al centro de Venezuela.
Por ese hecho fue aprehendido y acusado de “agavillamiento, violación de domicilio, daño violento a la propiedad, porte ilícito de armas de fuego y resistencia a la autoridad”.
De acuerdo con un artículo publicado en el portal Aporrea, García colocó en Sexto Poder páginas publicitarias de la Fundación Makled, propiedad del narcotraficante Walid Makled y, a su vez, dueño de El Periódico. García, al no recibir el pago por el espacio publicitario, fue a destruir la sede del medio.
En aquel momento, la periodista Desirée Santos Amaral denunció que García no tenía currículum sino prontuario criminal, y que sus nexos no solamente eran con el narcotráfico colombiano sino también con pranes carcelarios, entre ellos Wilmer Brizuela, quien era líder negativo de la cárcel de Ciudad Bolívar.
“Sí, soy amigo de Wilmer Brizuela, el pran (líder mafioso) de Bolívar, y cuál es el peo?”, escribió en 2011 García en su cuenta en Twitter, según reseñan los medios.
El posible sustituto de Guaidó pareciera contar con un respaldo que no viene precisamente de Venezuela sino de Colombia. Sus presuntos nexos con el narcotráfico y el paramilitarismo colombiano, y sobre todo con el uribismo, lo colocan como una pieza de confianza para los grupos irregulares colombianos que tendrían cancha abierta con García en el poder.
Es más cercano a Colombia que Guaidó
Con García, Washington podría gobernar a sus anchas sobre Venezuela, imponer al Fondo Monetario Internacional, retornar a la DEA en el supuesto trabajo antidrogas, tomar la Fuerza Armada para desterrarla del ámbito político y convertir a Venezuela en un país seguro para el tránsito de la droga que en este momento sale de Brasil y Colombia hacia Europa y Estados Unidos.
En ese sentido, García serviría como una especie de Jair Bolsonaro e Iván Duque en una región que ya cuenta además con otros gobiernos satélites de Washington como Sebastián Piñera en Chile, la dictadora Jeanine Áñez en Bolivia, Martín Vizcarra en Perú, Mario Abdo Benítez en Paraguay, Lenín Moreno en Ecuador, y Luis Lacalle Pou en Uruguay.
Los vínculos de García con la criminalidad colombiana han desatado anteriormente distintas teorías sobre su riqueza y recursos que un periodista común y corriente no podría obtener de forma legal. Al respecto, quienes llegaron a conocer a García en sus tiempos de estudiante, aseguran que es extraña la manera como, de la noche a la mañana, se convirtió en un empresario millonario.
El pasado oscuro de García se recrudeció cuando se convirtió en director del grupo editorial Sexto Poder, un medio que utilizó para descalificar e inventar falsas noticias para generar campañas de desprestigio contra el chavismo. Con el tiempo, sus malas prácticas de evasión fiscal, lo terminaron llevando a ser acusado por legitimación de capitales y a estar detenido por presuntos hechos de corrupción.
Además, se le vincula con el capo de la droga Pablo Escobar Gaviria, exjefe del cártel del Medellín y referenciado como «el narco de los narcos», «el más grande que ha tenido Colombia», como lo recuerda García, quien confesó su admiración por Escobar y hasta le ha llevado flores a su tumba.
García nunca pudo justificar los ingresos multimillonarios de Sexto Poder. De hecho, nunca los declaró ante los organismos debidos, razón por las que sus cuentas financieras fueron congeladas por el Estado, explicó el Ministerio Publicó en su momento.
A todas estas, las diferencias entre García y Guaidó no serían muchas. Guaidó, quien va de salida, no ha parado de robar y estar metido en escándalos de prostitución, drogas, narcotráfico, paramilitarismo, asesinatos, mercenarios, robos al Estado, usurpación de funciones públicas, entre otros. Por otro lado, García ya cuenta con un prontuario gris y, de ser el sustituto, seguramente no generará nada bueno a los venezolanos, pero sí a Bogotá y Washington.
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