Nos encantan las etiquetas
Tenemos que reconocer que en Chile nos encantan las clasificaciones. Nos encanta saber qué somos, qué significan nuestras elecciones, qué tan inteligentes podemos ser, qué dicen nuestros lunares de nuestra personalidad, cómo funciona nuestra percepción, cuántos colores somos capaces de ver en el test, etc. y en base a eso, identificarnos con alguna chapa.
Y eso se aplica igualmente al tema de la clase. ¿Qué tan cuma soy? es un aspecto cotidiano que parece preocupar a más de alguien ya que la «aspiracionalidad» es un germen que se ha instalado en nuestra sociedad gracias a los constantes estudios de marketing que se han encargado de catalogarnos según nuestra capacidad de consumo y de paso, de dividirnos por edad, sexo, cantidad de miembros en nuestra familia, si tenemos o no servicio doméstico, tele propia, nivel educacional y nivel de ingresos, como si eso pudiera decir quienes somos realmente.
Como si con esos datos bastara para sacar una radiografía a nuestra quinta esencia y se pudiese determinar nuestra «calidad» personal.
¡Que basura!
Sin embargo, insisto en eso de que nos gusta generar identidad a partir de estas clasificaciones, quizás por una necesidad primaria que descansa en el instinto de pertenencia del que tanto se habla. Quizás porque nos gusta recordar una infancia en sepia y que -romántica- se enmarca dentro de un escenario de carencias que nos permita sentirnos mejores con nosotros mismos pensando en cuánto hemos avanzado y crecido. Es raro eso, porque la pobreza siempre es fea, sin embargo, si se mira como «tiempo pasado» pareciera ser que tiene una licencia para ser idealizada. Es como si el piñén de los pies por falta de gas para bañarte fuera tierno, como si los piojos picaran menos o como que la sopa de sobre toda la semana alimentara más en los recuerdos.
Lo podemos lograr
Nos metieron el bichito de la superación. Pero de una superación de mierda, si la miramos con detenimiento. Porque esa mentira de la «meritocracia» no es más que un pico en el ojo para quitarnos derechos fundamentales y para satanizar a los pobres, bajo la consigna de que «los pobres son pobres porque son flojos y porque quieren todo gratis» ¿Has escuchado eso alguna vez?
A mí me ha tocado infinitas veces escuchar a personas de mierda con un orgullo de pecho de paloma hablando en contra de la gratuidad de la educación, señalando que «ellos trabajaron y ganaron sus lukas para invertir en educación y ser mejores» y es terrible, porque es como que tengas que trabajar para comprarte un nombre, o para poder respirar, o para desplazarte por la vía pública. Son derechos, al igual que la educación, que fue gratuita en nuestro país hace menos de 50 años y que, sin embargo, luego de la dictadura se mercantilizó para volvernos ignorantes, mano de obra barata, que piensa que es bueno sacarse la chucha por un sueldo de hambre y que con eso tengas que pagar por tu educación para «ser mejor».
¿Es mejor realmente una persona educada que una no educada? ¿Llegamos al nivel de clasificar a las personas en su calidad? ¿Somos realmente mejores o peores según nuestra capacidad de adquisición?
Las claseS mediaS
De un tiempo a esta parte, es muy fácil encontrarse con gente que se considera de «clase media» y este concepto está agarrando fuerza en la agenda periodística, apareciendo constantemente en la prensa, como si fuera una preocupación real de la sociedad.
¿Lo es?
Honestamente yo nunca me había preguntado qué tan rota soy de acuerdo a mi capacidad de ingresos. Es incómodo hacerse esta pregunta cuando estás feliz con quien eres, con la forma en la que vives y con tus hábitos de consumo. Y es más incómodo cuando te das cuenta de que todo el tiempo te creíste de «clase media» pero hay un estudio que en realidad te dice que eres más cuma de lo que pensabas.
Y ojo, que no quiero que estas palabras suenen en este discurso como un adjetivo que pueda resultar peyorativo, pues en realidad «la cumeidad» es algo que uno puede asumir con entereza y hasta con orgullo si se mira con paciencia. Finalmente, prefiero ser una cumeja torrante ordinaria feliz, (según el mencionado estudio) que una persona de «clase media» que no puede ni dormir por las deudas para aparentar que es de clase media.
Aclarado el punto anterior, vamos por partes, para ver si tú también te desilusionas:
Lo primero que tienes que tomar en cuenta es que hay diversas clases sociales y no son las clásicas pobre, clase media, clase alta. Te las dejamos por letras, entendiendo que la E2 es la más pobre y a A es Sebastián Piñera o los miembros de la familia Luksic:
Sin embargo, para fines del estudio, se usa la siguiente escala:
Lo cual es muy conveniente ya que se deja fuera la información más relevante, que tiene que ver con la distribución de la riqueza y con los extremos económicos del país. Es entendible que no les interesen los extremos a los encargados del marketing ya que los más pobres no son un «objetivo de venta» interesante para las empresas y los más ricos también se escapan de lo que atañe a la publicidad ya que los hábitos de consumo son diferentes a todo lo que se vende en la TV por razones obvias, pero eso dice mucho del alcance que podemos tener del espectro que compone nuestra sociedad. Lo que quiero decir es que de esta forma, nadie ve a los pobres más pobres y sus necesidades, y se pierde el registro de los ricos más ricos, generándose una ficción de quienes somos. La gráfica que te dejo a continuación muestra los porcentajes, para que te vayas enterando:
Acá hay un par de datos que los viste, pero en gráfico no parecen tan relevantes como lo que son realmente, por eso, te voy a hacer el alcance:
El segmento AB, que corresponde a la «Clase Alta«, tiene un ingreso familiar o un «promedio hogar» de más de 4.386.000 de pesos y son el 2,9% del aproximado de 17 millones de personas que somos en el país. Esto quiere decir que 493.000 personas, que son app las que caben 10 veces en el Estadio Nacional (que tiene una capacidad de 48.665) tienen concentrada la fortuna del país.
Otro dato relevante es que el 67% vive en la Región Metropolitana y se concentran en 7 comunas. Y de los hijos de estas personas que se encuentran en edad escolar, más del 70% están en colegios privados.
Sin embargo si nos vamos al otro extremo, el segmento E, que corresponde a los «Pobres», tiene un ingreso familiar o un «promedio hogar» de 158.000 pesos y que son el 12,9% del total de chilenos. Esto quiere decir que 2.193.000 personas viven bajo el umbral de lo «vulnerable», que es el que corresponde al segmento D.
Otro dato a tomar en cuenta es que el 21% de estas personas vive en la Región Metropolitana y de esta cifra, se concentran en 9 comunas que son más bien periféricas. La mayoría de estas personas (el 69%), no terminaron la enseñanza media y de sus hijos en edad escolar, el 60% va a colegios públicos y el 38% en subvencionados.
Entonces, con cifras como estas uno comprende que el chancho está demasiado mal pelado. Es como para sentarse a llorar. Y esto también nos da luces de por qué los más ricos no están de acuerdo con la educación gratuita. La verdad -que encubren bajo miles de pretextos güeones- es que no quieren mezclarse con el cumerío del país (no vaya a ser que los críos se les enamoren de un/a rot@ porque tener un Soto, un Cerda, un López en la familia es a todas luces una desgracia).
Pero vamos ahora a lo que nos convoca, que es la Clase Media y tu lugar en ellas, para que vayas enterándote de qué tan rot@ eres:
Primero que nada, te voy a dar la fórmula:
Tienes que sumar los ingresos de todo tu grupo familiar y con ese total tienes que hacer lo siguiente:
Si son 2 personas, lo divides por 1,62
Si son 3 personas, lo divides por 2,16
Si son 4 personas, lo divides por 2,64
Si son 5 personas, lo divides por 3,09
Si son 6 personas, lo divides por 3,51 y así sucesivamente ya que la elasticidad de la equivalencia se estimó en un 0,7
Te dejo una tablita, a ver si te queda más clara la película:
*Advertencia -y esta aclaración la hago porque para algunas personas el tono sarcástico es como una película coreana sin subtítulos- todo lo que sigue a continuación es en tono irónico. No falta el mermelao/a que no lee la nota y se pone a opinar estupideces en el fanpage y me retan :D
-sigamos-
Para tu información, no hay sólo una clase media, sino 4:
Clase Media Acomodada o C1a: «Los más rotos de los cuicos»
Si el ingreso promedio mensual de tu familia es de 2.070.000 de pesos, pues ¡Felicidades! Esto quiere decir que perteneces al segmento C1 de la población, que corresponde al afortunado 4,2% del país y eres lo más roto de los cuicos. . Personas similares a ti, hay nada más y nada menos que 714.000 app. y se concentran, en la Región Metropolitana, en las comunas de Santiago Centro, Providencia, Ñuñoa, La Reina, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Eres parte del club, pero con cierta distancia.
Lo más bonito que te puedo contar de tu realidad es que tienes un promedio espacial percápita en tu hogar de 45 mt² Cuando el tamaño promedio de una vivienda social en Chile es de 50 mt² en total. Eso quiere decir que tú solito te desplazas en un espacio que las familias más pobres deben compartir.
El Servicio doméstico es el pilar de la armonía de tu hogar.
Obvio que tienes un buen auto, o más de uno en realidad. Una moto también, quizás.
Clase Media Emergente o C1b: «Roto con plata» o «El picao a cuico»
Si el ingreso promedio de tu hogar está cerca de 1.374.000 pesos, pues ¡Felicidades! Eres nada más y nada menos que un «Roto con plata». El 33% de la gente como tú es universitari@. Vives bastante bien en comunas como La Florida (pero en la parte linda, como Jardín Alto), San Miguel o Maipú. Otros habitan en comunas como Santiago Centro, Ñuñoa, Providencia, La Reina o Las Condes, pero no tan bien o tratando de pasar piola ya que tienes acceso a esos espacios, pero te miran con sospecha porque tu apellido es más torreja que neutro y por eso le vives buscando «la extranjería» a tu apellido (por ejemplo, si yo perteneciera a este segmento, viviría diciendo «Barraza es Vasco, y mi familia es del sector de Andalucía en España y Risso, es Italiano y mi familia de Génova» Una mierda de explicación, pero lo haces. No te mientas. Además, eres nuevo o vives con tu papás en los barrios y se presume que llegaste ahí con suerte o esfuerzo, pero no de cuna.
Seguro que tienes asegurado el auto o la casa por si se quema, por si te roban o por si ocurre una desgracia con tus bienes en caso de terremoto. Tienes un perro (generalmente de raza) y, si cometiste la tontera de comprar un perro inscrito, seguro que tiene más alcurnia que tú. Me aventuro a decir que sueñas con tener un terrenito en alguna parte para salir de vacaciones, pero no te queda otra y siempre terminas arrendando una casa en Maitencillo, que para la gente que, realmente tiene plata, es como ir a veranear a Renca. Pero tú, como no te enteraste de eso, vas pensando que te da prestigio porque queda cerca de Cachagüa y Zapallar.
Definitivamente tienes «Servicio Doméstico». La nana te resulta fundamental y sin ella, la casa es un desastre. Pero no te preocupas, porque a pesar de que te cuesta encontrar una buena, cuando la encuentras, la tienes segura y agasajada para que no se vaya y la vida no te quede hecha un lío. Lo malo es que temes que alguien la pueda confundir con una pariente, entonces la obligas a que se calce el delantal, para que quede bien clara la diferencia.
Clase Media Típica o C2: El «Roto Acogotá/o»
Si el ingreso promedio de tu hogar se encuentra próximo a los 810.000 pesos te diré que tu vida es buena, aunque a veces la billetera se descontrola.
En algunos casos puedes ser profesional (pero con carreras que pagan como la mierda, o sea que eres Profesor en un colegio en el que los alumnos te miran como el suche, Psicólogo, Periodista, Diseñador, Nutricionista, o algo así).
Respecto a tu salud, te puedo decir que te atiendes por Isapre en un centro médico espantoso (O sea que tienes un plan de salud que te lo suben cuando quieren, pero no te duele el bolsillo y crees que vale la pena).
Vives principalmente en comunas como La Florida, San Miguel, La Cisterna o Maipú.
Te diré también que en la feria te cagan, porque en comunas como Pudahuel o Cerro Navia, el pescado vale casi la mitad, al igual que la fruta. Pero tampoco te duele tanto, porque al menos tienes feria y no tienes que comprar todo en el supermercado porque ahí si que la economía te haría aterrizar un peldaño social extra.
Clase Media Baja o C3: Roto asumido. Con ánimos de superación, pero completamente asumido.
Definitivamente lo pasas más o menos, porque te has superado en la vida, pero no estás realmente acostumbrad@ a manejar cifras «altas» y a fin de mes el sueldo se te va a la cresta. Tienes todas las jodidas tarjetas del Retail, cada una con poco cupo así que las usas todas, entonces a fin de mes la ves de castaño y ruegas a que no te despidan cuando te acuerdas de que te compraste el smart TV de 52″, con el «terrible sorraund» a 36 meses, sin pie y sin intereses y eso equivale a 3 años, para que la cuota no te doliera tanto. La otra tarjeta es la de la ropa que te compras para ir a trabajar y que también la debes, pero esa es a 6 cuotas «nomás» y que tienes otra tarjeta para solucionar los entuertos domésticos como que cagó la juguera. Finalmente, la regalona es la tarjeta Líder, porque con esa comes y es la que pagas más religiosamente.
De tu día a día, te puedo contar que seguro te demoras más de tres cuartos de hora en llegar a tu trabajo y que en el trayecto te pegas un «tutito» porque obviamente no te alcanza para un toco mocho. Y al menos, una o dos veces al mes, cuando se da la oportunidad, evades tu pasaje del Transantiago (Es que nadie puede pagar esa brutalidad de pasaje todo el mes ganando lo que nosotros) Además, tienes celular de prepago y seguramente trabajas de emplead@, como mando medio en alguna empresa. Si tienes más mala cuea, eres vendedor/a y dependes de las comisiones. Cuando no llegas a tu meta (que te suben mensualmente) te echan. No vas a la inspección del trabajo y te viven cagando. Pero no te demoras tanto en encontrar nueva pega tampoco, porque «ya tienes experiencia».
Seguro que tu casa es un desastre, y que ordenas sólo cuando te armas de valor los fines de semana y está ubicada en comunas como Quilicura, Huechuraba, Peñalolén, San Joaquín, Pedro Aguirre Cerda, Lo Prado (¡grande, mi comuna!), Pudahuel, Cerrillos, Lo Espejo, San Bernardo o El Bosque.
Obviamente, si te enfermas cagaste. Lo tuyo es FONASA y en caso de emergencia te espera la posta que le corresponde a tu comuna y entrar en la urgencia es como acudir al llamado de la muerte.
Vulnerables o D: Rot@ irreversible
Si el promedio de tu hogar te da un promedio cercano a las 300 lukitas, te aviso que te vas a ir de poto. ¡YA NO ERES CLASE MEDIA! Eres, nada más y nada menos que una persona que pertenece a una familia «Vulnerable».
A veces, aunque ganes un sueldo que en apariencia no es malo, pero si se te ocurrió tener críos y vives en una comuna que tiene menos áreas verdes (porque el alcalde hijo de puta se gasta las lucas en amantes y no en mejorar tu calidad de vida como corresponde) de las recomendadas en cualquier espacio urbanístico y si te tocó arrendar, por las razones que sean, una casa en un barrio que en realidad no se llama «barrio» sino más bien «Villa» o «Población» y si vives en un departamento que en realidad no es un departamento sino más bien un «block» pues te aviso que ¡Cagaste! Ya no podrás decir, NUNCA MÁS que eres un clase media.
Ahora, vale decir que, más encima el estereotipo -que dicen las empresas de estudios de mercado- es el siguiente: No tienes nana (ni en sueños, porque seguro tú formas parte del «servicio doméstico» de alguien más), tu celular será prepago por siempre, y si tienes cable, no puedes hablar de tus series favoritas con todo tu entorno ya que el acceso a TV paga es minoritario y tus redes sociales, con cuea las ves en el ciber porque el internet te come los minutos.
De seguro tu casa es pareada y escuchas hasta cuando la vecina llega de la pega y se relaja al llegar a su casa con un buen peo, fuerte y sonoro que tuvo atravesado y la tuvo transpirando helado todo el día. No te preocupes porque ella también escucha los tuyos.
Y ojo con esto, porque se asume que ni siquiera terminaste tu enseñanza media (Según los cuicos como Harald Beyer porque eras buen@ para andar tirando el poto a la chuña y fuiste papito o mamita antes de tiempo, porque preferiste ponerte a trabajar, «porque dicen que no les interesa, creen que a esta edad ya no sirve estudiar o no conocen la manera para completar sus estudios.»)
Eso es lo que piensan de ti. Esto es lo que quieren que creamos todo el tiempo. Que descubramos la «otredad» como algo raro, más parecido a un caballo con tacos que a una persona igual que tú.
Y eso que no agregué a esta clasificación la calidad de «inmigrante» porque ahí si me quedo escribiendo una semana.
Para terminar, me gustaría reflexionar respecto de lo idiotas que son las clasificaciones y el que generemos identidad con «nuestra clase». Son paradigmas con los que tenemos que romper porque son divisiones ficticias que le convienen únicamente al empresariado para seguir creando falsas necesidades en nosotros, para que nos sigan quitando la plata y con ello, esclavizándonos porque sentimos que si nos quedamos sin pega, las deudas nos van a comer. O que si nos cambiamos de barrio vamos a ser «peores personas».
Finalmente, esto de la educación gratuita, que ya lo mencioné antes y 2 veces es la base -según mi humilde opinión- para que estas dinámicas perniciosas se acaben. Si seguimos fomentando la idea de la educación para pobres, la diferencia entre colegios públicos y privados, la idea de buena o mala educación, estamos cagaos. Y lamentablemente, son los ricos los que quieren que estas diferencias se perpetúen. Porque si el Saint George, las Monjas Inglesas, El San Juan Evangelista, La Girouette, La Maissonette, etc. fueran gratis, la pitucada dejaría de ser endogámica, dejarían de tener «información privilegiada» desde niños y la convivencia cotidiana comenzaría a borrar las fronteras de la clase.
Por eso es importante dar esta pelea, y no dejarse engatusar con los argumentos idiotas de la derecha, aunque la Nueva Mayoría haya dibujado este proyecto con los sobacos.
En twitter:@AngelaBarraza