Definida está la lista de oficiales de Carabineros del Alto Mando 2016 que el nuevo general director de la institución, Bruno Villalobos, propondrá a la presidenta Michelle Bachelet en las próximas horas. Entre los elegidos se encuentra el coronel Félix Flores Santis, acusado de presuntas irregulares en la licitación de cuarteles y tenencias.
Entre 2012 y 2013, cuando Flores Santis se desempeñaba como jefe del Departamento de Cuarteles L.1, la empresa constructora CGM Limitada se adjudicó – de forma “express”, mediante documentos aparentemente falsificados – un total de cuatro obras de Carabineros, todas en la ciudad de Coyhaique. Pese a que la institución canceló el 100% de ellas – bajo un monto que ascendería a los 400 millones de pesos – ninguna de las obras comprometidas fue terminada.
Sospechando la existencia de una malversación de fondos, la institución puso los antecedentes en manos del Ministerio Público y decidió instruir su propia investigación interna, enfocándose en las personas que integraban el círculo cercano del coronel Flores: el comandante Cristián Bustos Morgado, que en mayo de este año, luego de presentar licencias médicas, renunció a la institución y evadió una sanción de tres días de arresto, y el mayor en retiro César Rojas Gaete, involucrado en el caso de quema de drogas (destrucción de evidencia) incautadas al hijo de un prefecto de la PDI en 2010.
Además de Flores Santis, que en enero de 2014 fue trasladado a la dirección de la Escuela de Oficiales de Carabineros, fuentes de El Ciudadano apuntan a otros nombres relevantes que aparecieron en el caso: la cónyuge del ex mayor Rojas, en cuya cuenta corriente se habrían manejado grandes sumas de dinero de supuestas coimas vinculadas a los trámites irregulares que efectuó CGM, de acuerdo a una de las líneas de investigación, 11 millones por cada obra; y Rodrigo Carrasco Quiroga, ex gerente de venta de Mellafe y Salas, perteneciente al empresario amigo de Piñera, Daniel Platovsky.
Esta semana, en virtud de una solicitud por Ley de Transparencia, Carabineros confirmó a El Ciudadano que el coronel Flores Santis “es parte del proceso Sumarial instruido con la finalidad de establecer eventuales responsabilidades en las irregularidades respecto a determinados procesos contratados y adjudicados a la empresa constructora CGM Ltda. en el año 2013, el estado de ejecución de las obras, estado de pago y retenciones y los vínculos laborales existentes con ex integrantes de la institución, referidos a los proyectos correspondientes al Retén Villa Ortega, Retén Isla Huar, Tenencia Coyhaique Alto (F) y Retén Lago Castor”.
Por otra vía, este medio se enteró de una apelación de aproximadamente 70 carillas presentada por Flores Santis, siendo la sanción en su contra rebajada a una simple “reprensión”.
Aunque el caso pasó ahora a la Contraloría, hace dos meses El Ciudadano intentó – sin resultados – obtener una versión institucional sobre los cuestionamientos realizados a este coronel de Carabineros.
Fuentes internas sostienen que la tónica ha sido manejar el tema con hermetismo, de la misma forma en que se intentó amortiguar la exposición mediática del ex director de la Academia de Ciencias Policiales de Carabineros, Marcelo Palavicino, removido de su cargo en medio de dos sumarios administrativos – uno concluido con sanción, el otro aún abierto – por varias irregularidades administrativas denunciadas durante su gestión. Una de ellas fue haberse “autocontratado” como profesor de la misma escuela que dirigía.
En primera instancia, uno de los sumarios en contra de Palavicino fue llevado adelante por el propio coronel Félix Flores Santis. Eso hasta que él decidió inhabilitarse en virtud del numeral 15 del artículo 196 del Código Orgánico de Tribunales: “Tener el juez con alguna de las partes amistad que se manifieste por actos de estrecha familiaridad”.
CAMBIOS QUE OBSERVAR
De ser ratificado por la Presidenta de la República en la lista de ascensos al generalato – téngase presente que en 2006 hizo migas con Bachelet como jefe de la Guardia de Palacio –, Flores Santis aterrizaría, mandatado por el general director Bruno Villalobos, en la Región del Maule.
Asimismo, Villalobos puso al general Gonzalo Blu Rodríguez a cargo de la misma repartición que él encabezó durante la administración de Sebastián Piñera: la Dirección de Inteligencia de Carabineros (Dipolcar). Gonzalo Blu, quien también se desempeñó en La Moneda como custodio del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle y su esposa “Martita”, es hermano de Aquiles Blu Rodríguez, llamado a retiro por la adulteración de un parte policial que favoreció al hijo del ex general director Eduardo Gordon, y primo de Alberto Jaque Blu, denunciado por un cabo chillanejo que declaró en el caso Matute, Aldo Lillo, por supuestamente proteger a un carabinero que consumía drogas al interior de un cuartel de Ñuble.
El nuevo jefe de la Dipolcar también es cuñado de Ricardo Buscaglione Harz, general a cargo de la Dirección de Educación, Doctrina e Historia de Carabineros, de la cual dependen las academias que fueron dirigidas por los coroneles Palavicino y Flores.
Otra decisión del general Bruno Villalobos fue colocar a un oficial de Carabineros que recibió duras observaciones de la Contraloría en el primer gobierno de Bachelet, como jefe de “Control de Orden Público” de la Región Metropolitana: Aldo Vidal Villegas, en cuyo actual puesto maulino debería asumir el coronel Flores Santis.
En abril de 2008, el órgano contralor acogió las denuncias realizadas por el sargento segundo de Carabineros, Gonzalo Zúñiga Muñoz, en contra de Vidal, y ordenó iniciar un procedimiento disciplinario por “infracciones” a la ley de probidad. Esto luego de constatar usos inapropiados de recursos fiscales por parte del entonces jefe de la Guardia de Palacio, relacionados con traslados de su cónyuge a Vicente de Tagua-Tagua y el empleo de personal institucional para supervisar la mantención de un vehículo particular.
Pese a todo esto, en los procedimientos internos que se siguieron adelante en Carabineros, Vidal fue rápidamente exculpado por sus colegas oficiales.